El 21/11, casi 600 municipales se congregaron por segunda vez en asamblea para discutir el cambio de paritarios, aumento de sueldos, y medidas a tomar.
La asamblea decidió no renovar paritarios, y de inmediato comenzó un debate entre la Comisión directiva y oradores que creían justo que los encargados de llevar a cabo las negociaciones fueran los que la habían comenzado.
¿Es aceptable que miembros de la comisión con experiencia y trayectoria comprobables, logren simplemente unos míseros $ 30 como aumento salarial? Y más aún, si después de tan pobre resultado amenacen con abandonar la posición de negociación como paritarios si no se acepta unánimemente este triste aumento.
En la asamblea se resolvió el 30% acordado retroactivo a octubre; caso contrario paro 24 hs la primer semana, de 48 hs la segunda, de 72 hs la tercer semana; y paro por tiempo indeterminado la cuarta semana en caso de no tener una respuesta satisfactoria del ejecutivo.
¿Un sindicato vendido?
El 3/12 se realizó un plenario de delegados donde la dirigencia sindical expresó que existen alrededor de 600 firmas en apoyo a la oferta del ejecutivo. Dicha campaña fue llevada a cabo por este último, y por la representación sindical.
Es muy coincidente el hecho de que la Municipalidad posee alrededor de 700 trabajadores temporarios que mes a mes sufren la incertidumbre de seguir o no en actividad. Representan un grupo vulnerable, blanco de la presión ejercida por la dirigencia para evitar que se llegue al paro.
Un rumor que corre es que si se prosigue con la idea de huelga; en represalia habrá descuento de haberes para los de planta permanente como para temporarios (estos últimos más expuestos a perder su fuente de trabajo).
Con la existencia de estas firmas antes mencionadas, las autoridades sindicales buscan revocar la decisión unánime de la asamblea del día 21/11.
¿No es extraño que la dirigencia no haga frente a las amenazas del ejecutivo con respecto al descuento de haberes? ¿Y no es extraño que tome una posición demasiado sumisa cuando lo que necesitamos es apoyo in-condicional y ponerse al frente de dicho reclamo?
Ahora nos encontramos entre dos frentes, el Ejecutivo, por razones obvias, y la dirigencia sindical por su inactividad y falta de representatividad ante nuestro reclamo.
Está en nosotros luchar, defender y garantizar un salario que dignifique nuestro trabajo. Exigir a la dirigencia que no sean tocados nuestros haberes y la continuidad laboral. Todo esto se logra con un plan de lucha continuo y persistente y gracias a la unión de las masas trabajadoras.