El primer Encuentro Nacional de Mujeres se realizó en Capital Federal en el año 1986 con la participación de 1.000 mujeres. Allí, y no sin debate, decidieron volverse a juntar al año siguiente en la ciudad de Córdoba, manteniendo el funcionamiento en talleres, llegar a conclusiones mediante el consenso entre las participantes, y definieron los pilares de este evento único en el mundo: autónomos, democráticos, horizontales, plurales, autoconvocados, autofinanciados y federales; logrando así la continuidad de los mismos.
Son la expresión más importante de las luchas que venimos desarrollando.
Mujeres de distintos puntos del país, de distintas edades, con distintas ocupaciones, amas de casa, trabajadoras rurales, estatales, obreras, estudiantes, jubiladas, pensionadas, profesionales, comerciantes, etc., se dan cita una vez al año para debatir, en igualdad de condiciones, la situación que viven las mujeres todos los días, no solamente desde lo material, sino también sus sueños, sus sufrimientos y sus proyectos.
Son miles las mujeres que van visualizando en los Encuentros que su situación de opresión, no es un destino, sino que hay causas históricas– sociales, con responsables de esta situación, y es en los talleres, donde las que no tienen voz, son oídas. Esto produce un gran revulsivo en las cabezas de muchas. “Algo cambia en cada mujer que participa”, es una de las consignas, y efectivamente, para miles, poder hablar en público ante tantas mujeres, ser oídas, las fortalece, las dignifica les permite ver que pueden, que no están solas y que sus sufrimientos son los sufrimientos de miles. Los ENM son una gran escuela, para todas. Las mujeres ven que no están aisladas, no se sienten discriminadas, porque participan todas y todas hablan. Es asombroso ver y escuchar con qué firmeza y claridad se discuten los sufrimientos. Todas escuchan y vuelven a intervenir. Y van comprendiendo que no están solas en esa lucha.
A diferencia de años anteriores, el kirchnerismo movilizó en un número mayor
En los talleres en Salta, muchachas de 15 años con mujeres mayores, obreras, rurales, desocupadas, estudiantes, etc., discutieron, en igualdad de condiciones, la situación económica, la política del gobierno, la situación de los hogares. La responsabilidad de la política de Cristina Kirchner respecto de su situación de hambre, de falta de trabajo, los salarios, jubilaciones y demás ingresos que no alcanzan y son devorados por la inflación, las jóvenes que mueren por abortos clandestinos, la falta de presupuesto para la salud y la educación, las mujeres que desaparecen y caen en las redes de trata, la falta de presupuesto para implementar la Ley contra la violencia hacia las mujeres, etc., por poner sólo algunas de las temáticas. El debate fue principalmente con las kirchneristas.
Cada mujer se sintió parte y dueña
Fue un encuentro rebelde, masivo, y organizado. Una organización distinta, diferente, “sin dueños”. Un gran logro de las mujeres en la Argentina.
Una mujer dijo en medio de la entrada de la inauguración del encuentro: ¡”Si todas entráramos así a la Casa de Gobierno, cuántas cosas cambiarían”. Y seguimos cantando “A pesar de todo les hicimos el Encuentro”.
