El jueves 21 una nueva asamblea general en la Facultad de Arquitectura y Diseño (FADU) reunió unas 700 personas y decidió cortar esa misma noche la Avenida Cantilo durante casi 2 horas.
El viernes 22 se realizó la movilización de más de 1.500 personas con una gran columna de cientos de estudiantes y docentes de Arquitectura y Diseño hasta el Ministerio de Educación. Los docentes entregaron un petitorio a las autoridades y en la puerta se hizo un acto. La marcha finalizó en el Rectorado, que se encontraba vallado y con custodia de la Guardia de Infantería de la Policía Federal para impedir la llegada de la movilización hasta la puerta. Cientos de pancartas, serigrafías, stencils, y toda la producción gráfica de los estudiantes y docentes de la FADU encabezó la masiva columna. “Traigan a Cristina y al rector, para que vean, que la UBA no cambia de idea, pelea, pelea por la educación”, “Hay que saltar, hay que saltar, el presupuesto vamos a ganar”.
Con estas nuevas jornadas de lucha continuó el reclamo por mayor presupuesto para la FADU, en defensa de los 300 cargos docentes dados de baja y por los fondos para el Curso de Verano, enfrentando cualquier intento de autoajuste.
La crisis política e institucional abierta luego de la derrota del kirchnerismo frente a la lucha agraria fue manifestándose también en la Universidad de Buenos Aires.
Después de la definición en el Senado con el voto de Cobos y la renuncia de Alberto Fernández a la Jefatura de Gabinete, vuelven a recrudecer contradicciones entre los distintos sectores de profesores y decanos, al ritmo de las contradicciones entre distintos sectores dominantes a escala nacional. Alberto Fernández fue quien había acordado, desde el gobierno, con el radicalismo de Nosiglia y los sectores que controlaron el Rectorado en el último período de Shuberoff la salida a la crisis política del 2006 en la UBA designando a Rubén Hallú como rector en el Congreso Nacional, montando el operativo represivo frente a la movilización estudiantil y docente. Como expresión de sectores kirchneristas de “centroizquierda” dentro de este acuerdo fue designado vicerrector el decano de Arquitectura Jaime Sorín.
Luego del voto de Cobos en el Senado y la renuncia de A. Fernández, el Rector Hallú concretó una significativa reunión con el vicepresidente de la Nación. Y el vicerrector Sorín, que sigue referenciándose con el kirchnerismo gobernante, renunció al vicerrectorado. El Rectorado y el Consejo Superior reclamaron un aumento del presupuesto universitario. Sorín no avaló este reclamo pero reclamó al Rectorado mayor presupuesto para la facultad de Arquitectura. Al mismo tiempo el Rectorado descargó su política de autoajuste en las facultades, particularmente la FADU bloqueando el nombramiento de 300 docentes que continúan sin cobrar y bloqueando los fondos para el curso de verano (ésto se expresa en Arquitectura a través de la agrupación “Reforma” que impulsa una programa de ajuste, limitacionismo y privatización); además mantiene una política de permanente presencia policial ante las movilizaciones, e impulsa la causa penal contra diez dirigentes de la FUBA y los Centros de Estudiantes por una toma del Consejo Superior en contra del cierre del edificio del CBC de Merlo. Ante este autoajuste del Rectorado, el decano Sorín dio la directiva de que las cátedras dieran de baja una parte de los cargos docentes solicitados para el 2008. Las asambleas y movilizaciones rechazaron estas medidas.
Toda esta situación ha abierto también una crisis política en el gobierno de la Facultad.
Para que la lucha se desarrolle, profundice y masifique, frente a la política de ahogo presupuestario del gobierno nacional, terciamos en la contradicción abierta entre el kirchnerismo gobernante y el sector que controla el Rectorado por el acuerdo de A. Fernández con radicales de Nosiglia, “Reforma” (de Arquitectura) y otros.
Empujamos un programa independiente que parte de las necesidades más urgentes de los estudiantes y docentes de la FADU y tiene en cuenta las contradicciones entre los distintos grupos de poder para que pueda avanzar la lucha frente al ahogo presupuestario del gobierno nacional, la política de autoajuste y recorte del Rectorado y cualquier medida de autoajuste que intente aplicar el decano de la FADU sobre los docentes y estudiantes.