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31 de July de 2012

El gobierno nacional dice que avanza la independencia dándole miles de millones de dólares a los bancosy fondos usureros.

Siguen pagando deuda con el hambre del pueblo

Hoy 1430 / La hora política

1. Junto al pueblo de Libertador

Libertador, en Jujuy, es muestra de las dos caras de la Argentina.

1. Junto al pueblo de Libertador

Libertador, en Jujuy, es muestra de las dos caras de la Argentina.

Una de esas caras es la del grupo Ledesma, de los Blaquier, que crece de la mano del gobierno kirchnerista: le otorgó el más generoso cupo para la producción de etanol, y una explotación de oro y cobre que saqueará los recursos y envenenará las aguas. Blaquier y Ledesma, son responsables de "la noche del apagón", y una larga lista de crímenes durante la dictadura, y siguieron con "mano dura" junto a la policía de gobiernos K, asesinando a seis jóvenes, con atentados a dirigentes de la CCC como Kike Mosquera, intentos de secuestros de hijos, etc.

La otra cara es el pueblo de Libertador que ya no acepta más seguir siendo “el feudo” de los Blaquier. Un pueblo que rindió homenaje a la lucha en la que hace año ocupó, resistió y conquistó tierras para la vivienda de 1.300 familias, y lucha por justicia frente a la sangre derramada por el gobierno y los Blaquier. Un pueblo donde los trabajadores dan pasos en la recuperación de sus organizaciones. Un pueblo en el que los jóvenes cantan lo que van a hacer cuando recuperen las tierras ancestrales robadas (del tamaño de una ciudad de 157.000 manzanas) y la fortuna amasada con opresión y sangre por los Blaquier de la mano de gobiernos como los K.

La lucha del pueblo de Libertador por tierra, vivienda, trabajo y justicia, enfrentando uno de “los dueños de la Argentina” apoyado por el gobierno K, es una causa nacional, como se expresó en la jornada nacional de la CCC.

 

2. Más inflación y más crisis

Libertador es una muestra de lo que pasa en el país. La inflación y la crisis multiplican el hambre y la desocupación. La asignación por hijo pierde valor y cada vez hay menos changas, crecen los despidos de los trabajadores contratados o en negro y no hay oferta de nuevos empleos, con las suspensiones bajan los salarios al 75%; la carestía, los tarifazos y el impuesto a las ganancias achican los salarios. Ramas enteras de la industria ya están en recesión.

El gobierno fabrica billetes de 100 pesos a toda máquina. Usa 3 imprentas: las Casas de la Moneda de Brasil y la Argentina, y Ciccone.

El 3 de agosto el gobierno K paga la última cuota del Boden 2012. La mitad (47%) de esos bonos fue un regalo de Duhalde a los bancos por la pesificación. Otro cuarto fue un negociado del gobierno K con Venezuela, que se los vendió a sus bancos. Los ahorristas que deben cobrar, solo recibieron el 23% de esos bonos, y hace tiempo que la gran mayoría los tuvo que malvender a los bancos. Con el tiempo, gran parte de esos bonos fue comprado por fondos usurarios como el Franklin, Capital Internacional, Black Rock, Capital y Fidelity. Junto a otras deudas, este año el gobierno K pagará 13.000 millones de dólares. A pagarle a los usureros el gobierno llama “desendeudarse”.

 

3. No les va bien

Sorprendido por el avance de la crisis, y ante la dificultad para avanzar con el ajuste de “sintonía fina” por la protesta popular, el gobierno liberó precios apostando a la inflación para aumentar la recaudación de impuestos como el IVA y ganancias (que pagan fundamentalmente los trabajadores y el pueblo), y para “licuar” los presupuestos de salud, educación, y demás gastos sociales. Además, cerró las importaciones de bienes necesarios para la industria sin ningún plan para sustituirlas por producción nacional, con lo que agravó la crisis.

El gobierno despilfarró los fondos de la Anses y otras “cajas” para ganar las elecciones del 2011. Ahora, le impone a las provincias que se hagan cargo de “subsidios” atados a empresas del “capitalismo de amigos K”. Al mismo tiempo, el gobierno rasca las ollas ofreciendo microplanes a gobernadores e intendentes, para mantenerlos “cautivos” con esas limosnas. Los dejó afuera del gobierno y de la “vidriera K”, como se vio en el acto de Vélez. Pero los necesita para reformar la Constitución y buscar la re-reelección de Cristina K.

Pero no le va bien al gobierno K. Las propias encuestas K muestran su creciente deterioro político por el malhumor y la bronca populares.

 

4. Devaluadores

El peronismo se fragmenta. Ante la fractura de la CGT, el gobierno avanza hacia la nueva CGT “Balcarce”. El candidato oficial, Caló, confesó que “no cree en el Indec”, presionado por el descontento de los metalúrgicos. Por otra parte, los jerarcas colaboracionistas están nerviosos: el gobierno sigue sin tirarles un hueso.

El gobernador de Córdoba presentó ante la Corte Suprema el reclamo por las deudas del gobierno nacional con la provincia, y ya se discuten las listas de legisladores para las elecciones sin el kirchnerismo. El peronismo de otras provincias sigue con atención esa presentación a la Corte.

Por otra parte, el discurso de Biolcati en la Sociedad Rural, rodeado del macrismo, de Aguad y otros del radicalismo pro Macri, los duhaldistas Amadeo y Brown, y De Narváez, mostraron que la derecha tradicional busca agruparse con un programa: devaluación y “recuperar la calidad institucional”.

Es falsa la polaridad entre el kirchnerismo y los devaluadores. El kirchnerismo, de hecho, ha permitido un “mercado azul”, con el dólar a $6,50, que es el que van tomando en cuenta los monopolios y cadenas de comercialización para la suba de precios. Y es notable que, tanto el gobierno como en la derecha opositora, hagan silencio sobre la experiencia peronista del IAPI que, más allá de sus limitaciones, demostró que era posible manejar el comercio internacional y los precios, compensándolos en función de un proyecto nacional.

La derecha opositora trata de montarse sobre el descontento popular, pero tampoco les va bien. Las grandes masas populares no quieren salir de esto que prometió ir por más y va por menos, por una propuesta que de entrada va por el hachazo a los salarios y mano más dura. 

 

5. Muy buenas condiciones

La política kirchnerista descarga sobre los trabajadores y el pueblo el desboque de la inflación y el avance de la crisis. Es funcional a los de arriba.

Como muestra la lucha de Libertador, la jornada de los desocupados y jubilados de la CCC y otras luchas, crece en las masas el descontento y la voluntad de movilizarse para no pagar ni la inflación ni la crisis. Esto divide aguas en la política nacional, y permite avanzar, con un programa, en la unidad de acción por los reclamos del movimiento obrero y popular. Están avanzadas las gestiones de la CTA, la CGT que encabeza Moyano, Federación Agraria Argentina y la CCC, para una jornada nacional de lucha por las reivindicaciones del movimiento obrero y campesino frente a la crisis.

La lucha social va unida a una batalla política para desnudar la política K de cargar la inflación y la crisis sobre el pueblo, y desde ahí golpear los planes continuistas de re-reelección presidencial.

La campaña por la personería del PTP es una gran herramienta para ese debate político. Sobre todo orientada hacia las grandes empresas y centros de concentración. Hay muy buenas condiciones para cambiar la correlación de fuerzas de los cuerpos de delegados y comisiones internas, porque es muy grande la corriente combativa que busca el camino de la lucha. Esto es clave para el reagrupamiento de fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas, para las tormentas sociales y políticas que se avecinan, y para la gran batalla política que está en curso.