Un camarada de la dirección zonal dio la bienvenida a “las y los camaradas, amigos, compañeros y compañeras y fuerzas políticas que nos acompañan en esta charla. Quiero saludar en particular a la camarada Liliana Méndez, secretaria del PCR de Quilmes Berazategui Varela y miembro del Comité Central.
“Esta Colecta Financiera la venimos transitando en el medio de la pandemia de Covid-19 que azota al mundo y a nuestro país. Desde el 19 de marzo del año pasado, luchamos por la emergencia sanitaria y contra el hambre en cada barrio y en cada destacamento popular, peleando por acumular fuerzas para el PCR y la JCR.
“El trabajo realizado por los barrios, por las obreras y los obreros, las y los docentes, estatales, campesinos y campesinas, los y las jubilados y jóvenes en esta colecta, desde el 20 de junio, buscando cientos de aportes para el autosostenimiento de nuestro Partido, es una batalla política y económica. Son miles los que depositan su esperanza en el Partido y los movimientos de masas en que participamos, y en los aliados con los que venimos batallando esta situación inédita. Con las condiciones difíciles de esta situación, abordamos la Colecta con entusiasmo, casa por casa, vecino por vecino, compañero por compañero”.
Palabras de Jacinto Roldán
En primer lugar, agradezco la invitación del Comité Regional del PCR de Quilmes, Berazategui y Varela para esta charla. Se cumplen 205 años de la Declaración de nuestra Independencia, y hoy estamos en medio de la batalla por resolver las emergencias sanitarias, económica y social, agravada por la pandemia del Covid-19.
En estos tiempos soplan vientos de cambio con grandes luchas en todo el continente y eso se inscribe en la larga lucha de nuestros pueblos por su independencia.
Quiero dar un saludo a todas las compañeras y compañeros del PCR y su JCR, de la CCC, de la FNC, del MIJP, del MUS, a la CEPA, y a todos los amigos y amigas. En particular a los que en estos más de 500 días de pandemia, en una situación tan difícil, llevaron adelante la línea de nuestro Partido entre los sectores más oprimidos de la ciudad y del campo. Entre los trabajadores, los jóvenes, entre las mujeres. Entiendo que los aciertos de la línea se comprueban en la práctica. Y en esa práctica realizada con tanto esfuerzo y dedicación, avanzaron las masas y avanzó el Partido. Hacemos esta charla ya lanzada la Campaña Financiera de nuestro Partido en todo el país.
A los comunistas revolucionarios no nos sostiene ningún monopolio, ninguna embajada extranjera, y nuestro compromiso es con la clase obrera y el pueblo. Y son ellos, con sus aportes, los que ayudan a sostener económicamente al PCR. Por eso, a todos los amigos con los que compartimos la lucha de todos los días, les pedimos un aporte.
La pandemia y la rebeldía de los pueblos
En un mundo sacudido por la pandemia se profundiza la crisis económica, se agudiza la disputa entre las potencias imperialistas, y crece la rebeldía de los pueblos.
Señalo algunos hechos: el presidente de Estados unidos, Biden, acabó con el aislacionismo de Trump. Su política es unir fuerzas con Europa, con las potencias del G7, y la alianza militar de la OTAN. Son las fuerzas que avalaron la estrategia del imperialismo yanqui, y consideran a China –lo han dicho públicamente- una “amenaza sistémica”. El imperialismo chino reaccionó con furia en su respuesta. A través de sus medios oficiales acusó a Estados Unidos de “estar enfermo” y dijo que su amistad con Rusia es inquebrantable. Al día siguiente de la Cumbre de la OTAN, enviaron 28 aviones de combate a la “Zona de Identificación de Defensa Aérea” de Taiwán.
Si miramos nuestra América Latina, la disputa imperialista genera hechos que muestran en que momento estamos viviendo. Esta semana, un grupo comando asesinó al presidente de Haití, Jovenel Moise. Haití es el país más pobre de América Latina. Inmediatamente, el presidente Biden, aseguró que Estados Unidos “estaría listo para ir en ayuda”. Estados Unidos considera que América Latina es su patio trasero, y quiere recuperar terreno frente a la penetración imperialista de sus rivales. Principalmente, el imperialismo chino, y también de rusos y europeos.
El imperialismo yanqui se apoya en gobiernos afines, como el de Bolsonaro en Brasil y el de Duque en Colombia. Como lo hacía y hace con Macri en Argentina.
