Primero vamos a ver cómo quedó esta negociación de la deuda externa. ¿Cómo eran los bonos a pagar en el 2021 que nos dejó Macri? En el 2021 había que pagar 10.300 millones de dólares; en el 2022, 10.180 millones de dólares; en el 2023, 8.400 millones de dólares.
Con la nueva negociación, ahora quedan en el 2021, 100 millones de dólares; en el 2022, 1.000 millones de dólares; en el 2013, 1.700 millones dólares, que es lo que los defensores de haber entrado en la negociación festejan como una distensión de acá hasta que termine el gobierno.
Pero el tema es que en el 2024 ya suben a 4.000 millones dólares, en el 2025 a 6.000 millones dólares, en el 2028 a 8.000 millones dólares y en el 2030 a 10.000 millones dólares. El problema no se resolvió, sino que se postergó. Esta postergación es lo que se logró.
Ahora vamos a la negociación con el FMI, que le había concedido todo lo que le concedió a Macri, pero dejó todo el paquete para el 2021, 2022 y 2023 que da un compromiso de pago arriba de 38 mil millones de dólares de los 44 mil millones dólares. Está claro que el FMI le dio todo eso a Macri diciendo “vos ganá la elección, después veremos si pones en caja las cosas y ahí seguimos hablando”. Y si no le ponía el tapón al gobierno que seguía.
En esa negociación, el FMI ofrece patear hasta el 2024 los pagos, jugaron ese papel en la negociación con los bonistas. La pregunta es ¿lo harán? Porque el FMI aparece de abogado bueno ahora, pero de estos 44 mil millones de dólares cobra un interés del 4% que en medio de la pandemia no se lo perdonó a la Argentina. Este año vamos a pagar 2 mil millones de dólares al FMI producto de esos intereses. El miércoles 12 de agosto pagamos 315 millones dólares.
Entonces ¿qué condiciones va a poner el FMI en esta negociación? Supongamos que jueguen ese papel y distiendan la situación hasta el 2024. La opinión del FMI es que hay que darle un aire a la Argentina. Y en el 2025 equilibrar estos pagos de los bonos que para esa fecha estarán en los 6 mil millones de dólares al año, más los paquetes de lo que haya que devolverle a ellos, más lo que quede del resto de los organismos internacionales. Para el FMI equilibrar los pagos es que nuestro país tenga un pago del 3% de su PBI. Una Argentina recuperada tiene un PBI de unos 500 mil millones de dólares al año, que ahora está deprimido. Es decir, que paguemos un tributo de 15 mil millones de dólares al año, para el FMI es sustentable. La Argentina si paga ese tributo, antes o después, choca. Esto hay que tenerlo claro.
Entonces, vienen los abogados de esta posición, en primer lugar los representantes de estos bonistas y del FMI que es la oposición desplazada del gobierno, los Caputo, los Prat Gay, con Macri como cabeza de toda esa corte de Juntos por el Cambio, que se van a ubicar en que la Argentina no solo tiene que cumplir a rajatabla, sino que tiene que preparar presupuestos sangrientos para llegar al 2025 pagando el tributo. O sea, que se pague con sangre, que el gobierno se desgaste y esa derecha vuelva.
La ruta del dólar
Pero están los que juegan de amigos, ya vimos cómo se ubican los chinos que se ofrecen a dar dólares para pagar, dicen “nos dan la producción de cerdos, yo les traigo los dólares”. Están los europeos que más o menos andan en el mismo negocio. Y están todos los sectores de burguesía intermediara argentina que tienen sus préstamos puestos afuera del país y que dicen “no, Argentina tiene que ubicarse en una ruta de pago, para que nosotros podamos seguir financiándonos barato afuera”. Todos estos intereses, más las exportadoras que quieren que nos reincorporemos al mundo y las finanzas fluyan para cobrar las exportaciones, y todo el sector terrateniente que está en esa producción van a empujar lo que yo llamo “la ruta del dólar”. Es la ruta de prepararnos para poder producir dólares, vienen todos estos planes que se le ofrecen al gobierno como el plan agro industrial, que son para producir dólares, pero no son para el desarrollo. Ya lo vivimos con la soja. Recién se hablaba en el programa sobre cómo hacer granjas sustentables, este camino de producir dólares es el inverso. Es el camino que arrasa con chacras, que hace de nuestra principal producción una producción de dólares; puede ser en el campo, puede ser en Vaca Muerta, en los minerales, pero es siempre esa ruta. Una ruta de producir para sacar dólares y pagar el tributo afuera.
M. A. De Renzis: Además, no hay un tiempo físico normal, sobre todo por la pandemia, para decir “bueno, ya aumentó la exportación, se recuperó el dólar”, sino que es una adivinanza de lo que va a pasar con la economía mundial y con nosotros. En esa lectura el hecho puntual es que la renovación se hace además con un interés del 5% cuando las tasas en el mundo casi están en cero. Todo eso hace que pensemos no solo en nosotros, sino en los tiempos que vienen. No olvidemos que el gobierno de Macri firmó deudas por 100 años y lo presentaron como un gran crédito que tenía Argentina por el gobierno de Macri.
Arnoldo Gómez: Se va a abrir un gran tironeo, por lo siguiente: de la pandemia salimos y vamos en un transcurso de una gran necesidad, primero de la vacuna que habrá que comprar, está el tema del hambre, de la necesidad de vivienda, de tierra, de un millón de puesto de trabajo que se han perdido. Entonces, necesariamente va a haber un gran reclamo por estas necesidades que es por lo que el pueblo votó. Y acá viene el tironeo de dos caminos, si queremos dar respuesta a esto, necesariamente tenemos que ir a un camino autosustentado, de una economía no dependiente, de desarrollar las granjas, de dar de comer al pueblo.
M. A. De Renzis: Además hay que tomar decisiones que no se si están todos decididos a hacerlas. Pero hay que hacer reformas muy profundas en lo impositivo, en lo agrario. Hay que reformar en serio, no hacer parches para tapar una u otra ley. Y esas reformas requieren un concepto acabado de hacia dónde apuntamos como nación, me parece que eso todavía no está discutido en la Argentina.
Arnoldo Gómez: Ahí viene un rol importante de los comunicadores, que es en lo que estamos, en cómo vamos abriendo estos debates de fondo. Porque más allá de la coyuntura o de que cada uno tenga su visión, yo creo que muchos compañeros piensan que la correlación de fuerzas no daba, que esta negociación era lo mejor, entiendo que se piense así, creo que es un error. La Argentina tenía muy buenas condiciones para plantarse.
Cuando en el 2001 nos plantamos en base a lo que se pronunció el Parlamento, estuvimos 5 años en default, fue el periodo de mayor crecimiento de Argentina. Salimos del pozo porque durante 5 años no pagamos este tributo. Cuando se declaró el default nuestra deuda pública, si seguimos los datos del Banco Central, era de 130.000 millones de dólares. 5 años después, pese a haber recibido un crédito del FMI de 15 mil millones de dólares que le dieron a Duhalde, cuando fue a negociar Kirchner, de los 170 mil millones de dólares que nos reclamaban volvimos a quedar en 130 mil millones de dólares. Fue el único periodo en que la deuda externa y pública no creció.
No sé qué hubiera pasado si en diciembre nos plantábamos desde el default que ya se había provocado con Macri en un mundo que entraba en la pandemia, 44 países que tienen que negociar su deuda, cuánto podíamos conseguir en esa negociación.
M. A. De Renzis: Claro, después de Argentina venía la negociación de otros países, por eso el apriete mundial era de que nosotros arregláramos de cualquier forma.