En la época de Menem, el gobierno de la provincia de San Luis aceptó la transferencia de las escuelas nacionales al ámbito de la provincia, como en el resto del país. En ese marco, aplicó la Ley Federal de Educación y su actual reemplazo, la Ley de Educación Nacional con la cual, el gobierno kirchnerista, buscó lavar la cara a la continuidad de la política educativa de los ’90 aun vigente en sus trazos generales. El paulatino deterioro de la educación pública, producto de los lineamientos políticos aplicados por el gobierno provincial y del insuficiente presupuesto ha arrasado los derechos laborales de los trabajadores de la educación y ha adecuado la escuela al modelo político y económico imperante:
• Salario básico de los trabajadores de la educación muy lejos del costo de la canasta familiar, gran parte del salario en negro y no pago de zona desfavorable.
• Inestabilidad y precarización laboral (docentes con suplencias cortas sin obra social, antigüedad ni francos pagos y personal de maestranza con plan de inclusión social o pasantías).
• Insuficiencia de cargos docentes y de nuevos establecimientos educativos, falta de mantenimiento, mobiliario, materiales, etc.
• Cierre de hogares escuelas.
• Medidas que apuntan deslindar responsabilidad en docentes y padres, y al desentendimiento del estado en el sostenimiento de la educación (escuelas charter, autogestionadas, etc.).
• Escuelas digitales: nuevo sistema por el que pretenden reemplazar a los docentes por 6 “gestores” cada cinco escuelas y una netbook por alumno.
Una situación similar se vive en la mayoría de las provincias. Por eso, todos los años, una y otra vez resurge la protesta docente en todo el territorio nacional. Sin embargo, la división gremial y la traición de la dirección nacional de Ctera y de dirigentes gremiales provinciales ha dejado morir esas heroicas luchas, llevándolas a la derrota repetidamente.
Ante esto, desde la CTA local se inició una campaña para impulsar una forma de organización democrática que permita superar la división gremial existente mediante la elección de delegados por escuela a fin de que los docentes, en cada lugar de trabajo, puedan discutir y decidir qué hacer y constituir un cuerpo de delegados representativo que reúna los mandatos de las bases.
Asimismo, el Confederal de la CTA realizado en agosto, resolvió convocar a un Encuentro Nacional Educativo de todos los niveles (universitario, secundario, primario, inicial y de jardines maternales, tanto nacionales, provinciales como municipales) de todo el país, en pos de lograr la unidad de los reclamos. Un encuentro en el que participen todos los que estén dispuestos, más allá de la pertenencia a uno u otro gremio, federación o central.
Un encuentro a realizarse antes de fin de año, que permita discutir política educativa y definir un plan de lucha para marzo del 2012 que unifique la pelea docente en todo el país para conquistar: Educación pública gratuita, financiada totalmente por el Estado. Salario básico mínimo igual a la canasta familiar. Jubilación del 82% móvil. Estabilidad laboral y pase a planta permanente de todos los precarizados. Derogación del impuesto a las ganancias para los asalariados. Universalización de las asignaciones familiares con monto digno. Aumento de presupuesto para mantenimiento edilicio, materiales, nuevas escuelas, cantidad de cargos necesaria para una relación alumnos/docente adecuada, formación en servicio, etc.
La voz de los que no tienen voz
En este marco, el gobierno provincial realizó el Congreso Internacional de Educación los días 29/9, 30/9 y 1/10/2011. Este congreso fue organizado en base a paneles de expositores nacionales e internacionales que plantearon los actuales lineamientos educativos de moda. El objetivo, según la prensa, fue el de presentar los lineamientos políticos para una futura nueva ley educativa y convalidarlos ante la presencia de la docencia provincial, para quienes la asistencia fue obligatoria (hubo unos 10.000 presentes). El evento fue convocado sin debate previo en los lugares de trabajo, y sin la posibilidad de que los docentes puedan expresar su opinión acerca de la realidad educativa. En muchos establecimientos, los directores transfirieron la prohibición de hacer preguntas a los expositores.
Ante este silenciamiento forzoso, una docente subió al escenario principal, en un intervalo entre ponencias, para leer un documento con denuncias sobre la situación de la escuela pública y reclamos. Los organizadores, que habían cortado el audio, se vieron obligados a permitir el uso de la palabra, ante la multitud que aclamaba y mostró adhesión total a los planteos. La docente fue acompañada por la dirección de la CTA local que se encontraba en el congreso propagandizando las propuestas de la elección de delegados por escuela y la convocatoria al Encuentro Nacional Educativo. La irrupción imprevista fue el hecho más significativo del congreso, que logró la adhesión y simpatía de la mayoría de los asistentes, quienes expresaron apoyo a las propuestas planteadas por la CTA. Fue la expresión de los que son silenciados, la voz de los que no tienen voz. La muestra de lo que surge de abajo en todo el país, saltando las barreras de los gobiernos y rompiendo las mordazas de los dirigentes chupamedias que mostraron una y otra vez que no dan para más.
