Se cumplió el primer tramo del plan
de lucha de la alimentación. En abril
unCongreso de la Federación (Morán),
había decidido por un básico de
$5.000, y desde STIA Córdoba,Morsillo
había dicho, que había que conseguir
aumentos de acuerdo a los
“precios de los supermercados”.
Un sueldo básico de $5.000 todavía
está $2.000 abajo del valor de
la canasta familiar, pero sería obtener
Se cumplió el primer tramo del plan
de lucha de la alimentación. En abril
unCongreso de la Federación (Morán),
había decidido por un básico de
$5.000, y desde STIA Córdoba,Morsillo
había dicho, que había que conseguir
aumentos de acuerdo a los
“precios de los supermercados”.
Un sueldo básico de $5.000 todavía
está $2.000 abajo del valor de
la canasta familiar, pero sería obtener
$1.800 de aumento en el caso de
las pymes que tienen el básico inicial
en $3.200, y de $1.200 para los trabajadores
de Arcor, sabiendo que en
setiembre u octubre se puede pechar
y reabrir la discusión con la empresa
por otros puntos pendientes.
En la primera reunión la Cámara
ofreció 19%. Una burla.Mientras
por abajo se discute que “no hay plata
que alcance”, y las compañeras y
compañeros cuentan que “anoche, en
mi casa había para una pizza casera
y para dejarle a los chicos, yome comí
una sola porción, me fui a la cama
con hambre”, que “yo pago el alquiler
$2.600 sin luz, agua, gas, teléfono,
con los $5.000 esos cuando te los
den ya te quedaste corto otra vez”,
que “la canasta ya está arriba, lejos,
de los 7.000”.
Esa es la base del descontento, cada
vez más abierto, en el movimiento
obrero, con Cristina Kirchner, que
cuando se pone de puntín contra los
sindicalistas, lo que hace es un tiro por
elevación al conjunto de los trabajadores.
No sólo niega la inflación, que
es la forma concreta como estamos
pagando la crisis los trabajadores, sino
que sostiene el impuesto al trabajo
llamándole impuesto a las ganancias.
Esto, sin contar los sectores y ramas donde ya empezaron las suspensiones,
los despidos y “las preventivas
de crisis” como está pasando en
varias autopartistas de Córdoba.
El miércoles 9/5 la Cámara de la
Alimentación “mejoró” la oferta: 22%
en tres veces, 14 ahora, 4% en agosto
y 4% en octubre ¡No pueden ser
tan caraduras! Sin embargo se agarran
de lo que dijeron funcionarios
de primera línea del Ministerio de
Trabajo en lamesa de negociaciones:
“no vamos a homologar aumentos superiores
al 22%”.
Por lo tanto viene una pulseada
muy dura. El jueves 10 la Federación,
sin consultar en las plantas, como es
su costumbre, decidió paros de dos
horas por turno desde el lunes 13. Hubo
asambleas por turno el viernes 11
para “discutir” las medidas decididas
por la Federación. En las asambleas
aparecieron los debates, las dudas,
etc., pero principalmente emergió que
“así no se puede seguir”, y que hay que
luchar por un aumento salarial “que
valga la pena”.
El resultado fueron paros masivos
en las plantas de Arcor Caroya, Bagley
Córdoba, un promedio de 80%
en los tres turnos de Bagley Totoral,
bloqueo de portones en Arroyito, y
paros en Georgalos y en numerosas
empresas chicas. El sentimiento de
que “estuvo bueno” y “hay que seguir”
la lucha predominaba.
El miércoles 16 a la tarde, el Ministerio
decretó la conciliación obligatoria
por 15 días hábiles. Pretenderán
terminar de discutir en la mesa
de negociaciones sin luchas, ni bloqueos
de portones, ni gomas quemadas
y cortes de ruta. Entonces que
abran la mano: se necesita un mínimo
de un 40% de aumento y reabrir
en diciembre la discusión porque la
inflación no se detiene y se la sufre en
los bolsillos, en las viviendas y en la
cena de los trabajadores. ¡Así no!