Ayer apareció la información de que el canciller de Bolivia, Rogelio Mayta, denuncia que el gobierno de Macri le entregó 40 mil cartuchos y granadas de gas a las fuerzas armadas bolivianas para reprimir al pueblo y consolidar el golpe de Janine Añez. Son algunos de los hechos que salen a la luz en esa disputa que se va agravando, palmo a palmo.
Por otro lado, el imperialismo chino -para no confundir-, porque a nosotros nos decían prochinos, y nosotros siempre dijimos que no somos prochinos, somos maoístas, y que no hay una continuidad del socialismo con Xi Jinping. Sino que por el contrario, muerto Mao y otros dirigentes revolucionarios chinos en 1978 avanzó la restauración capitalista con Deng Xiaoping, y hoy en China del socialismo no queda nada porque cambió de color.
Cuando visitábamos China nos sorprendía que los camaradas chinos nos dijeran que, después de la restauración capitalista en la gloriosa Unión Soviética, en China podía pasar lo mismo. Que “China hoy es roja pero mañana puede ser blanca”. Y a uno, viendo las asambleas, las comunas en el campo, y el papel protagónico de la mayoría del pueblo chino, le parecía imposible que esto pudiera pasar. Pero pasó.
En el año 1979, el camarada secretario del PCR, Otto Vargas viajó a China, y a la vuelta, dijo que China había cambiado de color. Discutimos, conversamos, sufrimos bastante porque era un golpe grande. Pero aprendimos también que lo rojo hoy puede ser blanco mañana, y que bajo la dictadura del proletariado sigue existiendo la lucha de clases.
Anteriormente, en la Unión Soviética, se entendía que con el triunfo de la revolución liberadora terminaba la lucha de clases. Y el maoísmo nos enseñó que en ese tránsito del socialismo al comunismo, seguían existiendo las clases, seguía existiendo la lucha entre proletariado y la burguesía, seguía existiendo la lucha entre el marxismo y el revisionismo. Nos decían eso, y eso pasó. En 1978 se restauró el capitalismo en China.
En nuestro continente los chinos han avanzado en casi todos los países y disputan por el control de nuestras riquezas y posiciones estratégicas en sus ambiciones expansionistas. En esta América Latina, la disputa imperialista tiñe todo y se han ido produciendo una sucesión de crisis políticas, económicas y sociales, que vienen avanzando sobre la región. Podemos afirmar que hacía tiempo que estos hechos no se veían.
Porque así como el pueblo argentino en las calles y en las urnas derrotó a Macri, hoy hay grandes revueltas populares en Colombia, con un paro activo de más de un mes, enfrentando una gran represión impulsada por su presidente Iván Duque. Esto que pasa en Colombia es una de las situaciones que se han agudizado en América Latina.
En Perú, frente al triunfo electoral de Pedro Castillo, sigue la incertidumbre porque las denuncias impiden que el electo presidente se haga cargo del Gobierno. El campesinado y los originarios que lo apoyan amenazan con marchar sobre Lima, si no se entrega el gobierno.
En Chile, el pueblo en las calles impuso la reforma constitucional, donde se redactará una nueva Carta Magna, para reemplazar la establecida por la dictadura de Augusto Pinochet en 1980. La Convención Constituyente tiene 17 representantes originarios y la preside la mapuche Elisa Loncón. Es todo un acontecimiento, donde los originarios pasan a ser reconocidos.
En Brasil, con más de medio millón de muertos por Covid, fueron avanzando las movilizaciones que piden la destitución de Bolsonaro por crimen sanitario. Y Bolsonaro se refugia en los militares y las fuerzas armadas para sostener su gobierno.
En Bolivia tenemos la denuncia actual. La lucha popular derrotó a los golpistas y el MAS volvió al gobierno.
Es decir, si analizamos los hechos, la situación de América Latina respecto al avance de la derecha, ha ido cambiando. Esto es producto de las luchas que se fueron multiplicando.
En todas estas luchas ha jugado un papel clave esa gran masa de campesinos pobres y de las naciones y pueblos originarios, tan ninguneados y despreciados por las clases dominantes.
En América del Sur somos países dependientes, productores de materias primas agropecuarias, donde el imperialismo subordina y asocia a los terratenientes. Desde el punto de vista de nuestra estrategia, cuando hablamos de revolución para la conquista del poder político, la cuestión campesina y originaria es clave para la lucha por la liberación nacional y social.
