Alrededor de 155.000 empleados públicos canadienses de todo el país, realizaron más de 250 piquetes callejeros como parte de una huelga por el fracaso de las negociaciones paritarias con el gobierno.
Exigen un aumento del 13,5% durante tres años consecutivos y el gobierno solo les ha ofrecido el 9% dividido en tres años. La inflación anual en Canadá bajó al 4,3% en marzo después de llegar al 8% en junio de 2022.
La huelga comenzó el 19 de abril y acarreó la interrupción en 23 servicios nacionales, como inmigración, cobro de impuestos y trámites para documentación personal, etc.
Además del aumento de sueldo, luchan por mayor flexibilidad en el teletrabajo que se impuso en la pandemia.
Los trabajadores nucleados en el sindicato AFPC (Alianza de la Función Pública de Canadá) decidieron la medida de fuerza después de meses de negociación con el gobierno de Justin Trudeau sin llegar a un acuerdo. Quieren, según manifestaron alguno de ellos, un convenio colectivo bueno, justo y limpio y prometen seguir la huelga hasta conseguirlo.
Otra lucha de trabajadores que no quieren cargar sobre sus espaldas la crisis económica y financiera producida por las potencias y poderes dominantes a nivel internacional y nacional.
