El frente Ciudadanos contra el Golpe de Estado, que reúne agrupaciones de un amplio espectro, convocó a movilizaciones el 14 de enero contra el presidente de Túnez, Kais Faied. Las protestas habían sido prohibidas un día antes por el gobierno, con la excusa del alza de contagios por coronavirus, e impuso el toque de queda nocturno por dos semanas. Las protestas fueron brutalmente reprimidas, y un manifestante falleció en el hospital donde intentaron socorrerlo.
Según el Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos, al menos 20 periodistas fueron agredidos y la Policía impidió grabar los arrestos, y confiscaron material a varios de ellos.
El pasado 25 de julio del año pasado el presidente Faied decretó el Estado de sitio -que incluyó el cese del primer ministro y la suspensión de la Asamblea de manera indefinida-, suspendió casi la totalidad de la Constitución y se concedió plenos poderes con el fin de “recuperar la paz social”. Varios parlamentarios han sido detenidos en el país, dado que la suspensión del Parlamento llevó ligada la retirada de su inmunidad. La justicia tunecina convocó a 20 dirigentes opositores para el 19 de enero. El 31 de diciembre fue arrestado un líder opositor, ex ministro de Justicia. Masivas movilizaciones fueron convocadas durante todo este proceso.
El 13 de diciembre el presidente anunció una prórroga de la suspensión del Parlamento hasta que se celebren elecciones, que convocó para el 17 de diciembre de 2022. La Constitución tunecina de 2014 solo permite suspender el Parlamento durante 30 días. Saied afirmó recientemente que dicha Carta Magna “no tiene legitimidad”.
El pueblo tunecino se organizó con movilizaciones en todo el país. El 17 de diciembre se celebró en las calles el aniversario de la Primavera Árabe, entre protestas. Miles de personas salieron a las calles para manifestarse contra el presidente y recordar con orgullo el proceso de protestas que comenzó el 17 de diciembre de 2010 cuando la policía le sacó toda la mercancía y dinero a un vendedor ambulante (Mohamed Bouazizi). El vendedor se inmoló como respuesta y en forma de protesta. Durante su agonía miles de tunecinos salieron a luchar a las calles pidiendo reformas democráticas y beneficios sociales.
Estas protestas se extendieron al resto del mundo árabe. En Egipto, Libia, Siria, Yemén, Argelia, Bahrein y Jordania se libraron luchas democráticas. En un principio la prensa llamó a estas luchas como “la revolución democrática árabe” por su magnitud. Con la excepción de Túnez, en ningún país las revueltas dieron paso a un régimen democrático, aunque constituyeron la semilla años después de la llamada Segunda Primavera árabe.
Hoy N° 1898 26/01/2022