Se cumplen tres meses del inicio de la invasión por parte del imperialismo ruso a Ucrania. Las consecuencias de miles de ucranianas y ucranianos muertos, militares y civiles, millones de refugiados y ciudades enteras prácticamente destruidas, no han frenado la heroica resistencia del pueblo y las fuerzas armadas de Ucrania.
Se expande el conflicto a otros países, como se ve con el pedido de ingreso a la OTAN por parte de Finlandia y Suecia, temerosos de posibles ataques del gobierno de Putin.
Como represalia por el pedido de Finlandia de ingreso a la OTAN, el 21 de mayo se detuvo el flujo de gas ruso. Esto es solo el 5% del consumo total, por lo que no estaría afectada la provisión. Rusia ya había hecho lo mismo con Polonia y Bulgaria.
Además, Rusia anunció que antes del fin del 2022 creará 12 unidades militares en su frontera occidental para responder a la petición de Suecia y Finlandia, de incorporarse a la alianza militar que encabeza Estados Unidos, la OTAN. Recordemos que Rusia comparte con Finlandia 1300 kilómetros de frontera.
Serguéi Shoigú, ministro de Defensa ruso dijo además que este año sus tropas recibirán 2.000 armas y equipos militares modernos.
Turquía, miembro de la OTAN, objetó la incorporación de Suecia y Finlandia bajo la acusación de “amparar grupos terroristas” dentro de su territorio. En realidad el problema viene del 2019, cuando los países nórdicos suspendieron la venta de armas a Turquía por su incursión militar en Siria.
Dentro de Rusia sorprendió que en una entrevista por su cadena estatal el analista militar y coronel retirado Khodarenok contradijo la versión oficial de que la ofensiva militar en Ucrania avanza según lo planeado y la calificó de “sedantes informativos”. Agregó que hay que tener en cuenta que en los soldados ucranianos “existe mucho deseo de defender su patria”.
Del otro lado se hizo viral, en inglés y castellano, el acto fallido del ex presidente de EEUU, George Bush, cuando dijo “la decisión de un hombre de lanzar una invasión brutal y totalmente injustificada de Irak… quiero decir de Ucrania”. Fue bajo su gobierno la brutal invasión a Irak en el 2003.
El Congreso de EEUU aprobó un nuevo paquete de 40.000 millones de dólares para Ucrania. Este incluye armas, municiones, objetivos macroeconómicos y humanitarios.
En otro orden de cosas, el canciller argentino Santiago Cafiero, en la cumbre del BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, sostuvo que “un cese de fuego entre la Federación Rusa y Ucrania es imperioso. Los impactos políticos y económicos plantean desafíos a todo nivel. Contribuir a encontrar una respuesta y un camino de salida a este conflicto es una obligación que nos concierne a todos”.
Esta posición del canciller argentino es importante ya que a tres meses de la invasión, y cuando la invasión ya no es tapa de los diarios ni casi aparece en los noticieros, continúan muchas posiciones de apoyo a Rusia ante la invasión, más o menos explícitas y justificadas por la existencia de la OTAN. Como si en la lucha interimperialista hubiera un solo enemigo, los yanquis y sus aliados y como si Putin no atacara expresamente a Lenin por promover la autonomía de cada uno de los integrantes de la URSS.
Parece también desconocerse que las acciones que describimos en este artículo van aumentando el riesgo de una tercera guerra mundial. Riesgo que nos afecta directamente, con la ocupación por parte del imperialismo inglés de nuestras Islas Malvinas, convertidas en la mayor base militar del Atlántico Sur, y la existencia de una base militar china en Neuquén.
Por eso mantenemos nuestras consignas: Solidaridad con el pueblo ucraniano. Repudiamos la invasión rusa a Ucrania. Ni Rusia ni los yanquis y la OTAN.
Hoy N° 1914 25/05/2022