A nosotros nos parece que el trasfondo de esa rebeldía que crece en América Latina es alrededor de quién paga la crisis. Porque América del Sur es hoy el centro mundial de la pandemia, con sistemas de salud muy precarios, colapsados, con economías débiles, donde crece el hambre y la desocupación.
La disputa imperialista, las tensiones políticas, la situación que viven las masas y la respuesta de esas masas van haciendo crecer un polvorín de odio popular que recorre el continente.
La pandemia agravó las emergencias
En nuestro país llevamos más de 500 días de pandemia, y la lucha popular debió enfrentar esta crisis sanitaria que agravó todas las demás emergencias. La del hambre, la desocupación, la falta de tierras para trabajar y para vivir, entre otras. Es bueno recordar y tener en cuenta, que derrotamos al gobierno de Macri que nos dejó un país devastado. No empezó con él, pero con la política de su Gobierno dejó un país devastado-, con una deuda fraudulenta, impagable con millones de dólares que le dio el FMI para ganar las elecciones en 2019.
En el 2020 nuestro Partido, desde el primer día de la pandemia, decidió impulsar el protagonismo popular para enfrentarla e impulsamos los comités de crisis, las comisiones de emergencia barriales, de fábrica, con los cuerpos de delegados. Miles de compañeros fueron haciendo suya la línea, y fuimos uniéndonos con otros sectores populares.
La lucha por la vacunación para todos los que habitan nuestro suelo, sigue siendo, el gran desafío. Y seguimos la pelea por la vacuna nacional.
Porque mirado desde los políticos del sistema, esos miles y miles que protagonizan diariamente las ollas, los comedores, la lucha por tierra, techo y trabajo, paritarias en las fábricas y gremios, no son “políticos”. Son, en el mejor de los casos, “luchadores solidarios”.
Nosotros tenemos otra visión. Entendemos que en el crecimiento del protagonismo popular, junto a la clase obrera y el pueblo, vamos aprendiendo a tomar nuestro destino en nuestras manos. Y entendemos que esa es la democracia de masas que se va haciendo sentir, que no es lineal, que es zigzagueante.
El otro punto importante es quién paga la crisis, porque se agravó la crisis económica. La inflación ya trepó al 46%, la carne aumentó más del 6% en el último mes, los precios siguen atados al mercado mundial, y hay cerca de 50 monopolios formadores de precios, subordinado a las mafias intermediarias.
Mientras esto pasa, y se va agravando, hay un sector que en el medio de la crisis aumenta sus ganancias a costa del pueblo. Y entiendo que no hay posibilidad de resolver las emergencias sanitaria y social, sin hacer pagar la crisis a los que de afuera y de adentro se la llevaron y se la siguen llevando en pala. Por eso le damos tanta importancia a las luchas que recorren la Argentina y peleamos porque las masas no deleguen y se avance en la coordinación de sus luchas.
Crecen las luchas
Voy a destacar algunas del último período: el 23 de junio, con verdurazos, feriazos, movilizaciones, concentraciones al costado de las rutas, en parajes, pueblos y ciudades, miles de campesinas y campesinos, protagonizaron la gran jornada nacional de la Federación Nacional Campesina. No es una cosa más, me parece. Fue acompañada por la Corriente Clasista y Combativa, por las Naciones y Pueblos Originarios en Lucha, en múltiples lugares.
La jornada de la FNC expresa a los sectores más explotados del campo, que ven cómo su producción vale centavos cuando sale de sus chacras, y su valor es diez veces mayor cuando llega al consumidor. Su lucha es justa porque quieren seguir produciendo y no pueden, en una Argentina donde tres de cuatro chicos pasa hambre, según la UCA. Esa es la Argentina actual.
No hay trabajo para los jóvenes y crecen las adicciones. Sin Internet ni computadora, quedan afuera de la escuela. El 25 y 26 de junio se realizó una gran jornada nacional de lucha por trabajo, educación, deporte, cultura. Allí se mostró el gran trabajo que realiza en todo el país el Movimiento Ni un Pibe Menos por la Droga, que cumplió cinco años. Y que junto a la Juventud de la CCC, la Juventud de la FNC, la CEPA, el MUS y otras organizaciones populares, pasan a ser avanzada de millones de jóvenes que salen a la lucha.
En la Mesa nacional de los Precarizados y Desocupados de la CCC, se resolvió adherir a todas las actividades en defensa de la soberanía nacional que se proyectan para este 9 de Julio, que se están realizando en Santa Fe y otros lugares del país.
