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02 de October de 2010

A un año que las trabajadoras y trabajadores de Kraft se plantaron contra los despidos, un torbellino de luchas obreras, campesinas y populares recorre el país contra la política K de hambre, inflación y entrega.

Terrabusi marcó el camino para enfrentar la crisis

Anticipo Hoy 1331

Se han producido cambios profundos en la situación política nacional.
Cambios por arriba: el agrupamiento de los más poderosos grupos del poder, el bloque dominante, se fragmentó en muchos pedazos.
También, en lo que pasa por abajo, ocultado por los medios de comunicación del sistema. La histórica lucha de los trabajadores de Arcor que rompió los topes salariales abrió un camino que hoy siguen otros gremios peleando la reapertura de las negociaciones salariales, que, junto a otros combates mantienen al proletariado en el centro de la escena política. La formación de la Lista Lila en CTERA y la Germán Abdala 1 en CTA, que son un duro golpe a la sociedad Moyano-Yasky, funcional al gobierno K. También ocultan grandes combates del campesinado pobre, como el acampe de ASOMA, la protesta de FAA por la segmentación de las retenciones y contra la extranjerización de la tierra, estallidos de lucha estudiantil secundaria y universitaria, y “borran” de los medios, rápido, puebladas como la de Bariloche, con tres asesinatos de la policía de Saiz, avalados por el silencio cómplice del gobierno K.
Son hechos que muestran que hay muy buenas condiciones para terciar, desde cada lucha social y política, reagrupando fuerzas, por el camino del Argentinazo, para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, que acabe con los sufrimientos provocados por la crisis y abra paso a una nueva Argentina, libre de la opresión nacional y social.

1. El bloque dominante está fragmentado
Un puñado de monopolios imperialistas y de burguesía intermediaria con el imperialismo, y grupos de grandes terratenientes subordinados al imperialismo, forman la “mesa chica” del poder en la Argentina: el bloque dominante. Se sientan en esa mesa representantes y socios de todos los imperialismos que disputan el poder y el saqueo nacional. No hay que confundir a esos grupos poderosos con sus “gerentes” en la política.
Ese bloque dominante, ahora, se ha fragmentado en varios pedazos. Veamos los hechos.
Se reunieron el Consejo Directivo de la UIA con el de la AEA, se sacaron una foto y publicaron un comunicado crítico del gobierno K. En esas peleas salen las verdades ocultas, lo sincera el capo de Clarín, Héctor Magnetto: “Me reuní muchas veces con Kirchner. (…) En los primeros años del gobierno se tomaron decisiones necesarias: la renegociación de la deuda, la renovación de la Corte, el freno a los aumentos de tarifas o el control a los piqueteros”, (Perfil, 16/8). Se ve que el objetivo de sacar a las masas de las calles era de todos, de Magnetto y de Kirchner. Después, vino el divorcio.
Participantes de esa reunión, como Cristiano Ratazzi Agneli, representante de la familia dueña de la Fiat italiana, o Paolo Roca, de la familia dueña de Techint, también puntualizaron las razones de su divorcio con el kirchnerismo. Otros son conocidos opositores como Cristófani del Banco Santander (español).
El poderoso grupo Werthein se había asociado al kirchnerismo para desplazar a Telecom Italia y lograr el control de Telecom Argentina. Para eso Néstor K armó un grupo con Eurnekián y Garfunkel Madanes. Telecom iba a ser la clave del multimedios K. Sorpresivamente, los Werthein acordaron con Telecom Italia dejando muy malparado el plan del multimedios K que desvela a los Kirchner.
El discurso del presidente de la Sociedad Rural, Biolcatti, expresó la ruptura de la vieja oligarquía ganadera, desplazada por la nueva y floreciente oligarquía de los pooles sojeros y los feed lots, en la que hay grandes inversiones del kirchnerismo y su “capitalismo de amigos.
La Bolsa de Cereales criticó la demora del gobierno en resolver el conflicto con China por la exportación de aceite de soja.
Contra el derecho democrático al matrimonio gay, se agrupó la derecha de la cúpula de la iglesia (que se impuso en el episcopado), con la cúpula del rabinato y de sectores evangelistas.

