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11 de March de 2015

Santiago del Estero bajo el agüa

Que la necesidad del pueblo no financie la corrupción

Desde el martes 3 de marzo los santiagueños sufrimos el embate de las aguas de lluvia y de los desbordes de los ríos Dulce y Salado. La sorpresa por la caída entre 150 a 300 milímetros  en el término de dos horas no sólo causó estupor, angustia, sino también bronca porque los gobernantes sólo culparon a las precipitaciones, cuando son los responsables de falta de previsión de obras que resguarden y brinden la seguridad ante estos fenómenos. 
Los diques y los ríos nunca fueron dragados, las costaneras que otrora fueron levantadas para la seguridad son modificadas sin ninguna planificación y responsabilidad solo “eso sí”, para justificar sumas millonarias que llegan desde Nación. Los canales urbanos que ofician de desagües son a cielo abierto sin revestimiento, tapados de basura y malezas, no están entubados, y las zonas costeras se encuentran con bordos y barrancas destruidas.
 
Fernández, Dpto. Robles
En el término de un par horas, los vecinos cercanos a los canales sin mantenimiento, de la ciudad de Fernández y del paraje Buey Muerto, veían cómo el agua arrasaba con sus viviendas que habían  levantado con años de trabajo. Así también los pobladores de los parajes de Pozo Zuni, San Ramón se encontraron aislados, por los caminos anegados. Los Matarazzo K (intendente y diputada nacional) nunca hicieron una obra de infraestructura básica de desagües a la ciudad. 
 
Otras localidades de la provincia
Los departamentos santiagueños de Avellaneda, Aguirre, Mitre y Rivadavia, Juries, Bandera, Guardia Escolta se encuentran arrasadas por el agua. Más de 6 mil santiagueños fueron afectados por la creciente de los ríos Dulce y Salado. En los departamentos de Salavina y Mitre, el desborde del río Dulce anegó parajes a los que sólo se puede acceder por aire, lo que dificulta la provisión de alimentos y asistencia a los damnificados. En los departamentos Alberdi, Jiménez, Pellegrini, Copo, Figueroa, Sarmiento, Juan Felipe Ibarra y Avellaneda, cientos de familias permanecen aisladas por kilómetros de agua desbordada del Salado que inundó los caminos. 
 Las obras multimillonarias: autódromo de primer mundo, hoteles cinco estrellas, torres de 500 millones, “el tren del desarrollo”, edificios públicos y plazas millonarias, representan al matrimonio Abdala-Zamora K, que esconde la marginación y el olvido a los pueblos del interior de Santiago. Las “migajas” llegarán: colchones, 1 bolsín de alimentos, plásticos, 2 chapas, “una” vivienda social, etc. lo que verdaderamente necesitamos, lo importante y necesario, es la planificación de obras que den seguridad a los santiagueños.
Urge la declaración de Emergencia Sanitaria, que permita asistir a las poblaciones afectadas, ayuda económica para la reconstrucción de viviendas, subsidios para los desocupados, ejecución de obras y mantenimientos de las existentes (desagües, cloacas, caminos, calles, canales, etc.), a fin de evitar futuras anegaciones.
Para ello proponemos que todos los sectores y organizaciones intermedias, participen en el control de subsidios y ayudas que reciba el Estado (en todos sus estamentos), para una equitativa distribución de estos recursos, impidiendo que una vez más la necesidad del pueblo sea utilizada para financiar la corrupción y las dadivas del gobierno de turno.