La CCC aprobó una movilización para el 13 de julio, por estos puntos que mencioné en defensa de la soberanía, por la suspensión del pago de la deuda y los puntos específicos para cada provincia y zona.
Con la consigna “sin salario no hay salud”, el gremio de la Sanidad, ATSA convoca a paro nacional por pago de salarios. Hicieron uno el 2 de julio, y plantean hacer otro a fin de mes.
En esas luchas se van produciendo cambios. Por ejemplo, los obreros de Persicco, de la alimentación, toman la fábrica por deuda salarial. El gremio de la alimentación rechazó la propuesta patronal y convocó a realizar asambleas y plenarios de delegados, el 30 de junio. Y convocó a paros de cuatro horas por turno, a partir del 1 de julio. La comisión Interna de Mondelez planteó no bajarse en el pedido de 45%, en el camino de resolver 140 mil pesos en relación a los precios de la canasta familiar.
El presidente Alberto Fernández participó de un congreso de la Bancaria, donde los trabajadores consiguieron con su lucha un aumento salarial del 45%, y un bono de 100 mil pesos. Es decir, que en cada lugar de trabajo crecen los reclamos por aumentos salariales.
Ahora el gobierno extendió hasta fin de año la suspensión de despidos sin causa. Son cosas importantes a tener a cuenta, porque los aumentos no alcanzan, pero ante la inflación la exigencia de que los salarios se nivelen con la inflación es un avance del movimiento obrero. Las luchas han ido creciendo.
Como la que se libra con relación a la soberanía en los puertos, hidrovías. Nosotros participamos en el Foro por la recuperación del Río Paraná en Santa Fe; los compañeros del Astillero Río Santiago, los obreros navales de Mar de Plata, las multisectoriales de Chaco, Corrientes, Misiones, Bahía Blanca y otros lugares, venimos haciendo camino con otros sectores con los que defendemos la soberanía, y venimos creando un movimiento nacional para recuperar la soberanía de nuestros puertos, dragados, nuestros ríos y mares, y recuperar nuestra flota mercante reactivando la industria naval. Hoy (09/07) se están realizando caravanas y banderazos en distintos localidades peleando la defensa de nuestra soberanía nacional.
Nosotros hemos discutido, siempre es bueno discutir y aclarar cada una de las cosas que vamos haciendo, y pasamos a pelear porque se desarrollen grandes movimientos nacionales en defensa del petróleo, el litio, la pesca, nuestras riquezas naturales y de la producción nacional. Estas luchas, como las de paritarias, como la que protagonizaron los obreros de Mondelez son parte de las miles que recorren la Argentina.
También en la lucha por la vacunación hemos jugado un rol, y reclamamos que el gobierno destine los fondos para la investigación y desarrollo de una vacuna nacional como se viene planteando en un documento que han firmado más de 1.600 personalidades políticas, sindicales, sociales y artistas.
Argentina, país dependiente y disputado
La Argentina es un país dependiente disputado por distintas potencias imperialistas, y estamos en esta América del Sur que el imperialismo yanqui considera su patio trasero. Los yanquis, asociados con los ingleses y un puñado de monopolios como los bancos y terratenientes, son promotores del sostén del gobierno de Macri que tanto daño causó al pueblo argentino.
Nosotros cuando comenzó este gobierno señalamos que haber derrotado al macrismo era un triunfo que creaba mejores condiciones para la lucha. Discusión que se planteó a nivel de masas, que estaba en todas las fuerzas políticas con opiniones diversas y distintas, porque no pueden ser de otra manera los cambios que se van produciendo, porque no es unánime, sino que hay diferencias, y cuando se presentan las diferencias, si las discutimos, avanzamos. Pero si no decimos nada no, cada uno tiene opiniones distintas, nadie conoce a dos que piensen igual, y si hay dos que piensan igual, el dicho es que hay uno que no piensa.
Creo que tuvimos razón, sólo pensemos qué hubiera sido enfrentar esta pandemia con Macri como presidente. No es que esto sea una maravilla, pero hoy, cuando las dos mayores potencias imperialistas, Estados Unidos y China, han pasado a jugar fuerte en América Latina, una por recuperar su patio trasero y la otra por conquistarlo, en medio de esto seguimos planteando que el golpe principal de las luchas populares debe estar dirigido a esa derecha reaccionaria que quiere volver al gobierno, ya sea con Macri o lavándose la cara con otros candidatos.