2. El capitalismo de amigos K
Kirchner llegó de la mano de las petroleras imperialistas, cuando su entonces cuñado, “Bombón” Mercado, representante del sindicato de petroleros, le propuso a Diego Ibáñez (secretario de ese sindicato) que Néstor K fuera candidato del PJ a la intendencia de Río Gallegos. Y llegó a la presidencia con el apoyo de Pan American (monopolio, entonces, de la empresa inglesa British Petroleum y la rusa Bridas; y ahora la petrolera estatal china Cnooc compró parte de Bridas). Y de la mano de Repsol, empresa de la que luego Kirchner, asociado con Eskenazi, compró el 15%. En estos años, los K, asociados con Cristóbal López, formaron su propia petrolera, Oil Company, que se quedó con gran parte de las áreas petroleras de Santa Cruz (y de otras provincias, también penetró en Brasil), y le compró la refinería de San Lorenzo y 360 estaciones de servicio a Petrobras.
Con los K vino el aluvión de mineras imperialistas que practican minería a cielo abierto, saquean las riquezas, y envenenan la región y las aguas con cianuro y otros productos. Esta es la razón por la cual, los K critican al menemismo, pero mantienen a rajatabla la ley de Menem por la que esos monopolios solo pagan el 3% de regalías. Esas empresas son o aparecen como australianas o neocelandesas (pero suelen esconder, o están asociadas, con capitales ingleses), o son canadienses (y atrás hay capitales ingleses o yanquis). El abrazo de Cristina K con el dueño de la Barrick explicó el veto de la presidenta a la ley de glaciares aprobada por unanimidad en el Congreso.
Fue protegiendo a esos intereses mineros que el gobierno reprimió brutalmente la protesta ambientalista en Andalgalá, y ahora Cristina K amenaza con erradicar a la población de esa ciudad ante la posibilidad de que esté encima de un rico yacimiento.
Con los K están poderosos grupos bancarios, a los que están asociados o con los que tienen negocios: Eskenazi, Brito, Heller, etc. Están asociados con Cristóbal López en el manejo de gran parte del juego (uno de los principales medios para lavar dinero). Además, la timba financiera y el juego siguen sin pagar impuestos.
El grupo K y su “capitalismo de amigos” se han adueñado de las obras públicas nacionales, y las que se hacen en las provincias van atadas a esas empresas: Electroingeniería, Petersen, las de Lázaro Báez, etc.
Hay que sumar grandes negocios en pooles y feed lots, en la lana con Benetton, es decir, los Kirchner son parte y socios de la nueva oligarquía agraria, y de muchos negocios de los cuales es mejor no hablar.

3. Varios fragmentos
Es visible que los grupos de poder enfrentados a los Kirchner están divididos en función de sus intereses. Un ejemplo: los industriales quieren mantener las retenciones al agro y reclaman protección aduanera y subsidios; y los agrarios a la inversa.
También, dentro del kirchnerismo hay múltiples contradicciones, como lo muestran recientes votaciones de diputados y senadores K.
Otros hechos. Los forcejeos entre Moyano y Kirchner. Moyano, entre otras cosas, quiere monopolizar el negocio de la basura en el Gran Buenos Aires, y los intendentes no quieren dejar ese negocio a Moyano. Gioja y otros gobernadores de provincias mineras pujan por los intereses de sus patrones. El juego de Das Neves tiene que ver con las ambiciones de su patrón, Bulgheroni, de Bridas, presidir Repsol, lo que desplazaría al socio K, Eskenazi.
Tampoco es sencilla la relación entre los K y sus “alianzas estratégicas”. Los chinos quieren avanzar en su penetración en la Argentina, como se vio en el negocio ferroviario por 10.000 millones de dólares que firmó Cristina K en Pekín, sin que los imperialistas aflojaran en su bloqueo al aceite de soja argentino. Hace tiempo que se acabó el romance de los K con los españoles, cuando Cristina K decía que Zapatero era su “modelo” de gobernante.

4. Un torbellino de luchas
Hay una mordaza informativa del torbellino de luchas que vive el país, y que solo logran romper pocos conflictos. La lucha de los pescadores de Santa cruz encadenados frente a la gobernación, recién salió a luz cuando los reprimieron. La brutal represión a quemarropa de la policía fue ordenada y dirigida por el matrimonio presidencial desde El Calafate, defendiendo al monopolio imperialista Pan American, responsable de la depredación de la merluza en esas aguas con sus pozos en el mar.
Hace meses que luchan los portuarios y los trabajadores de la carne; cortan rutas y solo aparecen en los medios por el reporte del tránsito. Ya no se habla de las luchas de los trabajadores de Massuh y Paraná Metal, luego del fracaso de las promesas del gobierno; o de los de Atanor y Petroquímica Río Tercero. ¿Tendrá prensa el acto del 18/8 de los trabajadores de Kraft, con la comisión interna que dirigió la lucha, al cumplirse un año de ese combate ejemplar?
La inflación castiga a los salarios, y se reabren los acuerdos mezquinos firmados en las paritarias, como los bancarios y los de UTA.
La inflación agrava el hambre de las masas
. No se habla de los barrios que se movilizan por garrafas que solo consiguen a precios de locos.
Lleva un mes el silencio sobre el acampe de los campesinos de ASOMA, lucha emblemática, que muestra la sed de tierra de los de abajo en el campo, y que debe tener el apoyo y la solidaridad del movimiento obrero y popular.
¿Tendrá prensa la movilización del 18/8 al Congreso, de los productores de FAA por la segmentación de las retenciones y contra la extranjerización de la tierra, la FNC en solidaridad con ASOMA, los desocupados de la CCC por el aumento de la asignación por hijo a $ 300, los jubilados del MIJP por el 82% móvil?

