El camarada Pedro ciertamente se había fundido con lo más oprimido del pueblo argentino: sufría y se alegraba con sus alegrías y sufrimientos. Siempre remarcó lo mucho que de ellos había aprendido a través de sus anécdotas: cómo los viejos obreros de la destilería le habían enseñado a firmar petitorios bajo la dictadura en forma circular para no identificar a los dirigentes; cómo habían organizado la distribución clandestina del semanario, gracias a la valentía de un campesino pobre que a caballo y por el campo, sorteaba los retenes militares; graficaba el comienzo del auge en los ‘90 con la imagen de la compañera jubilada Ramonita, cargando sola dos gomas de auto para iniciar el primer corte de ruta en la avenida Márquez.
Lo otro que hay que decir es que en el camarada Pedro se encarnaba el Partido Comunista Revolucionario. Él fue la vanguardia, también junto a otros camaradas, de la reconstrucción del Partido de la zona. Y lo hizo defendiendo la línea del Comité Central y los congresos partidarios. Peleando por su difusión y discusión hasta el último de los camaradas (mayoría de los cuales él mismo afilió). Así llevó a fondo la línea de la lucha contra el hambre y la profundidad de la crisis en los ’90; la lucha contra las tendencias socialdemocratizantes y el liberalismo, en la pelea por el crecimiento y la celularización; el viraje hacia el movimiento obrero y la necesidad para el triunfo de la revolución del trabajo, sistemático en los centros de concentración.
…Muchos de los que hemos nacido a la lucha política en los inicios del auge de los ‘90 aprendimos lo fundamental a través del camarada Pedro. Su pérdida es de una profundidad inestimable… pero sepan bien los enemigos del pueblo que no se la “llevarán de arriba”, porque también es inconmensurable nuestro agradecimiento a él, que nos abrió las puertas y nos legó este Partido Comunista Revolucionario, que por su memoria y por la de nuestros mártires, lucharemos por transformarlo en el instrumento necesario para que el pueblo argentino haga la revolución por la que él luchó toda su vida. Camarada Pedro: ¡hasta la victoria siempre!”.
02 de October de 2010