Nosotros peleamos por aislar a estos sectores en las calles y también en el terreno electoral porque consideramos que tienen mucho poder en la Argentina, y que juegan también en las calles, como lo están haciendo hoy en San Nicolás (9/7) con la consigna de “Argentina republicana, productiva y libre” y como lo han hecho desde que perdieron la elección.
Esta disputa que está en curso va produciendo cambios por arriba. Voy a dar el ejemplo de Techint, que produce caños sin costuras para la industria petrolera, endureció su oposición con el gobierno porque este le ofreció a empresas chinas la construcción del gasoducto de Vaca Muerta a San Pablo, de 2.400 km de largo.
Esto se expresó en los cambios en la dirección de la Unión Industrial Argentina. También en la disputa en la Sociedad Rural Argentina, donde el que ganó las elecciones, Pellegrina, es más permeable a las relaciones con China, y derrotó a Etchevehere, ex ministro de Macri.
Aislar y derrotar en las calles y en las urnas a la derecha reaccionaria
El objetivo de los sectores representados por Juntos por el Cambio es recuperar el gobierno. Internamente están divididos. El sector de Rodríguez Larreta piensa que es necesario pelearle el voto al Frente de Todos, con una lista en la provincia de Buenos Aires que le permita sacarle votos, y que por lo tanto lo conveniente es que encabecen candidatos que se pongan la camiseta peronista, como Diego Santilli; la Unión Cívica Radical, agrandada por el triunfo de Gerardo Morales en Jujuy, lleva como candidato al médico Facundo Manes. También mantiene su postulación Jorge Macri, intendente de Vicente López y primo de Mauricio.
Acá lo que ha pasado es que Patricia Bullrich tuvo que bajarse de la lista de la Capital Federal y aceptar que la encabece la ex gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal. Todo esto está en curso, buscando cuál es el instrumento que pueda permitir, no sé si ganarles, pero si sacarles votos en la provincia de Buenos Aires, que es “la madre de las batallas”.
En el Frente de Todos también juegan distintos sectores y tampoco es fácil la situación, porque no hay una discusión democrática, y las cosas las deciden una parte del Frente representada por Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa. Cuando fueron divididos en el 2017, las elecciones las ganó Macri con el 42%.
Nosotros seguimos peleando para que el golpe principal de la lucha popular aísle y derrote, en las calles y las urnas, a esta derecha reaccionaria que quiere volver al gobierno. Actualmente este sector expresa el principal obstáculo para el avance de la clase obrera y el pueblo.
Nosotros impulsamos la unidad de las fuerzas populares y patrióticas en el Frente de Todos, del que somos parte. Allí nos unimos electoralmente con los principales sectores populares, peronistas y de otras fuerzas, con los que compartimos las luchas en las calles.
También están en el Frente otros sectores de las clases dominantes que pelean por recuperar la hegemonía, con los que golpeamos juntos frente al macrismo y que juegan con el imperialismo chino para enfrentar a los yanquis. Con ellos golpeamos juntos, pero no nos abrazamos. En este 9 de Julio reafirmamos la lucha de aquellos patriotas diciendo: ni amo viejo ni amo nuevo, ningún amo.
Como dije al principio, no somos parte del gobierno y nuestra política es apoyar lo positivo y criticar lo que no favorezca al pueblo. Y seguimos impulsando la lucha por las necesidades y urgencias de nuestro pueblo. El punto en discusión es hasta dónde y cómo. Peleamos con razón, con ventaja y si sobrepasarnos.
Las promesas del Frente en 2019 era “poner plata en los bolsillos de los argentinos”. Y la inflación nos come los salarios día a día.
En medio de esta situación complicada el gobierno oficializó el acuerdo con el Club de París, que implica un pago de 430 millones de dólares. Pagó una parte de esta deuda ilegítima y acordó con el FMI pagar en vez de resolver las emergencias. En la discusión con el Club de París, Alemania y Japón amenazaron y dijeron: paguen como hacen con China. En los últimos siete años la Argentina pagó al Club de París cerca de 8.100 millones de dólares. Y resulta que cada vez debemos más. Esa es una deuda odiosa tomada por la dictadura para comprar dos helicópteros y otras armas para una guerra con Chile. También negocios turbios por obras que no se concretaron. Son millones de dólares que se fugan en pago de deuda fraudulenta y que se necesitan para abordar las emergencias. Estamos en desacuerdo en que se destinen fondos al pago de esta deuda.
Pese a estas concesiones, el capital financiero yanqui, con sede en Wall Street y sus socios ingleses, bajaron la calificación de la Argentina de país emergente a mercado independiente, o como ellos le llaman “el grupo de la muerte”.
