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26 de January de 2011

9 de julio 1981

Plataforma de emergencia Partido Comunista Revolucionario de la Argentina

Documentos del PCR / Tomo 4

La dictadura de Viola, continuadora del “proceso” de hambreamiento, entrega y represión, iniciado con el golpe de Estado del 24 de marzo del 1976, está hundiendo al país en una de las peores crisis que conoce nuestra historia.

La dictadura de Viola, continuadora del “proceso” de hambreamiento, entrega y represión, iniciado con el golpe de Estado del 24 de marzo del 1976, está hundiendo al país en una de las peores crisis que conoce nuestra historia.
Esta crisis es una manifestación de la crisis estructural, de fondo, que viene padeciendo nuestro país desde hace décadas como consecuencia del atraso y la dependencia que nos impone el predominio del latifundio en el campo y la opresión del imperialismo sobre el conjunto de la economía nacional. Como momento de esta crisis estructural, la actual crisis argentina es parte de la crisis mundial capitalista que descargan sobre las naciones oprimidas las grandes potencias imperialistas que se diputan el dominio mundial, en particular los Estados Unidos y la Unión Soviética.
Pero además, la actual crisis argentina reconoce en lo inmediato una serie de agravantes. Por un lado, la política económica hambreadora y entreguista aplicada en los últimos años por la dictadura militar con Martínez de Hoz, primero, y Sigaut, ahora, como ejecutores en beneficio de la renta terrateniente y las superganancias de los monopolios imperialistas y sus intermediarios; política que basada en el robo inflacionario, alentó la especulación y sumió al agro y la industria nacionales, incluido las empresas estatales, en una situación de endeudamiento usurario que hace imposible cualquier actividad productiva. Por otro lado, la política represiva y guerrerista, que atiza el conflicto con Chile por el Beagle y demora ahora la aceptación de la propuesta papal para el arreglo pacífico del mismo, ha servido para endeudarnos en miles de millones de dólares para la compra de armamentos, que no se comen ni sirven para aumentar la producción. Finalmente, son miles de millones de dólares que se han gastado y se siguen gastando para cubrir los negociados y los desfalcos de los amigos de Videla y Viola beneficiarios de la especulación financiera como Trozzo, Greco, Odonne, Saiegh, etc.
Toda situación pretende ser resuelta por la dictadura de Viola con una progresiva y cada vez más acentuada devaluación del peso, desvalorizando el salario y la producción nacional. Es decir, a través de un mayor robo inflacionario para beneficio de los grandes terratenientes y sus patrones imperialistas, particularmente los rusos, que se han transformado en sus principales clientes. Esta política les permite a éstos comprar más barato mientras se encarece el consumo interno y los insumos y bienes que necesariamente debe importar el país. Pero todo ello, como lo muestra la experiencia de nuestro país y otros países dependientes, aunque permita aumentar momentáneamente en algo las exportaciones, acrecentará ineludiblemente el sufrimiento de las grandes masas populares, cada día más golpeadas por el brutal ascenso del costo de la vida, por los bajos salarios, la desocupación y el hambre, agravará el endeudamiento y la ruina de los campesinos pobres y medios, y de la burguesía nacional, agudizará las crisis regionales e intensificará todos los males del atraso y la dependencia, con sus secuelas de déficit fiscal y endeudamiento interno y externo cada vez más agobiantes.
Ni los trabajadores del campo y la ciudad, ni los empresarios nacionales, pueden esperar soluciones efectivas, si no se toman medidas que ataquen de raíz los males de la inflación y la especulación. Pero ¿es posible parar la inflación beneficiando a los trabajadores y evitando la quiebra de la mayoría de los campesinos y empresarios nacionales? Nosotros, los comunistas revolucionarios, sostenemos que sí, que es posible, si se ataca a los verdaderos responsables de la crisis. Pero esto no lo va a hacer la dictadura proterrateniente y proimperialista de Viola, sino que para lograrlo será necesario su derrocamiento e imponer un gobierno que exprese realmente los intereses de los trabajadores, del pueblo y de la Patria, un Gobierno Provisional Revolucionario de unidad antidictatorial que aplique un Programa de emergencia y convoque a elecciones totalmente libres para una Asamblea Constituyente plenamente soberana, proceso en el que nuestro Partido postula y sostendrá su programa para la revolución democrática, popular, agraria, antiimperialista y antimonopolista.
En este camino no debemos dar ninguna tregua a la dictadura de Viola, y ante la actual situación económica debemos luchar por medidas que contemplen realmente la emergencia, con el mismo criterio patriótico y democrático con el que luchamos por la paz con Chile, por la aparición con vida de todos los detenidos-desaparecidos, por la libertad de todos los presos, por el libre funcionamiento de los partidos políticos, sindicatos, centros estudiantiles y demás organizaciones gremiales, vecinales, culturales y sociales y por el cese de la censura y de toda discriminación política e ideológica, cesantías, persecuciones, etc., contra docentes, artistas y profesionales. Es decir, por medidas que permitan superar la coyuntura no hundiendo sino salvando las actividades productivas, no eliminando sino manteniendo las fuentes de trabajo e incluso aumentándolas.
El centro de una plataforma de emergencia, en lo económico, tiene que ser terminar de cuajo con el robo inflacionario y la especulación financiera concomitante. Y la clave para esto es una reforma monetaria que no implica solamente el cambio de moneda sino, junto a ella, la liquidación de todas las tenencias especulativas, como se hizo en Europa en la posguerra. Esta reforma monetaria debe ser acompañada de una condonación general de las deudas usurarias, crediticias e impositivas para evitar las quiebras y anular los exorbitantes costos financieros de las empresas públicas y privadas nacionales, el control de cambios para eliminar la especulación con las monedas extranjeras y la nacionalización de la banca para llevar adelante una política crediticia de verdadera promoción al desarrollo nacional. Esto permitirá además un aumento real inmediato en los salarios y jubilaciones que, acompañado de una adecuada protección arancelaria para la industria nacional y precios realmente compensatorios para la producción agraria, redundará en un mercado interno ampliado para el agro y la industria nacional.
Para avanzar en este camino y evitar nuevos rebrotes inflacionarios, por las trabas que para la ampliación de la producción imponen la persistencia del latifundio en el campo y la dependencia global de nuestra economía respecto del imperialismo, estas medidas de emergencia deben inscribirse en la lucha por liquidar ese cáncer que devora las entrañas de la economía nacional. Es decir: inscribirse en la lucha democrática y antiimperialista por la liberación nacional y social de nuestro pueblo y nuestra patria.
Proponemos, entonces, a todos los sectores patrióticos, democráticos y populares, unir fuerzas en la lucha por los siguientes puntos mínimos:

