Aprovechando la quiebra decretada por el juez Vidal -el mismo que ya había “recomendado” a los trabajadores “buscarse otro trabajo”-, el 29 de julio un enorme camión y una gran grúa entraron al Frigorífico. Sus ocupantes comenzaron de inmediato a desarmar y cargar una máquina embutidora, de un valor aproximado a los 500.000 dólares, para llevársela como “chatarra”.
Alertados, los obreros que luchan por recuperar su fuente de trabajo, sin cobrar su salario durante trece meses, fueron al Frigorífico impidiendo la maniobra, expulsando a los “piratas” y pasando a instalarse adentro del mismo en forma permanente “en custodia de sus bienes”.
El frigorífico Sadowa es un bien codiciado por distintos sectores. Además de su capacidad de trabajar tres turnos faenando 500 o más cabezas por día, ocupa una superficie de más de 50 has, a no más de 40 cuadras de la ruta 2, prácticamente a la entrada de la ciudad.
Los dirigentes del sindicato de la carne, en lugar de sumarse a la lucha por reabrir la fuente de trabajo, instalaron una carpa fuera del frigorífico con carteles “contra las cooperativas” y “por la relación de dependencia”. Mientras amenazan y provocan a los compañeros, tratan de impedir que se conozca la experiencia de recuperación de los trabajadores del Yaguané, y continúan con falsas promesas de reiniciar el trabajo. Ni el intendente Pulti ni Sciolli dan ninguna respuesta.
Nos preguntamos: ¿quién no quisiera trabajar en forma normal, en relación de dependencia, con salarios y condiciones de trabajo dignas? La forma de cooperativa es sólo una salida para poder volver a trabajar. Por eso ya se han sumado 100 trabajadores solicitando al juez que les permita utilizar las instalaciones para trabajar y subsistir. Esos dirigentes, ¿a qué intereses responden?
Mientras, los trabajadores siguen exigiendo que se suspenda el cobro y el corte de los servicios de luz y gas, que se mantenga el pago del Repro y que se aplique el Decreto 703/10, que garantiza el pago de 200 horas (unos $ 2.600) a los 330 trabajadores parados.
La situación de los obreros de la carne de la zona se sigue agravando. El frigorífico Vivoratá (ubicado a unos 30 km de Mar del Plata, en manos de capitales brasileros) está prácticamente inactivo. El Frigorífico Guerra (ubicado en Cobo) y el de Miramar, trabajan días salteados, con unos pocos obreros y pago totalmente en negro.
La CCC y los sectores no kirchneristas de la CTA han hecho llegar su solidaridad. Es necesaria la mayor unidad de todos los sectores obreros y populares, para luchar y lograr la reapertura del Sadowa. Y para torcerle el brazo a esta política agropecuaria K que beneficia a unos pocos grupos amigos del gobierno, e imponer una política distinta, al servicio de las necesidades de nuestro pueblo.
02 de October de 2010