El lunes 18 comenzaban las clases del curso de ingreso de la UNQ. Las fallas del nuevo sistema informático, según argumentaron las autoridades, generó que varios estudiantes tuvieran materias superpuestas y en algunos casos, debían ir hasta seis veces a la Universidad por tan sólo dos horas cada día (hecho inédito en el curso).
La bronca rebalsó los tiempos institucionales y el mismo lunes, tras una asamblea donde se decidió que se debían suspender las clases hasta que las comisiones estuvieran reorganizadas, los estudiantes del ingreso marcharon al Rectorado junto con el Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales (CECS).
Allí fueron atendidos por el vicerector y el secretario académico, que ante la rabia de los estudiantes y la justeza del reclamo, no tuvieron otra alternativa que postergar el inicio del curso hasta el 3/03 con el compromiso de que las comisiones (desde ya) no estarían superpuestas, pero tampoco ha-bría estudiantes obligados a ir seis días a la semana.
Desde la CEPA, conducción del CECS, entendemos que horarios tan desorganizados fomentan objetivamente la deserción, ya que cada vez se hace más dificultoso ir a estudiar: la falta de un boleto universitario y de comedores estudiantiles, así como la escasez de materias en diversas bandas horarias, afectan al conjunto de los estudiantes.
02 de October de 2010