El gobierno de Macri, con el argumento de que el bajo monto de las tarifas de gas y electricidad impedía a las empresas hacer inversiones, las subió en estos años de gobierno a niveles siderales.
El resultado de esta política fue el mayor apagón de la historia argentina. Más allá de las razones técnicas, este gigantesco corte pone sobre la mesa una política energética que le viene llenando los bolsillos a los monopolios del sector. Un ejemplo claro es la empresa Pampa Energía, de Marcelo Mindlin, empresario privilegiado por el gobierno, que tiene intereses en la generación, transmisión y distribución de la energía eléctrica. Mindlin es el mismo que hace dos años le compró la constructora Iecsa a Angelo Calcaterra, primo del presidente Macri.
El actual secretario de Energía es Gustavo Lopetegui, el que, según el propio Macri era, cuando asumió en 2015, uno de “los ojos y oídos del Presidente”. Lopetegui es quien está llevando adelante los actuales tarifazos, con algunos maquillajes para que el pico de los aumentos no caiga en el momento de las elecciones.
En la tardía conferencia de prensa, ochos horas después del apagón, el secretario de Energía, dijo lo más campante “No tenemos información de por qué ocurrió”, y agregó “De cero a diez, hay cero posibilidades que vuelva a repetirse”. Dicho por un funcionario del gobierno que prometió “pobreza cero”, sabemos a qué atenernos con respecto a las posibilidades que un apagón semejante vuelva a ocurrir.
Este gigantesco corte, que ocasionó innumerables problemas a millones, es una causa más de la necesidad de ampliar la unidad para luchar, en las calles y las elecciones, y terminar con este infierno macrista.
Hoy N° 1771 19/06/2019