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25 de January de 2012

Hossam El-Hamalawy es un periodista, fotógrafo, poeta, bloguero y militante del Partido Democrático de los Trabajadores de Egipto. Tuvo un papel protagónico en la rebelión que derrocó a la dictadura proyanqui de Hosni Mubarak. Transcribimos partes de un poema suyo reciente.

Todos los faraones deben caer

Hoy 1403

Mohamed Bouazizi1 no tenía permiso para vender fruta
no tenía permiso del gobierno para ganarse la vida
para vivir.
La policía tomó su fruta y le dio una bofetada
fue a la oficina del gobernador, que se negó a verlo
echó solvente de pintura en su cuerpo
y encendió el fósforo

todos los faraones deben caer

necesitábamos inspiración, para ser despertados
en nuestros cuerpos, nuestras vidas se hacen presente

Mohamed Bouazizi1 no tenía permiso para vender fruta
no tenía permiso del gobierno para ganarse la vida
para vivir.
La policía tomó su fruta y le dio una bofetada
fue a la oficina del gobernador, que se negó a verlo
echó solvente de pintura en su cuerpo
y encendió el fósforo

todos los faraones deben caer

necesitábamos inspiración, para ser despertados
en nuestros cuerpos, nuestras vidas se hacen presente
aquí estamos
el mundo no es correcto, justo o equitativo
los más tienen lo menos
los menos tienen lo más

todos los faraones deben caer

todos los reyes de Jordania
todas las reinas de Inglaterra
todos los puentes que se desmoronan
dictadores como fichas de dominó
Israel es un faraón
y debe caer. Todos los líderes
con control colonial
que saquean los recursos
en África (…)

todos los faraones deben caer

todos los faraones que reinan
sobre los vendedores de fruta y los agricultores
en todo el mundo
el mundo se acabó

todos los faraones deben caer

los magnates y sucios ricos
los jefes de estado picando piedras
presidentes expulsados ​​de sus sitiales.
Hay muchas maneras de hacerlo
el gigante está despertando(…)
Mendigar todo esto
nos mantuvo ocupados.
Reunir todas las migas
nos dejó mirando al suelo
pero los cuerpos en llamas nos han dado
Whitman’s literales, en el extremo de los ingenios
cantan al cuerpo electrocutado
incinerado, chispas que nos despiertan en la máquina de    
                                                                                                   guerra
nos despiertan en el pozo de mina rellenando los bolsillos de  
                                                                                                 los ricos
nos despiertan en nuestro segundo trabajo, nuestra segunda
                                        hipoteca, nuestro segundo matrimonio

Todos los guardias de seguridad, cocineros de comida rápida y cajeros
todos los barberos y los maestros, tejedores de cestas y teteras
todos los trabajadores del campo y trabajadores de la
                                                                                        construcción
todas las mujeres con agujas y los hombres con martillos
todos los que conducen o levantan, que barren o cocinan
todos los que quitan, que reciben órdenes
todos aquéllos cuyo cuerpo necesita un descanso o un boleto
                                                                                           de colectivo
que necesitan un examen de la vista o un trabajo o un mejor
                                                                                                  trabajo
todos aquéllos cuyo cuerpo no tiene seguro, subalimentados
subestimados por los gobiernos y las corporaciones
que burocratizan su amor

despierten en este nuevo día
miren alrededor
los vecinos son aliados
con quienes no tenemos que competir
podemos aliarnos y luchar con ellos
hay más de nosotros
(…) más de nosotros preocupados por detenciones ilegales
y cuyos arrestos preocupan en la noche sin dormir

despierten en este nuevo día
todos vamos a morir pronto
vivamos, mientras tenemos la oportunidad
mientras tenemos el día de hoy
para construir y trazar y diseñar
para crear y hacer el mundo
sólo esta vez para nosotros
esta vez para todos
esta vez los faraones deben caer

1 Mohamed Bouazizi fue  el trabajador callejero a quien la prohibición policial lo llevó a quemarse vivo en Túnez. Su muerte fue la chispa que inició la rebelión popular que volteó al dictador Ben Alí el 14 de enero de 2011.