Soy de la Corriente Clasista y Combativa de La Matanza, y estoy trabajando en un relevamiento nacional de barrios populares. Básicamente es una encuesta donde le preguntamos cuántas personas viven en el hogar, si la vivienda es propia, prestada, si tiene luz, agua, qué empleo tienen; si no tienen un empleo tratar de averiguar de qué realmente sobreviven. Después se pide la dirección y teléfono de contacto para corroborar.
Soy de la Corriente Clasista y Combativa de La Matanza, y estoy trabajando en un relevamiento nacional de barrios populares. Básicamente es una encuesta donde le preguntamos cuántas personas viven en el hogar, si la vivienda es propia, prestada, si tiene luz, agua, qué empleo tienen; si no tienen un empleo tratar de averiguar de qué realmente sobreviven. Después se pide la dirección y teléfono de contacto para corroborar.
Durante el recorrido encontramos muchos casos que no tienen trabajo y sobreviven vendiendo comida; otros, se tratan de ocupar en obras de albañilería. Mucha gente que se la rebusca.
Yo en esta primera etapa salía a la mañana y a la noche, entonces, por día hacía unas diez, doce casas. La mayoría de esas casas son de familias numerosas, promedio de siete personas. También encontramos muchas madres solteras, que les fue mal con el marido, no porque sean de mala vida.
La encuesta quiere saber realmente las condiciones en que vive la gente. Nosotros lo que vemos que por lo general se pregunta trabaja, no trabaja y ya está, y no se profundiza en qué trabaja la persona. Cuando te dicen que están desocupados, en realidad hay una persona que está cartoneando, que está juntando botellas, que está tratando de sobrevivir en lo que sea. Algunos que tratan de estar en una obra de albañilería; una familia trabajaba haciendo costuras de noche en la casa, otra que forraba plantillas… y así. De todas las familias que visité, solo en una el jefe de familia estaba en blanco.
Las contras que hemos tenido es el clima, barrios que cuando llueve es todo barro, entonces se complica el trabajo; no se puede entrar. La otra, es que hay mucha droga… Estábamos solas por manzana entonces se hace peligroso andar. Varias chicas no quisieron seguir por el tema de la inseguridad: llegan al barrio y dicen “no yo acá no entro”. Uno de los barrios que yo elegí, El Torero y San Cayetano II, aunque yo vivo ahí y conozco a los vecinos, sentía igual la inseguridad.
Respecto de la juventud, se ven muchos jóvenes que ayudan en trabajos de costura, taller, en la casa porque no pueden seguir estudiando. Otro tema es que muchos cuando van a buscar un trabajo los discriminan por donde viven.
También se pregunta si cobran algún plan. Básicamente quiere saber cómo hacen para vivir, cómo viven y de qué viven. Se enfoca si es en blanco, en negro, si es en negro si es independiente o es bajo patrón. En lo que es independiente se considera al que trabaja de remisero, que elabora comidas propias, mujeres que venden cosméticos. Muchos te decían que trabajaban en una cooperativa, pero la encuesta se terminaba ahí y no permitía ahondar que esa persona, además, sale a vender ropa o se la rebusca con otra ocupación para llegar al mes.
Vimos también gente que va a comer al comedor, no porque la encuesta lo preguntara sino porque ellos te lo contaban.
Nosotros no hemos llegado ni a la mitad de las familias para censar y los datos son muy fuertes. Sería bueno que se pueda llegar a todas las viviendas. El barrido es casa por casa, pero hay viviendas que tuvimos que saltear porque ya en el barrio te dicen que te cuides porque ahí venden droga. Otras viviendas donde no estaban de acuerdo con colaborar con la encuesta, o estaban como alerta: “si lo dicen en la televisión ¿por qué te voy a dar mis datos?” Más que no éramos tantos encuestando, éramos tres.
Acabamos de terminar la primera etapa. Tengo entendido de que en noviembre terminamos con la última etapa.
