“Ya hace casi dos meses de la primera ocupación, donde un grupo de vecinos de la zona de Rosario y Bordabhere cansados de vivir amontonados, hacinados, pagando alquileres altos por una piecita de dos por dos, decidieron salir de esa situación y empezar a soñar con la posibilidad de un terreno propio.
“Ya hace casi dos meses de la primera ocupación, donde un grupo de vecinos de la zona de Rosario y Bordabhere cansados de vivir amontonados, hacinados, pagando alquileres altos por una piecita de dos por dos, decidieron salir de esa situación y empezar a soñar con la posibilidad de un terreno propio.
“Debido a que es tan grande la necesidad de vivienda en nuestra ciudad, por el abandono y la falta de inversión en políticas sociales que contemplen este derecho humano esencial, los vecinos de diferentes partes de nuestra ciudad, decidimos ocupar los terrenos para de esta manera resolver el problema habitacional de nuestras familias”.
Así comienza un documento firmado por las “Familias ocupantes de Villa Gobernador Gálvez”, que al momento de escribir estas líneas son 2.500, ocupando 20 terrenos de esta ciudad. Y decimos “al momento”, porque la ocupación de terrenos en Villa Gobernador Gálvez se extiende como una mancha de aceite, y las tomas se multiplican día a día, evidenciando la gran necesidad de viviendas del pueblo, y la falta de respuesta de los gobiernos.
Defendemos ese pedacito de tierra
Conversamos en primer término con la compañera Estela Gauna, dirigente de la CCC y protagonista de la primera toma, durante un alto de las negociaciones con funcionarios del gobierno provincial, el pasado 9 de mayo. Estela contaba: “Nosotros empezamos en marzo la primera ocupación. Discutimos con los compañeros de la CCC, y al ver ese terreno que estaba vacío hace 20 años, y la necesidad de vivienda, los compañeros definieron meterse ahí y ocupar. A partir de ahí, en poco más de un mes se producen 13 tomas más. Villa Gobernador Gálvez es una ciudad muy pobre de la provincia de Santa Fe, es una ciudad obrera, donde están los grandes frigoríficos como el Swift, Paladini, Subarosa.
“En una de las tomas hay 36 familias de compañeros de la Corriente, que vivían con su mamá, con su papá, con los suegros, muchos jóvenes que han armado su pareja. En las tomas tenés obreros de la General Motors, de la carne, metalúrgicos, de la construcción, amas de casa. En una de las tomas hay 286 familias.
“Se ha discutido mucho el tema de la necesidad de la vivienda, de obreros que después de muchos años siguen viviendo en casa de chapa y cartón. Y ahora defienden mucho el poder tener ese pedazo de tierra.
“Se hacen asambleas muy grandes, donde se discute que no queremos hacer villas, que queremos que sea un barrio, por eso se discutió hacer loteos, se discutió las medidas del terreno, que haya sólo un terreno por familia, que no se vendan las tierras, seguridad, no a la droga. Y se discutió también en asambleas masivas ir a reclamar a la Municipalidad la expropiación de esos terrenos que están sin ocupar desde hace años. Que la municipalidad compre esos terrenos que son de algunas inmobiliarias, o de frigoríficos, como es el caso de algunos terrenos de Paladini o Subarosa. Se pudo armar una mesa en la que estamos coordinado los participantes de 11 tomas, que acordamos con todos los puntos que dije antes”.
En los lotes, son permanentes las reuniones y asambleas para discutir los pasos a seguir, peleando el protagonismo de la mayoría. Nos tocó presenciar cuando compañeras -que venían de una reunión con el gobierno- hicieron escuchar la grabación de los dichos de los funcionarios, “los grabamos porque así los compañeros saben bien lo que se dice en las reuniones, porque se tiran muchas ver- siones”, decía una compañera.
La mayoría de los ocupantes son jóvenes
Mariano, un joven de la CCC, dice que estalló un problema de años sin resolverse, de hacinamiento. “Hay casos de dos familias viviendo en un terreno de 10 por 7, en otros casos tres generaciones viviendo en la misma casa. La mayoría de los ocupantes se ha anotado en muchos planes de vivienda municipales, provinciales y nacionales. Hay pibes muy jóvenes, que se hicieron el ranchito en el fondo de la casa de los viejos, y que plantean que no pueden seguir viviendo de esa manera.
“Muchos de los terrenos ocupados, durante años fueron basurales, y hoy aparece que tienen dueños. Ahora esos terrenos están limpios, la gente se fue organizando para conseguir los servicios. En la Municipalidad nos dicen que están en contra de la usurpación. Nosotros le preguntamos si vale más el derecho a la propiedad privada o el derecho a una vivienda digna, y no se animaron a contestar.
“Muchas de las familias ya se mudaron, pero muchas no porque en la mayoría de los casos no tienen ni luz ni agua. Muchas mamás con hijos jóvenes se plantaron y se fueron a los lotes, porque ellos necesitan de esa tierra para vivir.
“En todas las ocupaciones se ve que el mayor componente son los jóvenes. Son pibes que viven con sus padres, en muchos casos descreídos de que los políticos resuelvan sus necesidades, que se plantaron y quieren defender sus terrenos. Por eso hay mucha unión entre las distintas tomas, pese a todo lo que hacen para dividirnos. La gente se va animando y le va perdiendo el miedo, porque pone la necesidad por delante.
El abogado de los ocupantes hizo conocer una carta, en la que se pregunta ¿Para qué el crecimiento a tasas chinas durante 9 años si no hay vivienda digna para el pueblo? Y polemiza con las provocaciones de una parte de los funcionarios municipales que compara la obtención de terrenos con “ganarse una rifa”. “Estamos enojados…”, continúa, rea- firmando que todo habitante de la Argentina tiene derecho a una vivienda digna.
