El aumento llevará recién para fin de año el mínimo de $2.800 a $3.419 pesos, muy por debajo incluso de la demanda original de los gremios afines al gobierno, en el Frente Gremial Docente, que reclamaban un mínimo de hambre de $3.650 que rigiera a partir de enero de este año.
El aumento llevará recién para fin de año el mínimo de $2.800 a $3.419 pesos, muy por debajo incluso de la demanda original de los gremios afines al gobierno, en el Frente Gremial Docente, que reclamaban un mínimo de hambre de $3.650 que rigiera a partir de enero de este año.
Así, el gobierno nacional sancionó unilateralmente el sueldo inicial de un maestro de grado en tres etapas: 1) de marzo a agosto $3.248, un 16% de los 2.800 que significan un “aumento” de $448; 2) de septiembre a noviembre $3.332, un 3% más sobre los 2.800 o sea $84; y por último de diciembre a febrero del 2013 otros $84 para llegar a cobrar en enero del próximo año $3.416. Todos estos porcentajes disminuyen según los cargos y la antigüedad de cada docente. Además mantuvo el “incentivo docente” en $255. Con esto dan por concluido el acuerdo “paritario”. Mientras la inflación hace estragos en nuestros bolsillos este gobierno pretende seguir esquilmando a los trabajadores con propuestas salariales miserables.
El porcentaje promedio de “aumento” es menor al 15% para lo que resta del año. Un nuevo agravio para la docencia de nuestra patria.
Los gremios oficialistas que participaron de la “paritaria libre” cumplieron con su rol y “rechazaron” la propuesta sin plantear ninguna medida de lucha porque ahora van a consultar a las bases. Bases que nunca fueron consultadas para determinar el pedido del 30%, mucho menos cuando se bajaron al 25% y casi aceptan el 22,5 en cuotas como era la intención de la UDA, Sadop, AMET y CEA mientras Ctera después de una larga “reflexión” rechazó para solicitar una nueva reunión.
Qué trágica situación para un gremio como Ctera, que en el 88 fue ejemplo de lucha y enfrentó al menemismo con la Carpa Blanca.
A qué extremos pueden llegar los que abandonan las banderas de la autonomía sindical y entregan a sus representados, protagonistas de heroicas jornadas de lucha docente en la Argentina, por cargos o diputaciones.
La Mesa de la Federación Nacional Docente en la CTA convocó al no inicio de clases el 25 de febrero por un salario básico de $5.000 y a coordinar acciones con los gremios que ya han decidido el no inicio o están en camino de resolverlo en la más amplia unidad con los gremios docentes enrolados en la CGT o en otras organizaciones y practicando la unidad con los estatales en todo el país.
El ATE de la provincia de Buenos Aires decidió parar el 25 de febrero en consonancia con la lucha de los profesionales de la salud de Cicop que ya pararon el 14/2 y con Soeme. En tanto Udocba se prepara para un paro de 48 o 72 horas. Los gremios patagónicos preanuncian el no inicio tras los rechazos de los “aumentos” ofrecidos como el 8% en Tierra del Fuego, los $480 en Neuquén y el congelamiento salarial que ya lleva 20 meses en Santa Cruz para mencionar algunas situaciones en las que hubieron reuniones. El gobierno de Córdoba, que también tiene un ministro de Educación que proviene de las filas de la lista celeste de Yasky-Maldonado-Baradel, ofreció un 26% en tres cuotas: 14% en febrero, 6% en julio y 6% en octubre y se llegaría a $4.125 para el maestro de grado. Los diligentes gremialistas amigos de Grahovac consideraban “razonable” la propuesta contra la opinión de los docentes cordobeses. Estos “agradecidos” gremialistas del riñón de la lista Celeste ya cuentan con, por lo menos, tres ministros de Educación, y varios diputados desparramados en todo el país. Negocios de “amigos” a cambio de ser cómplices del gobierno kirchnerista y sus seguidores en las provincias que postergan las necesidades de la escuela pública, de los docentes y de la educación de los hijos de los trabajadores y de nuestra patria.
Existen condiciones en los trabajadores que hartos del robo inflacionario, de los impuestos, del aumento de los servicios, del impuesto a los salarios, etc., se preparan para continuar con el camino que la clase obrera trazó con el parazo nacional del 20 de noviembre del año pasado, lograr paritarias libres sin techo y salarios acorde con el valor de la canasta familiar. Camino necesario para abrirles la mano al gobierno de Cristina Kirchner y a los gobiernos provinciales.
Único camino para que la crisis no la paguen los trabajadores.