Georgina Sofía Soledad Vera tenía 17 años. Era parte de la Corriente Clasista y Combativa. Trabajaba en las cooperativas de construcción de viviendas. Estaba embarazada de tres meses, lo que fue revelado por la autopsia. Un disparo en la cara, de parte de su novio, fue el último acto de violencia que él ejerció sobre ella. Fue el 5 de febrero de este año. Y el último de un sinfín de hechos, como la puñalada que le dio en su pierna, dentro de su casa, mucho tiempo atrás y que la llevó al hospital. Como los golpes que le dejaban los brazos llenos de moretones, aunque Georgina le decía a su padre que eran caídas o golpes accidentales.
Georgina y su asesino, Miguel Alan Yucra, eran padres de una niña de un año y medio. Ella vivía con sus padres en una casa de las tantas que construyeron las cooperativas de la CCC de Perico. En la puerta de su casa fue asesinada. Y vaya paradoja, la calle de su casa se llama Zulma, nombre que la CCC peleó poner en esa calle en homenaje a Zulma Gutiérrez, otra joven integrante de la CCC de la localidad, también asesinada por su ex pareja.
La CCC de Perico suma con Georgina la segunda joven integrante de dicho movimiento asesinada por su novio o ex pareja. El segundo femicidio. Y este número aterrador se suma a la lista de mujeres asesinadas en Perico en circunstancias similares: Patricia P., Analía Josefina Churquina; o muy cerca de allí, como Soledad Analía Farfan (Monterrico), Noelia Gutiérrez (Coronel Arias, entre Perico y Monterrico), Yolanda Haydee Rojas (Dique las Maderas); o en la provincia de Jujuy, como Silvia Fabiola Flores, Haydee Abigail Cruz, Leandra Apaza, Yanet Rocabado, Ana Griselda Valle, Adriana Zambrano, Rita Soruco, Celeste Del Valle… y siguen los nombres. La mayoría de estos casos son homicidios provocados por hombres que tenían alguna relación sentimental con las víctimas.
“Hay seis casos que tengo registrados donde podría pasar algo similar”, expresa con preocupación Nancy, dirigente de la CCC de Perico, quien ya apunta junto a otras compañeras a abrir allí una casa de la mujer que aborde estas cuestiones. Por eso el sábado 12 de febrero Elsa Colqui, presidenta de la Casa de la Mujer María Conti de San Pedro de Jujuy –también dirigente de la CCC– fue invitada a la asamblea general de la CCC de la localidad, en la que asistieron unos 200 compañeros. Y allí Elsa implicó a hombres y mujeres en la problemática, y también en el abordaje del problema de la violencia contra la mujer.
La historia de Georgina es una más de tantas en nuestro país. Una víctima más de la violencia contra la mujer naturalizada, donde la mujer es propiedad del hombre, y en la que un homicidio como el de Wanda Taddei puso de moda matar quemando.
Homicidio simple vs. femicidio
El asesino de Georgina era su novio. Hoy está detenido. Ha sido imputado del delito de homicidio simple. La prisión es de 8 a 25 años, en una jurisprudencia en la que prevalece condenar con la pena mínima. Si se hubiesen casado y tuviesen el certificado expedido por el Registro Civil, la imputación sería de homicidio calificado, y correspondería prisión perpetua.
Este absurdo, nuevamente pone sobre la mesa la necesidad de incorporar la figura del femicidio al Código Penal, como ya reclamamos en estas páginas desde que dimos cuenta del homicidio de Rita Soruco, joven jujeña y maimareña. Y exigimos la prisión perpetua porque ese vínculo sentimental que une a víctima con victimario debe ser considerado un agravante del homicidio, y no una excusa para atenuar el delito y anoticiarlo como “crimen pasional”; cuando el único adjetivo al crimen es lo que puede derivar del verbo oprimir. Sí, los femicidios son productos de la opresión que sufre la mujer en esta sociedad, es la práctica última del poder de propiedad que ejerce el victimario.
Hoy hay varios proyectos de ley que recogen este reclamo, que hacemos nuestro y levantamos a viva voz este 8 de marzo. Al calor de la campaña nacional por la declaración de emergencia en violencia sexual y doméstica contra la mujer, ya sea mediante ley del Congreso o decreto presidencial.
¡Declaración de emergencia ya!
Y esta emergencia, que ya es ordenanza en la ciudad de San Pedro de Jujuy, es la exigencia que hacemos en cada localidad, en cada provincia y en el país, porque la violencia contra la mujer mata y ultraja. Y la gravedad requiere poner al rojo esta situación, y tomar medidas en tal sentido, que incluya recursos, campañas de prevención, abordaje, protocolos específicos, modificaciones de normas procesales y de fondo, etc.