Al cierre de esta edición se cumplen 60 días de la histórica huelga docente de la provincia de los Kirchner. Una lucha ejemplar que conmueve y moviliza a padres, alumnos y trabajadores en general, que no se bancan más el apriete, y el doble discurso de Peralta y Cristina de que “en Santa Cruz está todo bien”. A la espera de que la Ctera convoque a paro nacional y para que el gobierno nacional resuelva el conflicto, el lunes 27 se realizaban asambleas y paro docente en varios lugares del país.
Al cierre de esta edición se cumplen 60 días de la histórica huelga docente de la provincia de los Kirchner. Una lucha ejemplar que conmueve y moviliza a padres, alumnos y trabajadores en general, que no se bancan más el apriete, y el doble discurso de Peralta y Cristina de que “en Santa Cruz está todo bien”. A la espera de que la Ctera convoque a paro nacional y para que el gobierno nacional resuelva el conflicto, el lunes 27 se realizaban asambleas y paro docente en varios lugares del país.
Un gobierno patotero
“Ni progresista, ni popular, sos un gobierno patotero y nada más”, entonaban los docentes de Adosac en la mañana del jueves, cuando se disponían a movilizar -acompañados por una nutrida columna de docentes de Capital Federal y Gran Buenos Aires- hasta la Casa Rosada, la Casa de Santa Cruz y el Ministerio de Trabajo.
Más de 50 docentes, designados por el congreso de Adosac, luego de recorrer 3.000 kilómetros en micro, arribaron a Buenos Aires para concertar una entrevista con el ministro de Trabajo, para que resuelva el conflicto “como en el 2007”, y convoque a paritarias para que el gobernador Peralta dé el 50% de aumento del salario.
Tras largas horas de espera, los docentes mantuvieron una entrevista con una funcionaria de tercera línea, que dijo desconocer el conflicto de Santa Cruz, y que el Ministerio “no puede intervenir en un conflicto provincial”. Por eso, la delegación de Adosac decidió instalar un acampe hasta que Tomada interceda. Pero la respuesta del gobierno de Cristina Kirchner en la noche del jueves fue una feroz represión con palos y camiones hidrantes, que tuvo como resultado cuatro detenciones, una docente con costillas fisuradas y otra con un posible desprendimiento de retina.
La solidaridad no se hizo esperar
Organizaciones docentes (de Capital Federal, Gran Buenos Aires y delegaciones del interior del país), gremiales (entre ellas, CTA nacional y Capital), organizaciones sociales, políticas (PCR-PTP), centros de estudiantes, de derechos humanos como Liberpueblo, de desocupados como la CCC, juntas internas, centros culturales etc., el viernes 24 por la tarde marcharon hasta la Casa Rosada, para acompañar a los docentes que llevaron un pedido de audiencia a la presidenta CFK, y exigir una respuesta por la feroz represión de la noche del jueves. Otras cientos de organizaciones sociales, juntas internas, políticas, centros de estudiantes y de derechos humanos de todo el país hicieron llegar su solidaridad con los docentes.
Mientras en la provincia de Santa Cruz se realizaba un paro general de estatales, docentes, petroleros, etc., hubo movilizaciones en Rosario, Misiones; paro en Chubut, Santa Fe, Entre Ríos, Tierra del Fuego, y algunas escuelas de Capital Federal y distritos del Gran Buenos Aires como en Quilmes. La dirección de Ctera, servil al gobierno nacional, largaba un comunicado expresando que “no es con represión como se resuelven los conflictos, es con diálogo, con la convocatoria a la negociación”, pero en los hechos continuaba sin convocar a paro nacional. “¿Hace falta un muerto para que convoque?”, expresaban los docentes, en alusión al que fue obligado cuando el asesinato del docente Fuentealba en Neuquén.
El fin de semana se realizó un congreso provincial de Adosac en la localidad santacruceña de Luis Piedrabuena, donde los delegados de 14 distritos ratificaron el paro por tiempo indeterminado.
El gobierno es el que provoca
El acto en Plaza de Mayo estuvo cargado de emotividad y agradecimiento por la gran solidaridad recibida; pero también, de contundencia contra las provocaciones del gobierno –en ese mismo momento, algunas organizaciones provocaban enfrentamientos con la Federal que resultaron funcionales al gobierno, al impedir el paso de la columna hasta el Ministerio de Trabajo–. Desde el escenario montado cerca del vallado que divide a la Plaza de Mayo, uno de los docentes de Adosac denunció: “Fueron ellos los que mandaron la patota adicta de la Uocra a patotear a los compañeros de la Cuenca Carbonífera, fueron ellos los que mandaron la gendarmería contra los petroleros y los docentes de Pico Truncado y de Las Heras; fueron ellos los que apretaron a nuestros alumnos en las tomas de las escuelas; fueron ellos los que autoincendiaron el Consejo provincial de Educación; fueron ellos los que a través de la Jefatura de Policía intentaron armar provocaciones contra los docentes de Santa Cruz.” Los docentes denunciaron que es responsabilidad de la presidenta que el ministro de Trabajo Tomada y de Educación, Sileone den una solución a los docentes, porque “Santa Cruz sigue siendo parte de la Argentina, es responsabilidad de esta presidenta dar una solución a este conflicto que lleva 55 días de paro, y que ya no es la lucha de los docentes de Santa Cruz, es la lucha de los alumnos, es la lucha de los trabajadores mineros, de los petroleros, de todos los trabajadores de Santa Cruz que han realizado puebladas hoy día”.
El gobierno, a través de su candidato a jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Filmus, justificó la represión a los docentes, marcando la línea para las luchas sociales.