Lo que comenzó con movilizaciones y abrazos simbólicos, se fue transformando en un movimiento de masas con el eje de la defensa de la Universidad Pública que se tradujo en más de 50 facultades tomadas y cortes de rutas.
Encabezada por la dirección de Conadu Histórica, la lucha por aumento salarial fue el disparador, pero rápidamente los estudiantes ganamos protagonismo confluyendo con los docentes. Este auge tiene un gran contenido político: entendemos que con la política de Macri, la Universidad está en peligro y que por lo tanto, está en riesgo el futuro del país, peligra nuestro futuro, peligra la posibilidad de recibirnos pero también la posibilidad de que las futuras generaciones accedan a la Universidad.
En esta lucha en defensa de la Universidad pública, pesa el apoyo económico de nuestros viejos para cursar una carrera o el esfuerzo para sostenerla trabajando. Muchos somos primera generación de universitarios en nuestras familias. No queremos quedar afuera de las aulas.
Hace muchos años que no se veía la conflictividad que se vive desde el inicio de este cuatrimestre. La movilización del 30 de agosto tuvo epicentro en Capital Federal con 350 mil personas, pero en el resto del país reunió 200 mil: todas las ciudades con facultades tuvieron movilizaciones, pero se destacan las 20 mil en Jujuy, 10 mil en Salta, 10 mil en Neuquén, 20 mil en Mendoza. La mayoría de los rectores se han posicionado a favor de los reclamos y algunos han participado de las movilizaciones.
Se va a fondo con la democracia directa, discutimos todo y definimos todo. En la Universidad Nacional del Litoral, luego de haber tomado la Facultad de Humanidades y Ciencias, donde el ALDE (CEPA) es conducción del Centro dentro del frente Octógono, se generó un efecto dominó y la efervescencia estudiantil desbordó las conducciones de la Franja Morada. Se tomaron cuatro facultades más, y se realizan grandes asambleas sin la participación de la Franja.
Esta situación se da en todo el país. La FUA que debiera ser el máximo impulsor de estas luchas, no ha estado a la altura del momento. La Franja Morada -presidencia de la FUA- redujo la lucha exclusivamente al aumento salarial y la apoyó con tibieza. Pero cuando se profundizó el conflicto y se convirtió en una lucha en defensa de la Universidad pública, fue desbordada por los estudiantes por no impulsar la lucha y por boicotearla. Debido a que la UCR es parte de la alianza Cambiemos que gobierna, la Franja Morada se ve impedida de luchar contra la política del gobierno de Macri.
Por lo tanto, todo el movimiento actual es motorizado a través de las conducciones de federaciones regionales y centros que se pusieron a la cabeza y de estudiantes autoconvocados que se organizan por su cuenta.
En Comahue desde la FUC realizamos cortes de ruta simultáneos el lunes y un gran acto que cortó el puente Cipolletti-Neuquén el jueves 6. Medidas que fueron definidas días antes en una gigantesca asamblea interfacultades de 2 mil estudiantes.
En Rosario desde la Secretaría General de la FUR impulsamos la toma de 10 facultades el lunes 3/9 en forma simultánea. Al día siguiente movilizamos al acto de los obreros del cordón industrial en San Lorenzo. Veterinarias, tomó su facultad por primera vez en su historia y al día siguiente realizó un corte de ruta.
En La Plata, el Cuerpo de Delegados y las Asambleas de Curso son el motor, donde dirige la Lista Unidad y la Unite, ambas de la CEPA. Además desde la FULP se peleó la toma de dos facultades y el 12/9 se realizaban cortes de calles en cada Facultad. En Mar del Plata se tomaron 7 de las 10 facultades. En el resto del país continúan las tomas, o vienen de tomar al cierre de esta edición, involucrando a cada una de las sedes, desde Jujuy a Tierra del Fuego; de Mendoza a provincia de Buenos Aires.
La combatividad, la voluntad de organizarse para defender nuestro futuro y el protagonismo de estos días conforman un piso alto para el período que viene en la Universidad. No será fácil para Macri seguir atacándonos con recortes presupuestarios, con el FMI, con las restricciones a becas, el arancel a los extranjeros y diciéndonos que no podemos ir a la Universidad por ser pobres. Luego de este auge queda claro que no será fácil para Macri subordinar las carreras y los contenidos a los intereses de los monopolios extranjeros ni de los terratenientes.
El actual momento, es un piso alto que nos deja en mejores condiciones para que las luchas estudiantiles vayan confluyendo con el resto del campo popular y el movimiento obrero, para que podamos derrotar la política de ajuste, hambre y entrega de Macri. Con el objetivo de liberar la Argentina del imperialismo y el latifundio terrateniente, para conquistar la Universidad que deseamos para nuestro futuro: la universidad del pueblo liberado.
Escribe Nehuen Corbeletto, Secretario de Organización de la FUA. Coordinador nacional de la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista – CEPA
Hoy N° 1734 12/09/2018