1) Aparición con vida de todos los detenidos-desaparecidos y libertad a todos los presos políticos y gremiales. Fin de las detenciones, torturas y de los secuestros de personas por los organismos represivos. Amplia amnistía para todos los patriotas y revolucionarios y juzgamiento y castigo de los responsables de crímenes contra el pueblo.

2) Levantamiento del Estado de Sitio y libre accionar para todas las organizaciones políticas, gremiales, vecinales, culturales y sociales. Anulación de la ley fascista de Asociaciones Gremiales y reincorporación de todos los cesanteados por razones políticas y/o gremiales. Plena libertad de prensa.

3) Mantenimiento de las fuentes de trabajo existentes y creación de nuevas. Aumento salarial de emergencia de un millón de pesos para todas las escalas, con un sueldo mínimo vital y móvil de dos millones de pesos por 8 horas de trabajo en la ciudad y en el campo. Defensa de las obras sociales en manos de los trabajadores, reimplantación de la Ley de Contrato de Trabajo y vigencia de las convenciones colectivas de trabajo. Medio salario para los soldados y 82 y 75 por ciento móviles para jubilados y pensionados.

4) Condonación general de las deudas usuarias, crediticias e impositivas para los trabajadores del campo y de la ciudad, campesinos y chacareros y empresarios nacionales. Inmediata ayuda a las economías regionales, a los inundados y a todos los campesinos pobres y medios, garantizándoles tierra para ampliar sus unidades productivas y precios sostén realmente compensatorios. Protección arancelaria y créditos preferenciales para la industria y comercio nacionales.
5) Reforma monetaria que ponga fin a la inflación y la especulación respetando los intereses de los pequeños y medianos ahorristas. Aplicación de un estricto control de cambios y nacionalización de la banca y las grandes compañías financieras y de seguros. Eliminación implacable de déficit fiscal, haciendo que sean los grandes terratenientes y monopolistas los que carguen con el principal peso impositivo. Expropiación inmediata de las acciones y demás intereses de los beneficiados con los grandes negociados de la dictadura: Papel Prensa, grupo Graiver-Gelbard, Aluar, adjudicatarios de empresas como Swift, La Cantábrica, etc., y los grupos Greco, Trozzo, Oddone, Saiegh y otros beneficiarios de la especulación financiera, respetando los intereses de los pequeños y medianos inversionistas.

