Noticias

14 de May de 2014

Trayendo la historia al presente

Roque Romero

Roque Romero se definió como matricero jubilado: fue obrero en la planta de matricerías de Perdriel. Comenzó su declaración pausada y precisa, llena de datos: un libro abierto de la historia de esos años.

Roque Romero se definió como matricero jubilado: fue obrero en la planta de matricerías de Perdriel. Comenzó su declaración pausada y precisa, llena de datos: un libro abierto de la historia de esos años.
Relató la situación del movimiento obrero a fines de los 60 con la dictadura de Onganía y cómo se fueron generando las condiciones que desembocaron en el Cordobazo. Contó cómo el Movimiento de Recuperación Sindical tuvo sus raíces en el Cordobazo y cómo Elpidio Torres fue mostrando su esencia ante los trabajadores. Contó también la histórica toma de Perdriel. 
“Después del Cordobazo recuperamos el gremio (Smata) con la lista Marrón, una lista antidictatorial, antiburocrática y antiimperialista”. En su relato, hizo un recorrido sobre cómo se fue generando la recuperación del Smata. Contó sobre la vuelta de Perón con Gelbard y el pacto social bajo el brazo, y la pinza que el PC nos hacía, volanteando en la fábrica contra la conducción del Smata.
En agosto de 1974 la seccional Córdoba fue intervenida. Rodríguez conducía el Smata nacional. “A partir de entonces, nuestro gremio comenzó a tener actividad en el edificio de Luz y Fuerza, cedido por Agustín Tosco. Y allí también fueron a buscarnos, ametrallaron el edificio con toda la gente que estaba dentro”. En esa oportunidad, Roque, secretario adjunto de Smata, fue detenido. Era el 9 de octubre de 1974. Y ese mismo día se libró una orden de captura para detener a todos los dirigentes del Smata.
Los compañeros escuchaban atentamente a Roque, que avanzaba en el relato mientras otros en el recinto se iban poniendo incómodos. Con reiteradas interrupciones pudo exponer que la historia del movimiento obrero de Córdoba y el clasismo está íntimamente ligada a la historia de René y de la línea que impulsó, hasta que dieron por finalizada su declaración, cuando había comenzado a relatar el papel que tuvieron los sectores prosoviéticos previo al golpe.
Al finalizar la dura jornada Romero nos dijo “Me sentí apretado ahí adentro, hay que estar ahí…”. Seguramente es el sentimiento de los testigos. Lamentablemente, como están planteados estos juicios, son los testigos los que tienen que demostrar los hechos y no son los genocidas y torturadores los que tienen que explicar lo que hicieron.