El jueves 14 los empleados de la empresa rosarina Sol recibieron telegramas de despido. Ese mismo día, Air Nostrum, empresa española accionaria, utiliza una cláusula del contrato y se retira de la sociedad con Sol. El viernes, pasajeros con destino a Paraguay y Uruguay quedaron con sus vuelos cancelados.
El jueves 14 los empleados de la empresa rosarina Sol recibieron telegramas de despido. Ese mismo día, Air Nostrum, empresa española accionaria, utiliza una cláusula del contrato y se retira de la sociedad con Sol. El viernes, pasajeros con destino a Paraguay y Uruguay quedaron con sus vuelos cancelados.
¿La causa? Sol dejó de recibir por parte de la empresa Aerolíneas Argentinas, un subsidio de un millón de pesos diarios, otorgados por la gestión kirchnerista de Recalde, que le permitía a la empresa Sol mantener sus rutas aéreas.
Este contrato, firmado bajo la administración de Mariano Recalde, era una verdadera estafa, como denunciaron varios gremios: se le garantizaba a Sol una utilidad del 12%, independientemente de los pasajes que vendiera.
Como siempre ocurre, cuando el barco se hunde, las ratas huyen. La española Air Nostrum, que brindaba soporte técnico y aviones, anunció su retiro de la sociedad con Sol y llevó sus aviones a Uruguay.
Lo cierto es que luego del lockout patronal, los trabajadores profundizaron el reclamo porque se niegan a recibir el 50% de las indemnizaciones porque, como dicen ellos “no se trata del dinero sino de que queremos conservar nuestro trabajo”.
Si bien el Ministerio de Trabajo intimó a la empresa a reincorporar al personal al sostener que los telegramas de despidos son ilegales y los gremios denunciaron que la compañía siguió vendiendo pasajes hasta el jueves, Sol dejó varados a pasajeros y a parte del personal durante el fin de semana en Paraguay y Uruguay.
Si bien los trabajadores denuncian que el acuerdo entre Sol y Aerolíneas Argentinas mantenía cláusulas a las que nunca pudieron acceder, le exigen al ministro de Transporte, Dietrich, que tome cartas en el asunto y que viabilice la continuidad laboral de los 300.
Durante el fin de semana, los trabajadores estuvieron haciendo acampe en los check-in de Sol en los aeropuertos Jorge Newbery en Capital Federal y Fisherton de Rosario, obligando así, al cierre de esta edición, a sentarse con las otras dos partes en el Ministerio de Trabajo para discutir una salida a esta situación. La reunión terminó sin soluciones concretas.
Esto es otra muestra de cómo el gobierno de Macri “resuelve” la herencia kirchnerista, haciendo pagar los platos rotos a los trabajadores.
