Atento es un monopolio que hasta hace dos años era parte del grupo Telefónica. Recientemente adquirida por el grupo financiero yanqui Bain Capital por 1.051 millones de euros, se convirtió en el segundo monopolio más grande del mundo en Call Center. Creció oscuramente en los ´70 de la mano de Monsanto, con la guerra de Vietnam y su pública participación tirando herbicidas a la población. Hoy en día cuenta con un capital de 66.000 millones de dólares (más del 10% del PBI de Argentina). La compra de Atento dejó posicionado a este monopolio yanqui en 11 países de América latina, empleando a 152.000 personas y a 8.000 en Argentina.
Las ganancias que declaran en el Call Center son gracias a la tercerización y precarización laboral que realiza a sus miles de trabajadores y también a los subsidios de gobiernos de turno en las provincias de Tucumán, Córdoba y Chaco. En Buenos Aires, una de sus sedes ubicada en la calle Balcarce hace llamadas exclusivamente para VISA. Los trabajadores venían sufriendo serios problemas de condiciones de trabajo: en diciembre trabajaron sin agua y, en otro momento sin luz, solo había electricidad en las computadoras. Esto llevó a que se empiecen a organizar desde abajo para reclamar y la respuesta de la empresa fue el despido sin causa a dos empleados.
En una entrevista, Mauro, trabajador de la empresa Atento en la compañía Visa, expresó que junto con la compañera Alejandra fueron despedidos cuando la empresa se enteró de su actividad sindical que fue blanqueada al momento de dar a conocer la Comisión de Derechos Humanos que habían conformado, ya que no tenían delegados en una empresa que tiene más de 8.000 trabajadores en la Argentina. Afirmó que la empresa los despide sin causa cuando toma conocimiento de que se estaban organizando y que deciden ir a un conflicto directo con toma de la planta y huelga con el apoyo de los compañeros el 10 de junio. “A partir de ahí el Ministerio los cita al siguiente para plantear la conciliación obligatoria. Los primeros días sufrimos un acoso constante, no nos dejan atender en un principio y nos aperciben por motivos inventados. Pero nosotros seguimos sumando más compañeros a la comisión, dando a conocer informes sobre la situación de las condiciones de trabajo. Así llegamos al martes 24 de junio a una segunda audiencia con manifestación en la puerta del Ministerio de Trabajo, donde la empresa decide ceder y reincorporar a los dos definitivamente a las tareas diarias”.
Con el triunfo de la reincorporación, los trabajadores plantean que ahora sigue la pelea por las elecciones para tener delegados propios, que denuncien las condiciones de precariedad que viven diariamente.
Señala un trabajador que “Nosotros más allá de responsabilizar a Atento en nuestro caso, hacemos responsable principalmente a VISA por las condiciones de trabajo que nosotros tenemos diariamente”.
Según los trabajadores Visa es un sector bancario y ellos están bajo convenio de Comercio, por lo que la tercerización les permite ganar aun más con los sueldos que se ahorra. Y denuncian que la empresa tiene irregularidades en cómo liquida los sueldos, en el otorgamiento de licencias, en no dar días de exámenes, en poner de límite 5 minutos de baño por día, en no darle el día mensual que les corresponde a las mujeres.
Consultado el secretario de la juventud de CTA Capital, Fernando Almejún, planteó al respecto: “Atento es un ejemplo más de lo que se respira entre no pocos jóvenes: somos el emergente de una gran corriente juvenil en los lugares de trabajo que no nos tragamos las cúpulas sindicales traidoras, estamos dispuestos a discutir todo y practicar la democracia grande. Nos arriesgamos a realizar asambleas y peleamos por delegados de los trabajadores para poder enfrentar el ajuste y la precarización. Porque queda cada vez más claro que con esta política K de pagadores seriales y entrega de soberanía, la crisis se descarga sobre los trabajadores, y los jóvenes precarizados somos el primer anillo del ajuste. Buscando terciar para imponer un programa de emergencia en cada lugar de trabajo, con las herramientas que tenemos, luchamos contra la precarización. Tenemos el desafío de imponer desde abajo la recuperación de los cuerpos de delegados: con asambleas sector por sector y lugar por lugar. Conformando un programa reivindicativo inmediato y buscando desnudar a los socios y cómplices de esta situación que viven millones en la Argentina”.
El representante de la CCC, actual dirigente de la juventud de la CTA Capital, llamó a que los jóvenes trabajadores se pongan a la cabeza de las luchas, avanzando en la organización en cada lugar de trabajo e imponiendo una ley de emergencia que prohíba los despidos y suspensiones por un año.