El ministro de Interior y transporte, Florencio Randazzo, es uno de los preferidos de la corte cristinista. En el relato oficial, Randazzo es el “eficiente”. Ya lo demostró con los DNI, que andan por su cuarta versión en apenas dos años, obligando a millones de argentinos a renovar la documentación, generando grandes ganancias para las empresas proveedoras, y de paso, aumentando el control sobre nuestras vidas, con los “chips” que contendrán los datos privados de los más de 40 millones de compatriotas.
Tanta eficiencia fue premiada por la presidenta otorgando al Ministerio del Interior la potestad de la política de transporte. Esto ocurrió luego de la masacre de Once, donde perdieron la vida 52 pasajeros. El resultado de la gestión Randazzo, que el relato no dudó en llamar “revolución ferroviaria”, ha sido un gigantesco negociado con China, que incluye la compra de formaciones para las líneas Sarmiento, San Martín y Mitre, y el financiamiento de la renovación de Belgrano Cargas.
Pues bien, este señor, que aspira a una candidatura presidencial que sea “bendecida” por Cristina Fernández, mostró la esencia de su política, al decir en una reciente entrevista radial que “No existe la industria nacional ferroviaria, no existe, en realidad nunca existió. La Argentina no tiene posibilidad de fabricar trenes. De hecho, cuando se llevaban a reparación eran casi tan caras como trenes nuevos”. Esto lo afirmó en el programa “Tierra de Locos”, que se transmite por la 95.9, el miércoles 13/8.
La respuesta de los trabajadores ferroviarios no se hizo esperar. Los más veteranos recordaron la política de desarrollo de la industria ferroviaria en el peronismo, a partir de 1948, y muchos otros agregaban datos de “los Fiat 7131, los CML, o los eléctricos Materfer de la línea D”, dando ejemplos concretos. Muchos más recordaban los trabajos en Fabricaciones Militares, Tafí Viejo, Alta Córdoba, Laguna Paiva y tantos otros talleres ferroviarios que no sólo abastecieron de trenes a nuestro país, sino que exportaron formaciones a Chile, Uruguay, Bolivia, Cuba.
Viniendo más acá en el tiempo, uno de los delegados de Emfer, Roger Castaño, decía a este semanario “Randazzo no sabe nada de ferrocarriles. Acá en Emfer, a partir del 2006, hicimos 8 formaciones de vagones doble piso. Hasta lo vino a inaugurar Néstor Kirchner”.
Randazzo sube la apuesta de su relato mentiroso, para justificar la entrega que está haciendo su gobierno, a ese “aliado estratégico” como denominaba Kirchner al imperialismo chino.