La conquista del poder político exige cambiar la correlación de fuerzas
Tenemos que escuchar mucho a las compañeras y compañeros, hay una parte de descontento que crece, también hay bronca, pero el pueblo no quiere volver para atrás. Y desde el PCR tenemos que actuar como promotores del avance, entendemos que hay que derrotar electoralmente a esa derecha reaccionaria para crear mejores condiciones para la lucha popular. Por lo tanto participamos en las elecciones con ese objetivo, y pelear por la unidad política del pueblo, en particular de la clase obrera, que nos permita, recuperar comisiones internas, cuerpos de delegados, organizaciones campesinas, centros de estudiantes y que sean instrumentos para el avance de la lucha popular.
Trabajamos con nuestra propuesta de las medidas de emergencia para incidir en el gran debate de masas. Frente a la situación actual, nuestra posición se expresa en el programa de las medidas. Peleamos para que llegue a millones, y discutimos para que las masas lo hagan suyo.
Desde nuestra posición política peleamos por la unidad en el Frente de Todos con las particularidades de las distintas provincias. Y somos consecuentes en la lucha por la unidad. Trabajamos para que sea programático, público y equitativo. Y una condición importante para incidir en los frentes en los que participamos es tener la fuerza para poder defender nuestra posición.
Llevamos a las masas nuestras propuestas de medidas de emergencia para incidir en ese gran debate político que está en curso en la Argentina. Entiendo que en donde peleamos la construcción de los comités de crisis por barrio, donde nos pusimos a la cabeza de la lucha por paritarias, donde organizamos a los jóvenes y a las mujeres, estamos en mejores condiciones para hacerlo.
En la situación que vivimos, por el grado de disputa que hay entre los distintos imperialismos y sectores de las clases dominantes y con el crecimiento de la rebeldía de las masas hay elementos que muestran la posibilidad de una gran confrontación política, y no está descartado que en la Argentina en esa disputa, no quiero exagerar, se abra la lucha por el poder.
La disputa por la hegemonía del bloque dominante está vinculada a lo que pasa en el mundo y a los distintos imperialismos. Y en estas elecciones legislativas el objetivo de Juntos por el Cambio es que no corone el Frente de Todos, porque como dicen algunos macristas “Con siete diputados más somos Venezuela”.
El desafío para los comunistas revolucionarios es encabezar la lucha popular, ubicando que la disputa de las clases dominantes se agudiza y peleamos que en medio de esa disputa puedan avanzar las masas con un objetivo distinto, porque hablamos de revolución con el objetivo de que la clase obrera y el pueblo conquisten el poder político.
La conquista del poder político exige cambiar la correlación de fuerzas, y ahí vuelvo a la cuestión del PCR, porque entendemos que nunca una revolución triunfó antes sin un partido revolucionario que conquiste la dirección política de las masas, y para eso las masas deben participar en la política, por eso es tan importante el protagonismo que van teniendo miles de compañeras y compañeros, y estamos orgullosos de que se incorporen a nuestro Partido y a su JCR. Porque las formas de las revoluciones del futuro, no sabemos cómo van a ser, lo que sí afirmamos es que hay leyes del marxismo-leninismo-maoísmo de validez universal que siguen vigentes, sobre todo las que en estos tiempos ocultan y tergiversan reaccionarios y revisionistas de todo tipo: la teoría del imperialismo, la teoría del Estado y la teoría del partido revolucionario.
Nosotros tenemos certezas y la línea de masas para poder generalizar las experiencias de la lucha de clases. Y para poder pelear ser el partido de vanguardia reconocido por las masas. Tengamos en cuenta que los verdaderos comunistas en el mundo fuimos derrotados y hoy no hay faros socialistas, pero la rebelión de los pueblos alumbran el camino de la lucha por la revolución.
Fuimos derrotados, pero las revoluciones triunfantes iniciaron una nueva época en la historia mundial porque se abrió un camino y se demostró que sin terratenientes y sin monopolios los pueblos son capaces de construir una nueva vida. Y también se demostró que distintas naciones del mundo son capaces de convivir de manera amistosa si no hay opresión imperialista, entonces la solución de los asuntos internos de cada país será decidida por sus propios pueblos en base a sus propios deseos.
Para terminar, nosotros peleamos por una sociedad donde haya un pan para cada boca, techo para vivir, tierra para trabajar, trabajo, salud y educación para todos los que habitan nuestra querida patria.