Mientras siguen siendo noticia los “negocios” de CFK, Máximo Kirchner, Lázaro Báez o Fernando Niembro; el Tribunal Oral Penal Económico N° 2 “investigará por presunto lavado de dinero a Antonio Caló y otros dirigentes de la UOM en la causa en la que fue condenado a 1 año y 9 meses de prisión Segundo Pantaleón Córdoba, ex jefe del área jurídica del gremio metalúrgico”.
De esta forma, sorpresivamente, el titular de la CGT oficialista y secretario general de la Uomra quedó involucrado en graves acusaciones (lavado de dinero y administración fraudulenta) que se derivan de “indebidas retribuciones por parte del Instituto del Seguro hacia la UOM. “De lo actuado -sostiene el fallo- surge razonablemente acreditado que durante más de 20 años, trece autoridades de la UOM (su Consejo Directivo) y el imputado Córdoba habrían percibido sumas mensuales de 20.000 dólares, dadas en prolijos sobres marrones por los responsables de la citada aseguradora, correspondiente al 20% de la recaudación mensual de los afiliados en concepto de seguros de vida y de sepelios”.
El caso se hizo público en el 2013 por una investigación que el periodista Diego Genoud, comenzó el 2 de agosto del 2011: ese día, el personal de la Aduana descubrió en el automóvil BMW de Córdoba, que iba a embarcarse en el Buque Bus hacia Montevideo, 800.000 dólares que estaban distribuidos dentro del vehículo en una cartera, un bolso y dos mochilas.
En su defensa el ex abogado de la UOM reveló que el dinero era para la compra de propiedades en Uruguay y confesó cual era su origen: provenían del pago del Instituto del Seguro, presidido por Julio Raele, estrecho allegado a Lorenzo Miguel. Agregó que “pactó con la UOM y el Instituto una remuneración mensual, habitual y permanente de una suma equivalente a 1/14 del 20% de la recaudación, mientras mantuviera vigencia el artículo 52 del Convenio Colectivo de Trabajo 260/75”. Y dijo que Raele liquidaba a la UOM entre 280.000 y 350.000 dólares por mes.
Esta noticia no viene más que a confirmar lo que miles de trabajadores metalúrgicos ya conocíamos, sin tantos detalles.
Qué lejos están estos dirigentes, que nombran a José Ignacio Rucci en distintos homenajes rasgándose las vestiduras, de quien (salvando las diferencias) habiendo sido designado secretario general de la CGT, vivía en un pequeño departamento prestado en la calle Avellaneda de la Capital Federal.
Esta “misteriosa” ola de destapes de hechos de corrupción se da en medio de la feroz disputa que distintas facciones de las clases dominantes tienen por el control de los resortes económicos y políticos del Estado argentino. Cada uno de estos sectores, ligados a unos u otros imperialismos tienen distintas recetas para hacer pagar la crisis internacional y el fracaso del llamado modelo K a los trabajadores y al pueblo.
Antonio Caló, empleado de la facción que tiene como candidato a Daniel Scioli, tiene ahora como tarea central, fogonear la campaña del Frente para la Victoria embanderándose con el “pacto social”. Pacto Social que servirá para poner al margen de la ley, las futuras luchas obreras contra los despidos y por salarios.
El otro plan conocido es el del shock devaluatorio que propone el macrismo, liberando a la voluntad del mercado la cantidad de trabajo y el nivel del salario.
Todos están pensando cómo nos hacen pagar la crisis. En el fondo, no fue muy distinto a lo que afirmamos más arriba, el lamentable papel que jugó Antonio Caló en la llamada “década ganada”. Fue siempre, aún frente a sus propios pares, pero fundamentalmente frente a los trabajadores, el freno a todas las luchas metalúrgicas y de otros gremios para recuperar los niveles salariales respecto de la inflación, manteniendo los salarios de la UOM dentro de niveles de pobreza. Su argumento para frenar las luchas salariales, fue siempre la “defensa de los puestos de trabajo”. ¡No conocemos una lucha donde lo haya hecho! Peugeot, EmFer y TAT SA, Paraná Metal, Siderca, etc.
Como dijo el candidato del Frente Popular, compañero Víctor De Gennaro, “en la Argentina hay jueces, lo que no hay es justicia”. Justicia vamos a tener cuando con la más amplia unidad obrera, fogoneada por los cuerpos de delegados y comisiones internas, luchadoras, sean capaces de unir a las corrientes nacionales, populares, democráticas, clasistas o combativas para recuperar la dirección de nuestra Unión Obrera Metalúrgica.
