Los autoconvocados, organizados al margen de los gremios traidores (ATSA, AME, Sumar) a partir de asambleas por hospital con delegados con mandatos, lograron torcerle el brazo al gobierno de Alperovich, que recurrió a todo tipo de aprietes y bajezas para dividir y aislar al movimiento. Pero fracasó gracias a la unidad y la lucha de los trabajadores.
El lunes 22 el gobierno presentó una propuesta por intermedio del arzobispo de Tucumán Villalba: 50 pesos de aumento a la base de cálculo, 30 en diciembre, 20 en enero, más pase a planta permanente de 1.500 trabajadores en diciembre, 1.500 en mayo, y los 2.300 restantes hasta 2011 entre otros puntos.
Los delegados analizaron la propuesta en las asambleas de cada hospital, y acordaron tener una respuesta el miércoles 25. Ese día se realizó una asamblea interhospitalaria. El 90% de las asambleas de todos los hospitales de la provincia decidieron aceptar la propuesta con modificaciones.
Ante esto se agudizan las maniobras del PO y sus aliados por desconocer el mandato de las asambleas, generando mucha confusión entre los trabajadores. Primero intentaron realizar una asamblea del activo para volver a tratar la propuesta, pero la firmeza de los delegados del Hospital de Niños, un delegado de la Maternidad, y la delegada del hospital de Concepción hicieron fracasar esta primera maniobra. Luego operan sobre el cuerpo de delegados para evitar que se firme el acuerdo. En un clima de gran agresión a los delegados que defendían lo resuelto por las asambleas de base y a pesar de la gran confusión que logran generar, vuelven a ser derrotados por un voto por la propuesta de firmar el acuerdo votado por las asambleas.
El jueves 25 intentaron nuevamente manijear convocando a una asamblea en la Maternidad donde participa un minúsculo grupo de delegados de otros hospitales, que desconoce lo votado por la interhospitalaria del día anterior, y plantean suspender la reunión con el gobierno llamando a un cuarto intermedio para la semana siguiente. La firmeza de la mayoría de los delegados hace fracasar esta maniobra nuevamente.
El acuerdo
Después de dos horas de discusión en el Arzobispado, el gobierno aceptó las modificaciones propuestas y se comprometió en:
1. Aumento a la base de cálculo de 50 pesos, 30 en diciembre, y 20 en enero para todas las categorías, de la A a la F. Esto significa un aumento que va de 200 a 600 pesos según la categoría y la antigüedad.
2. Sumado un 20% de aumento para todas las categorías de responsabilidad asistencial que sólo lo cobraba el personal médico.
3. A las categorías D, E, F se le garantiza cobrar el mínimo por ley nacional, de $ 1.490 y a partir de ahí se suma el aumento conseguido. Se mantienen todos los ítems cobrados en negro que vencían en diciembre.
4. Pase a planta permanente de todos los transitorios: 1.500 en diciembre, 1.500 en mayo 2010 y los 2.300 restantes hasta el 2011, asegurando la permanencia de los mismos hasta tanto se efectivice el pase.
5. Pase a planta transitoria de todos los trabajadores con contrato monotributista que trabajan en el Siprosa.
6. Gestionar por ley en el Congreso el 82% móvil.
7. Gestionar insalubridad en la Anses.
8. Convocar a paritarias en marzo, reconociendo a los delegados autoconvocados.
9. Devolución de los días descontados por quite de colaboración.
10. Fuero gremial a los delegados autoconvocados.
12. Ninguna sanción a los trabajadores que participaron de la lucha.
13. Armado de comisiones de seguimiento para cumplir lo pactado.
Esto son los puntos principales del acuerdo. Si bien en lo económico no se consiguió el 100% de lo exigido, se logró arrancar un aumento de los sueldos que no es despreciable, a un gobierno que se negaba a otorgar cualquier tipo de mejora salarial aduciendo que no tenía plata para aumentar ni un centavo.
Este triunfo parcial de la lucha fortalece al movimiento y lo coloca en mejores condiciones para seguir peleando el aumento a la base de cálculo de 250 pesos y también por condiciones dignas de salud para el pueblo.
El papel del PO y su alianza con sectores del bussismo
Párrafo aparte merece el papel cumplido por el PO que con una fraseología combativa operó objetivamente en beneficio de los intereses de Alperovich.
Con una línea muy mezquina, y una concepción de lucha corta y triunfo fácil; con una línea sectaria de grupo iluminado al margen de las masas, y una concepción profundamente antidemocrática, no respetan la decisión de las asambleas, generando permanentemente división en el movimiento con tal de cumplir sus mezquinos objetivos.
Llegaron inclusive a aliarse en la Maternidad con el bussimo, con tal de aislar a los delegados que no están de acuerdo con su línea. Queda claro que para estos “izquierdistas”, el enemigo son los compañeros de lucha y no el gobierno de Alperovich.