El lunes 6/6 se hizo la presentación de un recurso de amparo a la Corte Suprema de Justicia, solicitando en forma cautelar la suspensión de las elecciones primarias convocadas para el 14 de agosto de 2011.
El lunes 6/6 se hizo la presentación de un recurso de amparo a la Corte Suprema de Justicia, solicitando en forma cautelar la suspensión de las elecciones primarias convocadas para el 14 de agosto de 2011.
Los primeros firmantes, Otto Vargas, Antonio Sofía, Elena Hanono, Ricardo Gómez, patrocinados por los abogados Mario Garelik y Jaime César Lipovetzky, en el escrito presentado a la Justicia denuncian que la ley de internas abiertas impulsada durante el gobierno de Fernando De La Rúa, votada por el Senado en 2001, por Diputados en 2002, promulgada por aquel año por Eduardo Duhalde, suspendida de inmediato por él mismo para las elecciones 2003, vuelta a ser suspendida en 2005 por Néstor Kirchner y derogada en diciembre de 2006; pasó a ser en 2009 la piedra angular de la estrategia del bipartidismo. Agravada ahora, ya que aquella no obliga a realizar internas a quien no tuviera necesidad.
El hecho de obligar a fuerzas que tengan consenso interno a cumplir esa cláusula demuestra el carácter proscriptivo de la norma, señalan los denunciantes. Citando al periodista Carlos Pagni del diario La Nación, con quien los firmantes no guardan afinidad política ni ideológica, denuncian: “Acaso la nota más novedosa del nuevo régimen sea la elección darwiniana a la que serán sometidos los partidos durante las internas abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto. Ese día habrá una valla bastante visible: el partido que no alcance por lo menos el 1,5% de los votos válidos emitidos no podrá postularse en las generales del 23 de octubre” (La Nación).
Finalmente los firmantes señalan que la ley de internas abiertas es una respuesta a la gran derrota sufrida por el oficialismo en las elecciones legislativas de junio de 2009. “Las leyes y decretos objetados en el presente fueron sancionadas en diciembre de 2009. Fueron establecidas con el claro propósito de fortalecer el bipartidismo, transformar las internas en la primera vuelta de las elecciones generales y evitar así el ballotage, tan temido por el oficialismo y al mismo tiempo obligar a aquellos que aspiran a ser electos a sumarse y subordinarse a uno de esos dos aparatos que, con el uso de los fondos públicos, controlan la política de nuestro país.
La llamada reforma política nacional es a tal punto proscritiva, que llegó a ser calificada como de intento de golpe constitucional. Los Kirchner con la connivencia complaciente del PJ y la UCR promulgaron la legislación electoral más restrictiva de la que se tenga memoria en nuestra democracia”.
