El 28 de febrero a las 10 de la mañana comenzó una jornada de lucha que la conducción Celeste del SUTE, no pudo evitar.
Más de siete mil trabajadores de la educación reunidos en calle Godoy Cruz y Patricias Mendocinas de la ciudad de Mendoza, empezaron a levantar las banderas de la dignidad, exigiendo al gobierno de la provincia una mejora en la propuesta salarial rechazada la semana anterior por los compañeros en las escuelas y en los plenarios.
El 28 de febrero a las 10 de la mañana comenzó una jornada de lucha que la conducción Celeste del SUTE, no pudo evitar.
Más de siete mil trabajadores de la educación reunidos en calle Godoy Cruz y Patricias Mendocinas de la ciudad de Mendoza, empezaron a levantar las banderas de la dignidad, exigiendo al gobierno de la provincia una mejora en la propuesta salarial rechazada la semana anterior por los compañeros en las escuelas y en los plenarios.
El gobierno de “Pako” Pérez había dictado la conciliación obligatoria, intentando evitar el éxito del paro de 24 horas, y el secretariado del SUTE se llamó al silencio instaurando la confusión sobre la legalidad de las medidas de fuerzas tomadas.
Sin embargo, la oposición (Agrupación cuatro de abril, Lista Marrón, Tribuna docente, Trabajadores de la educación Autoconvocados y otras fuerzas) militamos fuertemente por las redes sociales, los mensajes de texto, los comunicados de prensa y los llamados telefónicos, el paro en las escuelas, y la movilización.
El resultado fue: 96% de acatamiento al paro y miles de trabajadores de la educación marchando a Casa de Gobierno. Las calles de Mendoza volvieron a poblarse de delantales blancos y los educadores enseñando con la lucha; como decían algunos carteles: “Luchar también es educar”, que llevaba la foto de Fuentealba.
La conducción del sindicato, una vez que anunció los resultados de las medidas fue chiflada y tuvo que huir bajo el rótulo de “traidores”. Pagó caro su sometimiento al gobierno provincial y nacional. Para miles y miles, quedó claro a quién defiende el SUTE.
El gobierno, dos días después de la magnífica jornada de lucha, anuncia una nueva propuesta de $3.000 para el que recién se inicia, a pesar de que la conciliación obligatoria posponía las reuniones paritarias para después del 5 de marzo (intentando no tener al sector manifestándose en plenos actos oficiales en vendimia).
Hemos salido fortalecidos de esta histórica jornada; consideramos que es un triunfo parcial de la organización de los trabajadores de la educación, la lucha va a ser larga, pero el camino, quedó demostrado, es la manifestación y el paro. Tuvo fuerte rechazo posterior el discurso de la presidenta que no hace más que retomar las consignas de Menem contra este esforzado trabajador público desvalorizado y mal pago.
Ahora, queda analizar en profundidad la nueva propuesta junto a los compañeros y preparar el paro nacional que se vio obligada a dictar la Ctera.
