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03 de April de 2013

Un marxista del 900

Crónicas proletarias

 Germán Ave Lallemant, que en 1890 fuera director del primer periódico marxista de la Argentina, El Obrero, para la primera década del siglo 20 continuó radicado en San Luis, adonde vivía desde 1870. Desde allí se mantiene como corresponsal del Die neue zeit (El nuevo camino), la revista teórica del Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, cuyo director era Karl Kautsky.

 Germán Ave Lallemant, que en 1890 fuera director del primer periódico marxista de la Argentina, El Obrero, para la primera década del siglo 20 continuó radicado en San Luis, adonde vivía desde 1870. Desde allí se mantiene como corresponsal del Die neue zeit (El nuevo camino), la revista teórica del Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, cuyo director era Karl Kautsky.
Si bien Lallemant integró la primera lista de candidatos del Partido Socialista que dirigía Juan B. Justo, en 1896, a comienzos del 1900 no se conoce si seguía vinculado al mismo. Lo que sí se sabe eran sus ácidas críticas a la dirección reformista del PS. “Los jefes han pasado casi sin excepción al campo de Turati…”, escribía en un artículo publicado en la edición de 1908-1909. Allí agregaba: “los elementos propulsores del partido socialista son ideólogos burgueses que no están dispuestos a cruzar un determinado Rubicón…”. Lallemant aparece por esos años entre los impulsores del socialismo en Mendoza.
Este científico de origen alemán hizo notables análisis de la realidad argentina. En un artículo titulado sugerentemente “Imperialismo europeo en América del Sur”, de 1902-1903, detallaba la situación de la deuda externa argentina, afirmando que “Sólo la deuda portuguesa es mayor” en el mundo. Luego de hacer la evaluación de esa deuda, y del ingreso por las cosechas, concluye, tras dar el dato de lo extraído por Inglaterra de las Indias Orientales: “Sin conquistas políticas, sin barcos ni cañones, el capital inglés exprime, pues, de la Argentina, en valor relativo, 17 veces más de los que extrae a sus súbditos indios”. Así marcaba el grado de dependencia en que los gobiernos oligárquicos sumieron a nuestro país.
Lallemant, en el mismo artículo, opina equivocadamente que el crecimiento de la influencia del imperialismo norteamericano sería favorable para Argentina “…de esta manera es posible pensar que Sudamérica pueda alguna ver ser abierta a la cultura y a la civilización”. No obstante estos errores, es notable la profundidad del análisis de este marxista, que además de marcar la dependencia, denunciaba otro rasgo característico de la oligarquía gobernante, su corrupción, “porque aquí todo puede ser comprado”. Lallemant caracterizó la situación en esta primera década del siglo 20, donde Roca gobernaba “prácticamente de manera autocrática y dictatorial”, diciendo “La Argentina se acerca cada vez más a las condiciones rusas”, como escribió en un artículo aparecido antes de la Semana Roja, esa gran lucha desatada luego de la represión del 1º de mayo de 1909.