Reunido el Consejo del Salario con la participación de los representantes patronales, del gobierno y de la CGT y CTA oficialistas, se resolvió elevar el salario mínimo vital y móvil a un escaso nivel de 2.300 pesos, por decisión de la presidenta Cristina Kirchner; cuando antes el gobierno había dicho que podría llegar a 2.400 y los dirigentes de la CGT y Yasky prometían no bajarse del pedido mínimo de 2.600 pesos mensuales.
Reunido el Consejo del Salario con la participación de los representantes patronales, del gobierno y de la CGT y CTA oficialistas, se resolvió elevar el salario mínimo vital y móvil a un escaso nivel de 2.300 pesos, por decisión de la presidenta Cristina Kirchner; cuando antes el gobierno había dicho que podría llegar a 2.400 y los dirigentes de la CGT y Yasky prometían no bajarse del pedido mínimo de 2.600 pesos mensuales.
Es cierto que la cifra representa un 25% de aumento en relación al año pasado, pero también es cierto que los $2.300 apenas cubren un tercio de la canasta familiar real, que es la que el salario mínimo vital y móvil debería garantizar para que un obrero con familia tipo de 4 personas gane lo necesario para vivir modestamente. Esta canasta, hoy se encuentra en los 6.500 pesos mensuales. También es cierto que las patronales querían quedarse sólo en 1.900, mientras Moyano y Yasky se ponían en combativos; aunque a la hora de la verdad terminaron aceptando los 2.300 que laudó la presidenta.
Dicen que esta cifra influye en 4.000.000 de obreros, hablan de los rurales y las domésticas, pero no dicen nada del casi 40% de la masa laboral en negro, y ni hablar de trabajadores municipales, de la salud, estatales. Siempre el mismo argumento: estamos piloteando la economía en medio de la crisis internacional y que no hay que desestabilizar las variables macroeconómicas. Pero todo, la crisis y las superganancias de las patronales, lo termina pagando la clase obrera. Esta es la Argentina del pago de la deuda externa ilegítima, de los subsidios a amigos y monopolios, de la entrega de la tierra, la minería, el petróleo, el agua pura, la sojización, etc.
Bueno, ellos son ellos, pero el tema es que esta vez no estuvimos bien todos los que nos oponemos en la calle. Fue incorrecta la decisión de la CTA de no movilizar en todo el país por una cifra de por lo menos 6.000 pesos, no 2.700, para intentar con tres dirigentes que se apiaden y nos dejen entrar. Ellos, Cristina y las patronales, bancan a Moyano y al traidor de Yasky. Deberíamos haber hecho escuchar nuestra voz en todo el país. No fue correcto lo que hicimos y compartimos el error, porque no fuimos capaces de ganar otra posición en el Confederal de la CTA y no logramos desde la CCC concretar la movilización nacional, desde ya en el marco de luchas gigantescas por la tierra y en medio del proceso electoral. Pero nos equivocamos y ellos armaron el circo y ejecutaron la función el viernes 26 de agosto. Quedamos de espectadores diciendo malas palabras. Creo que no hicimos las cosas bien; debemos redoblar la lucha, aprender del error y llevar a fondo la reapertura de paritarias en estatales, la lucha contra los despidos en el Teatro Colón y los preparativos en algunas plantas del automotor. La crisis avanza paso a paso y el paro petrolero debe tener la solidaridad de todo el país, para garantizar que la intervención se vaya y el proceso electoral se realice democráticamente, como exigen los trabajadores en Santa Cruz.