“Si no te defendés vos no te defiende nadie”, ha dicho la presidenta de la nación en un reciente discurso (25 de enero). Tiene razón. Lo que no se sabe es porqué se excluye de semejante afirmación, como si no tuviera responsabilidad alguna en la mayoría de los males que aqueja al pueblo argentino. Pueblo que, sabiendo esto que ahora dice Cristina Kirchner, no ha abandonado las luchas ni dado tregua.
“Si no te defendés vos no te defiende nadie”, ha dicho la presidenta de la nación en un reciente discurso (25 de enero). Tiene razón. Lo que no se sabe es porqué se excluye de semejante afirmación, como si no tuviera responsabilidad alguna en la mayoría de los males que aqueja al pueblo argentino. Pueblo que, sabiendo esto que ahora dice Cristina Kirchner, no ha abandonado las luchas ni dado tregua.
Siguiendo en esa línea de pensamiento, contó que “El lunes nos visita el director general de la OIT, lo vamos a recibir, y bueno, los pronósticos en el mundo en cuanto a trabajo no son nada buenos, por eso por favor aterricemos en el mundo con buena onda, con buenas actitudes para lograr acuerdos, porque es imprescindible acordar”. Dejando de lado la referencia al “aterrizaje”, como si estuviéramos volando vaya uno a saber por qué planeta, es importante detenerse en la idea de que “es imprescindible acordar”.
Después de 10 años de este gobierno, y partiendo de los hechos, sabemos que no se refiere a un “acuerdo nacional”, y menos aún a un acuerdo de las fuerzas populares para terminar de raíz con la dependencia y el latifundio, no. Ella misma da la pista en el discurso, cuando busca la complicidad de “Gerardo” en una anécdota referida a los túneles construidos por el Vietcong. “Gerardo”, no es otro que el secretario nacional de la UOCRA, Martínez, acusado –sin desmentidos- de “servicio” y entregador de trabajadores durante la última dictadura. Con estos jerarcas y otros de la CGT Balcarce, y con los representantes de poderosos monopolios que bancan este rumbo, es con quien pretende acordar la presidenta.
¿Qué quiere acordar? Un techo a los reclamos salariales, y nos dice que “No es cuestión de ponerse a gritar”, dando el ejemplo de la desocupación en España, donde “están gritando todos los días… pero cada vez la desocupación sube más”. En buen criollo, no joroben tanto con los aumentos salariales, porque hay crisis y hay que cuidar el trabajo.
Sabrá disculpar la “mala onda”, señora presidenta, pero nosotros iremos a fondo con esa idea suya de “Si no te defendés vos no te defiende nadie”, trabajando por un paro multisectorial de 36 horas, para avanzar en el camino de frenar esta política que descarga la crisis sobre nuestras espaldas.