La movilización es convocada por la Intersindical Universitaria que agrupa a las federaciones gremiales docentes, Conadu Histórica, Conadu y Fedun , junto a la federación gremial de los No docentes-Fatun, con la adhesión de Uda y Ctera y la FUA, Federación Universitaria Argentina, que agrupa a los estudiantes. También es convocada por el CIN, Consejo Interuniversitario Nacional, que agrupa a los rectores/as de las 58 universidades nacionales del país.
La movilización ha recibido la adhesión de la CGT, y de las dos CTA, como así también de la UTEP y de muchísimos sectores sociales y políticos en todo el país.
Es expresión del rechazo en las universidades y en la sociedad al ahogo presupuestario que está imponiendo el Gobierno de Milei-Villarroel. De no revertirse esta situación en dos meses las universidades no podrán pagar ni siquiera la luz y el gas. Los salarios de docentes y no docentes, que son el 90 % del presupuesto universitario han perdido alrededor del 50 % del poder adquisitivo en los cuatro meses del gobierno de Milei-Villarroel. Ya una gran parte de los docentes cobran salarios por debajo de la línea de la pobreza.
El crecimiento de la protesta universitaria en todo el país a través de movilizaciones, clases públicas, abrazos y aplausazos en defensa de la universidad pública preanuncian una movilización masiva y con gran apoyo en el pueblo para el martes 23 de abril.
Ante esto el gobierno anuncia a través de los medios un supuesto acuerdo con los rectores de un aumento presupuestario. El “acuerdo” fue desmentido por el CIN planteando que están a la espera de que se los convoque formalmente y ratificaron su adhesión a la movilización universitaria del 23 de abril.
El ahogo presupuestario y el deterioro salarial sobre las universidades tienen como objetivo destruir el sistema universitario actual que tiene como principal característica la gratuidad y el ingreso irrestricto. Milei-Villarroel pretenden que la educación sea una mercancía que se vende y compra en el mercado y no un derecho del conjunto del pueblo argentino. A su vez tienen como objetivo con sus políticas de libre mercado desmantelar el sistema científico tecnológico argentino para profundizar la dependencia del país, la pobreza y la desocupación.
Crece la movilización en los docentes, no docentes y estudiantes universitarios, y crece el apoyo de los distintos sectores sociales y populares a la lucha en defensa de la universidad y la educación pública.