Los pueblos guaycurú y qom (toba) resistieron la conquista española primero y las expediciones de exterminio del ejército argentino, después, manteniendo el dominio sobre vastas extensiones en la región chaqueña hasta fines del siglo 19. En 1884, el Gral. Victorica (ministro de Guerra y Marina del presidente Roca) envió 3 regimientos de caballería, 2 de infantería y 3 buques de guerra para dar el mazazo final. El gobernador del Chaco ordenó ahorcar al cacique Yaloshi, ya herido, y dejó su cuerpo colgado de un algarrobo durante días. La cabeza de Cambá, jefe supremo de los qom, fue exhibida ensartada en el asta de una bandera argentina. Grupos dispersos siguieron resistiendo, no se daban por vencidos. Nuevas fuerzas arrasaron con otras comunidades. Miles de originarios fueron a reducciones, desarraigados y explotados como esclavos en algodonales, obrajes e ingenios. Los levantamientos se reiteraron durante los siguientes 40 años.
Las operaciones bélicas en el Chaco terminaron, oficialmente, en 1938.