5. CTERA y CTA
Entre las cosas grandes silenciadas por la prensa del sistema, está lo que probablemente sea el hecho político más importante de este último tiempo: la formación de la Lista Lila para las elecciones de Ctera, con los sindicatos que han protagonizado las grandes luchas docentes, y de la Lista Germán Abdala 1 para las de CTA, con las corrientes combativas y opositoras a Yasky y el kirchnerismo de esa central sindical. En las dos listas participan dirigentes gremiales que pertenecen a la CCC y al PCR.
No son fáciles esas dos batallas de un mismo objetivo: barrer al grupo Yasky-Maldonado, que se abraza a Moyano, para garantizar la política de “ajuste” impuesto a los trabajadores por el gobierno kirchnerista, a través de la carestía, los despidos, la superexplotación y la miseria presupuestaria para la salud, la educación y otros servicios. Esas dos listas son un duro golpe político al kirchnerismo, que hará lo imposible para el triunfo de sus “caballos de comisario”. Es lamentable que algunas fuerzas de izquierda como el PO, el PTS y el MAS, se hayan negado a sumar fuerzas en este combate, y trabajen para dividir a la oposición, lo que es funcional a los objetivos de Kirchner y Yasky.
Llegar, a cada afiliado de CTERA y de la CTA, es una gran tarea que debe tener todo el apoyo necesario del movimiento obrero y popular.

6. La crisis y sus consecuencias
La crisis mundial sigue su curso, como se ve en Europa, y como reconoció la Reserva Federal en Estados Unidos. El gobierno chino anuncia una “desaceleración”. Las consecuencias sociales de la crisis para las masas trabajadores son brutales: en el sector público despidos, rebajas salariales, y el aumento de la superexplotación en las fábricas. Ya suman 220 millones los desocupados en el mundo, la mayoría jóvenes. Los gobiernos imperialistas declamaron que iban a “controlar” la especulación, pero se ha vuelto más desenfrenada: hoy, de cada 100 dólares, 98 van a la especulación y 2 a la producción.
Con la crisis crecen los factores de guerra. Junto a las guerras “públicas”, el imperialismo yanqui está metido en por lo menos otras 12 “guerras ocultas”, autorizadas en secreto por Obama. Son llamadas “guerras en la sombra” en Pakistán, Somalia, Yemen, países del norte de Africa, y otros, con operaciones clandestinas de la CIA, el Pentágono, y grupos paramilitares “contratados”, según el diario de EE UU, The New York Times, (La Nación, 16/8).
En la Argentina, la inflación es usada, a través de los aumentos de precios, para imponer el ajuste K. La recuperación lograda en algunas ramas es utilizada para engordar los bolsillos de los monopolios, que aplican ritmos y jornadas de trabajo infernales. Los monopolios aumentan su producción con la misma cantidad de trabajadores, con jornadas de hasta 12 horas y aumentando los ritmos de trabajo.
Esa brutal superexplotación recae sobre todo en los jóvenes, lo que empuja la oleada de rebeldía y el estado asambleario que desborda a los jerarcas propatronales y hace avanzar la recuperación de los cuerpos de delegados y las comisiones internas, de lo que es parte el proceso abierto en la CTERA y la CTA.
El cierre de fábricas vuelve a colocar al orden del día la experiencia de las recuperadas, y el ejemplo de Renacer, en Tierra del Fuego, para avanzar por ese camino.
El gobierno kirchnerista hace balance de un país inexistente. Cristina K dice dimos esto, dimos aquello. La realidad es que no dan nada, porque todo lo que se consigue es porque se arrancó con la lucha. Esa diferencia entre dar y arrancar, encierra todo el secreto de la política K, del doble discurso K, del verso K. Atrás de cada cosa que los K dicen que “dan”, hay años de luchas de las masas.
La rebeldía de las masas, en particular de la juventud obrera, la confluencia de la FNC, la FAA, la CCC y el MIJP-CCC, el proceso abierto en CTERA y CTA, los proyectos presentados por la minoría de legisladores progresistas con reclamos populares, demuestran el avance del reagrupamiento de fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas. Y la lucha popular empuja a más fragmentación de los de arriba.
Hay condiciones para terciar, desde cada lucha social y política, reagrupando fuerzas, por el camino del Argentinazo, la rebelión agraria, la lucha de Kraft, y el acampe y la marcha encabezada por campesinos y originarios chaqueños, para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, que acabe con los sufrimientos provocados por la crisis y abra paso a una nueva Argentina, libre de la opresión nacional y social.