6) Enseñanza pública, laica y gratuita. Mayor presupuesto educacional, cultural y sanitario, reforzando en particular a las provincias más pobres y garantizando una remuneración adecuada a docentes, profesionales e investigadores. Remedios gratuitos y camas en los hospitales. Apoyo a todas las actividades culturales y artísticas de extensión popular. Aumento del presupuesto universitario, ingreso irrestricto y derogación de los aranceles. Becas y comedores para los sectores de menores recursos en todos los niveles de la educación. Cese de la censura y de toda discriminación política e ideológica contra docentes, artistas y profesionales.

7) Congelación de alquileres y de los precios de los artículos de primera necesidad. Plan de viviendas populares y expropiación de las viviendas desocupadas destinadas a la especulación propiedad de bancos y grandes monopolios y terratenientes, y entrega inmediata de las mismas a obreros y empleados con un alquiler que no exceda el 15 por ciento de su salario. Control obrero de la producción, de las facturaciones y de los libros de las grandes empresas industriales, agrarias y comerciales, castigando con la confiscación de bienes y el encarcelamiento a aquéllas que acaparen la producción, oculten ingresos, saboteen la producción o no adopten las medidas conducentes a elevarla.

8) Defensa de los ferrocarriles, petróleo, energía, acero, pesca y demás sectores claves del patrimonio nacional, rompiendo todos los compromisos con las superpotencias que puedan afectar la capacidad de decisión nacional. Nacionalización del comercio exterior, apoyo a las cooperativas agrarias y creación de un ente estatal que además del acceso a la tierra de los campesinos pobres y medios asegure la comercialización de sus productos a precios compensatorios, eliminando a los grandes monopolios intermediarios como Bunge y Born, les otorgue créditos preferenciales para equipos y maquinarias e insumos, y estimule y ayude su cooperativización como forma de superar las limitaciones propias de la pequeña producción. Apoyo efectivo a la industria nacional, abaratando sus bienes de capital e insumos básicos y expandiendo su mercado interno y posibilidades de exportación.

9) Aceptación de la propuesta papal para el arreglo pacífico del litigio con Chile, recuperación de las Malvinas y ejercicio de nuestros derechos sobre el Atlántico Sur y la Antártida, en unión con los países hermanos. Acabar con las compras innecesarias de armamentos en el exterior que nos atan a las potencias imperialistas mercaderes de la guerra y desarrollar una política de defensa nacional basada en la más amplia democracia y en la movilización armada y civil del pueblo, en una economía independiente y poderosa, y en Fuerzas Armadas patrióticas, modernas y eficientes al servicio del pueblo.

10) Política exterior realmente independiente y de solidaridad con todos los pueblos y naciones que luchan contra el imperialismo, el hegemonismo y todas las formas de colonialismo. Unidad latinoamericana y del Tercer Mundo contra las dos superpotencias, en particular contra el socialimperialismo soviético, el más agresivo y aventurero en la actualidad. Promoción de todos los acuerdos que acudan en interés de la paz y estabilidad en el mundo y faciliten el desarrollo del frente antihegemonista mundial. Contra la intervención de yanquis y rusos en El Salvador. Solidaridad con Polonia, Afganistán, Kampuchea, Laos y demás pueblos y países víctimas del hegemonismo imperialista soviético.

En el camino de unir todas las fuerzas antidictatoriales proponemos esta plataforma de emergencia al debate de las masas populares, a sus organizaciones políticas y sociales, y a todas las fuerzas antidictatoriales, como contribución a ese debate, a la búsqueda de las coincidencias que permitan estructurar un amplio y poderoso Frente Único Antidictatorial, y con el ánimo de encontrar, en conjunto, los puntos de acuerdo que permitan desplegar al máximo el combate antidictatorial.
Con este espíritu convocamos a la clase obrera y al pueblo y a todos los verdaderos patriotas y demócratas a las más amplia unidad para la lucha por estas medidas necesarias en la emergencia, realizando reuniones y asambleas obreras, campesinas y populares, en fábricas, sindicatos, escuelas y universidades, asociaciones profesionales y culturales, barrios y ciudades, etc. que las discutan y preparen el paro nacional activo de 36 horas para generalizar y profundizar la resistencia e iniciar la contraofensiva contra la dictadura fascista y vendepatria de Viola.