El 23 de abril se realizó una reunión de la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación. Ramón Bogado y María Rosario participaron como delegados de la minoría –lista Celeste y Blanca– de las últimas elecciones del sindicato que dirige Rodolfo Daer.
Bogado comienza contando que “Como siempre la gente de Daer no nos entrega los documentos y el temario a discutir. Avisan por telegrama dos días antes para que te presentes. En medio del plenario te enterás de los temas y en esta oportunidad, como casi siempre, no estaba en el temario a discutir paritarias, niaumento salarial.
“Tuvimos que empezar a gritar para que se incluya el tema, en medio de los congresales. Participaron 182 de todo el país, pero para tratar memoria y balance: viene todo cocinado y manijeado para que se apruebe a libro cerrado. Le dijimos a Morán, secretario general de la Federación ¿Para qué traés a los congresales desde tantos kilómetros, para levantar la mano e irnos?
“Obligamos a que Morán diga qué pasa con las paritarias, y contestó ‘Nos pusieron techo, una persona que no voy a mencionar acá (sic), vamos a ver cómo nos podemos manejar. Los obreros estamos mal y los empresarios ganan mucha guita. Estamos atentos, convocaremos a plenario, todavía no nos convocó el gobierno y las cámaras. No puedo crear falsas expectativas, pero sí les aseguro que no pienso arreglar por cifras en cuotas’, terminó de hablar, aplausos y a almorzar”.
—¿Luego habló Daer?
—Sí, Rodolfo Daer dijo “Le agradezco a mi secretario general, tomo sus palabras” y agregó que “todos los que estamos acá somos congresales de esta gloriosa federación y como tal tenemos que capacitarnos, no tan sólo como gremialistas, sino que tenemos que ser políticos y manejar la situación económica, porque tenemos compañeros a cargo. Ver dónde estamos parados, saber que hay distintas corrientes de pensamiento, marxistas, socialistas, etc., en el movimiento obrero y en cada fábrica de la alimentación. Pero por suerte los peronistas somos mayoría”.
Y siguió el secretario del STIA “Les hablo como torturado, hoy no podemos apostar a desestabilizar a la señora presidenta, debemos ser responsables, sí peticionar, estoy con la Federación Agraria en el campo, contra Moyano. Y no somos responsables de la inflación. Pero no quiero volver al 2001. Soy de los que no reniego y ando llorando como muchos que dicen que nunca tuvieron nada que ver con Menem. Pero repito una y mil veces, no podemos ser los responsables de que la presidenta caiga. Pido facultar a esta mesa directiva para que negocie y acuerde el aumento salarial”.
—¿Qué le contestaron?
—Nosotros contestamos que venimos entusiasmados a discutir los $ 3.200 que necesitamos los trabajadores para poder vivir y llegar a fin de mes. Y también a discutir un plan de lucha de toda la Federación, porque la situación no se aguanta más. Que Morán en el anterior plenario planteó que los empresarios nos cagaron con el 19,5% del año pasado que nos comió la inflación, y que este año había que luchar por fábrica. A Daer le dijimos que el movimiento es uno solo y en la fábrica no se diferencia por ser peronista, radical o comunista y hoy ni lo están pensando.
Hoy están desesperados por los salarios miserables de la alimentación, con el kilo de carne a $ 20, la garrafa a $ 45, el aumento de la ropa, la verdura, la salud, la educación. Y eso están discutiendo los compañeros. Y ya quieren salir a la calle por esta situación. Con esta presidenta siguen todas las leyes antiobreras y los empresarios se siguen llenando de plata, a costilla de la superexplotación de los compañeros. A Daer le dijimos “Vos vivís de la oratoria, pero no tenés idea, porque nunca pisaste una fábrica y el último paro que hiciste en el sindicato Capital fue en el año ’84 y así estamos. Y si la presidenta cae, es por su propia política de tirarse contra todos los sectores y los trabajadores, y por su soberbia”. También le señalamos que le dieron demasiado changüí al ir al acto de Cristina en Plaza de Mayo, y que dice que está con la FAA y no habla contra los chacareros, y en la plaza se aguantaron sentaditos y tranquilitos que Cristina les diga “los tengo acá entendiéndome qué es lo que quiero, cuando yo pensé que me iban a parar todo el país por aumento salarial. Y ahora tengo que soportar a los chacareros”.
Y terminamos afirmando que queremos aumento de salarios ya y les avisamos a todos que los trabajadores de Terrabusi no están dispuestos a esperar y menos arrugar por el techo de la presidenta”.
—¿Qué pasó después?
—Se escucharon aplausos de unos 40 congresales, cosa que ocurre por primera vez. También se escuchó “Vos que decís que sos peronista y apoyaste a Menem”. Otro dijo “Si hoy apoyamos a éstos, decime qué tienen de peronistas”. Ahí nomás los 15 gordos “congresales” de Daer nos vinieron a querer patotear y hacernos callar.
Al grito de “desestabilizadores”, como Morcillo de Córdoba, decían y tiraban manos. Saltaron los congresales de Córdoba y otros. Se pudrió el congreso. Y así salimos hasta la vereda de la Federación a los gritos y empujones.
Queda bien claro que a la larga o la corta, sin rebalsar desde abajo, van a la firma del techo que quiere imponer Cristina.