Treinta y dos años debió esperar el pueblo de Córdoba para que el genocida Luciano Benjamín Menéndez y siete de sus cómplices por la aplicación de tormentos y asesinatos vayan a la cárcel.
Menéndez y 7 secuaces fueron enjuiciados por algunos de los crímenes que cometieron, gozando de privilegios que no tuvieron sus víctimas.
En Córdoba, el mismo 24 de marzo de 1976 era secuestrado y desaparecía desde entonces René Salamanca. Menéndez no responde en este juicio por Salamanca ni por María Eugenia Irazusta, Raúl Molina, Luis Márquez, ni por muchos de los 30.000 detenidos desaparecidos, ni por la tortura, el asesinato y la cárcel de miles de obreros mecánicos y estudiantes, de hombres, mujeres y niños que cayeron en sus garras, en los centros clandestinos como La Perla, Campo de la Rivera, o el Departamento de la policía provincial.
No paga por esos crímenes porque Kirchner no abrió los archivos de la represión, por lo que el pueblo debió avanzar tortuosamente en estos juicios, con testigos corriendo el riesgo de seguir el camino del secuestro como Julio López.El pueblo seguirá luchando por una verdadera justicia para estos genocidas, para que se pudran en las cárceles hasta el último minuto de su vida.
02 de October de 2010