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06 de June de 2012

Un corresponsal de hoy conversó con Horacio Franzoni, presidente FAA de Villa Ramallo.

“Quieren que dejemos el campo”

Hoy 1422 / Paraje Zino, partido de Ramallo (provincia de Buenos Aires)

—¿Otra vez en la ruta, Horacio?

—¿Otra vez en la ruta, Horacio?
—Así parece, después de algunos años. Aunque no hubiéramos querido volver a parar y hacer control de carga… pero las circunstancias nos obligan y tenemos que hacerlo. Tenemos que pelearla y estar unidos, al igual que con la 125 porque este gobierno parece que quiere la extinción de los pequeños y medianos productores. Este impuestazo nos afecta a todos, principalmente al pequeño productor. Después hay muchos problemas que vienen de larga data como es el del trigo, el maíz, y las retenciones; sabiendo que no es lo mismo las retenciones para un pequeño productor que para alguien que tiene una gran cantidad de hectáreas y alta producción…

 

—O para un pool de siembra…
—Claro, o para un pool, que además nunca se sabe de dónde viene la plata; sabemos que no es lo mismo un pequeño productor que un pool de siembra.

 

—¿Cómo es la realidad de este impuesto de la provincia y del aumento de la valuación fiscal para un campo de 100 hectáreas? ¿Afecta también el Impuesto a los Bienes personales que van a tener que pagar el año que viene?
—Un campo de 100 hectáreas va a pagar de bienes personales e impuesto inmobiliario, alrededor de 800 a 1.000 pesos por hectárea. O sea que un campo de 100 has va a pagar 80.000 pesos de impuestos. Y los que van a pagar también son los que alquilan el campo para trabajarlo; porque el dueño que tiene un campo de 30/40 has que no pagaba Bienes Personales y lo alquila, ahora le va a tener que recargar 3 o 4 quintales más. ¿Y qué va a pasar? Que a un productor, que pagaba 13 quintales, ahora le van a pedir 17 y no lo va a poder pagar. Así, entonces no van a poder vivir el dueño del campo, el productor ni el Estado. ¿Y qué va a pasar? ¿A qué lo obligan?: a que ese hombre, ese propietario, tenga que vender y termine comprando gente que viene desde Capital Federal para especular y hacer concentración de la tierra. Porque hay mucha gente que quiere invertir. Eso es algo que nosotros avizoramos que a corto plazo se puede dar.
Al pequeño productor, al más chiquito, es al que más lo va a afectar; porque trabaja su campito y además tiene que arrendar afuera otra cantidad de hectáreas semejante a la que tiene. Y es muy probable que los pules de siembra lleguen a sacarle ese campo también. Sin olvidarse que está la otra parte –como le decía al principio- que es la de las retenciones, la de un trigo que no se puede vender y está regalado; un maíz que no se puede vender y está regalado y además el vuelto que se quedan los exportadores, 80 a 90 dólares por tonelada. Además los costos han subido un 40 o 50%. Y los que somos productores lo que queremos es producir más… Hay que poner tecnología, una buena semilla, fertilizantes para llegar a los 30, 40 o 50 quintales si el clima te acompaña. Nosotros queremos producir pero que nos dejen ganar una moneda.

 

—La 125 se ganó ¿Cómo ve hoy esta pulseada?
—Se ganó porque si no estaríamos pagando un 43, 44 o 45% de retenciones. Pero eso nos costó el odio del gobierno, de un gobierno que nos quiere tener de rodillas. No tiene que ser así, hay que dialogar para ver cómo se puede arreglar esto. Nosotros queremos apoyar al país porque parece que el país no quiere salir adelante. Vamos a apoyar pero también queremos que las retenciones sean menores, que podamos vivir todos. De lo contrario así no se puede vivir, acosados todos los días por un ente oficial. Así nunca vamos a tener rentabilidad. Creo también que si el gobierno quiere sacar un dinero hay otros lugares donde recaudar, por ejemplo el juego, la renta financiera, o se podrían bajar los sueldos que se subieron y no ser siempre nosotros los hijos de la pavota. Hay otros lugares donde recaudar y si no que gasten menos. El productor, el obrero, cualquier persona que trabaja da el paso hasta donde se puede dar. El gobierno tiene que hacer lo mismo. De esta lucha, que la vamos a seguir, depende el futuro de los productores, de nuestros hijos, de nuestros nietos y lo campos que viene de nuestros abuelos y bisabuelos los tenemos que defender a capa y espada.

 

—Hay lugares en que las bases de FAA empujan para que se lleguen a acuerdos con Moyano para hacer acciones conjuntas, uniendo las reivindicaciones de los trabajadores con la de los pequeños y medianos productores del campo. ¿Cómo lo ve?
—Creo que son rumores. Los he escuchado. Todavía no se ha llegado a hablar con Moyano. Si Moyano nos llama a dialogar sería bueno. Si el campo se une con los camioneros y con la CGT, serían dos patas fuertes del país. Para tener una buena política agropecuaria, una buena política económica y para tener un buen país. No en una actitud golpista; quiero ser totalmente claro en esto. Nunca fuimos destituyentes ni queremos serlo ahora. Lo que queremos es tener un país mejor para el campo y para todos. Argentina es agrícologanadera y después industrial, pero somos un país agrícologanadero y si al campo se le dan 10 o l5 años, dejándole la puerta abierta puede producir millones de toneladas de cereales. Pero hay que darle señales. Hay de todo en el país: hay genética, hay fertilizantes, tenemos de todo y hay muchísimas cosas para hacer y producir.