En este proceso electoral, un gran debate es cómo integrar luchas y elecciones. Otro, es si la campaña del voto bronca la desarrolla sólo el Partido desligado y por fuera de los procesos de masas; o buscamos integrarla y que lo tomen los frentes y organismos de masas. En este sentido, hay una concepción que estrecha a los movimientos para la lucha reivindicativa-económica, y deja al Partido para la lucha política. Esta concepción, no pugna porque el Partido en los movimientos se esfuerce por elevar el nivel político de los mismos y de sus luchas, donde las elecciones son parte de ellas. También está en debate si sólo luchamos por conseguir cosas y en las elecciones sólo vamos a castigar; o si ese camino de luchas y la posición electoral es para acumular fuerzas para una salida de fondo, revolucionaria.
Como se narra en el artículo de San Martín (ver hoy n° 1271), se trató de integrar el trabajo conseguido como resultado de una dura y prolongada lucha, con la posición electoral, la salida de fondo y la lucha inmediata posterior al acto para seguir trabajando.
En una zona campesina, se debatió la posición en el Cuerpo de Delegados de la organización. Acordado esto, son ellos los que toman la campaña en sus manos y la hacen de masas, difundiendo el voto bronca que es muy requerido.
En este intento, tenemos un atraso en la propaganda general como Partido, que nos esforzaremos por revertir en los días que quedan.
Castigar en las urnas y organizarse para luchar
El grado de bronca es muy grande, como no se vio en mucho tiempo. Es proporcional al hambre que crece, a la mentira, al abandono y a los negociados políticos por arriba. Hay un gran sector que no quiere saber nada con “los políticos”; y está buscando una forma de castigar en las urnas y de organizarse para luchar. Esto se ve en mayor medida en el interior.
El gobierno concentró la atención de los reclamos principalmente en el Gran Resistencia, dado que existen 256 asentamientos producto del éxodo; la mitad de la población del conurbano está bajo de la línea de pobreza, y la mayoría de los movimientos sociales sólo tienen fuerzas ahí. Capitanich pretende sacar una cantidad de diputados provinciales que le permita tener la mayoría que hoy no tiene. Hace campaña con su figura; no habla del gobierno nacional y muestra centralmente obras, muchas de ellas infladas o iniciadas en gobiernos anteriores o simplemente anuncios. Rozas puso como primer candidato a diputado nacional a Pablo Orsolini, vicepresidente de la FAA. Por ello, Alfredo De Angeli vino dos veces a la campaña diciendo que “el pueblo ya tienen a quien votar”. La semana pasada vino Buzzi a respaldar la misma.
Lilita Carrió intervino el ARI, que se oponía a un acuerdo con Rozas, y colocó a su principal figura en la lista de candidatos a diputados nacionales con la UCR. Esta –actualmente diputada provincial por el ARI–, había hecho campaña activa y denuncias importantes contra la política del Rozismo durante un largo período.
En el acto conjunto del 1° de Mayo –de todas las organizaciones piqueteras y partidos de izquierda, a excepción de la CCC y del PCR–, nadie nombró a Kirchner ni a Capitanich. Por el contrario, dijeron que en la provincia avanzamos consiguiendo cosas y estamos mejor; alabando el trabajo que se dio Capitanich para sacar al pueblo de las calles y las rutas porque “ahora estamos trabajando”.
