En un trámite expres, la presidenta Cristina Fernández anunció que el salario mínimo vital y movil pasará a ser de 3.600 pesos mensuales en enero de 2014. Para justificar lo exiguo de la cifra, como es su costumbre, la presidenta recurrió a la comparación con 2003, y sin mencionar la inflación desde entonces, sostuvo muy suelta de cuerpo: “venimos en la Argentina, desde (¡sic!) el año 2003, con un salario mínimo, vital y móvil que no era vital, que era mínimo y no era móvil de 200 pesos, a este nuevo salario acordado hoy libremente entre empresarios y trabajadores de 3.600 pesos que significa, nada más ni nada menos, que un incremento, punta a punta 2003 a este año, del 1.700 por ciento”, como si este fuera el aumento que estaba anunciando.
Por eso ni siquiera dijo que el anunciado aumento, en relación al retrasado mínimo de 2.875 pesos del año pasado era siquiera el mentiroso 25,2%. Pues para este año será solo de 14,78%, a 3.300 pesos desde agosto, y que recién se elevará un 10,42% más en enero de 2014 hasta llegar recién entonces a los 3.600 pesos. Si eso no alcanza ni para comer, ella tiene la solución: “Si aumenta el tomate, no lo compro y compro otra cosa; si aumenta la carne de pollo, como pescado, si aumenta el pescado como carne o como fideos”. Fácil, ¿no?
Estuvieron presentes la Cámara de Comercio, la Unión Industrial Argentina (UIA), la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN), la Cámara de la Construcción, Coninagro, por las patronales. Como viene sucediendo desde el comienzo del conflicto con las patronales agrarias, no hubo representantes de la Sociedad Rural, Federación Agraria Argentina y Confederaciones Rurales.
Por el sector laboral hubo representantes de la CGT y CTA oficialistas que conducen el metalúrgico Antonio Caló y el docente Hugo Yasky. No fueron convocados aunque tienen consejeros legalmente nombrados la CGT que conduce Hugo Moyano y la CTA que conduce Pablo Micheli.
En la parodia de reunión de la mañana del jueves las patronales ofrecieron el 22%, mientras los sindicalistas oficialistas pidieron con una “lucha implacable” el 25% promedio de paritarias, poniéndose de acuerdo en fraccionarlo en dos veces. Todo para que a la tarde la presidenta y el ministro de Trabajo Tomada lo anunciaran diciendo que: “el consenso obtenido en el ámbito del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, por décimo año consecutivo, contribuye al fortalecimiento del diálogo social y democrático”. Una vez más a la arbitrariedad, la imposición de decisiones del gobierno en una reunión de sus amigos que afecta a millones de trabajadores, la califican de diálogo democrático.
Conferencia de prensa de rechazo
Frente a la convocatoria del miércoles, ese mismo día la Mesa Federal de la CCC habló con Pablo Micheli, lográndose un acuerdo para rechazar esta convocatoria trucha, y reclamar un mínimo de $7.000 de salario mínimo, cifra elaborada por la Comisión Interna del Indec, pero que es base de la canasta familiar real, que alcanza en la zona central los $10.500.
Se acordó también hablar con Moyano y el Consejo Directivo de la CGT. Fruto de esa negociación se llego al acuerdo de convocar a la Conferencia de prensa en la sede de la CTA para dar los fundamentos de rechazo a la convocatoria, y se consensuó el reclamo de exigencia de un mínimo de $5.200, que son los cálculos propios de la CGT. Por otra parte se convocó a los integrantes de la multisectorial a la conferencia de prensa. Federación Agraria Argentina ya había decidido no participar de la Convocatoria, aunque había recibido la invitación.
La conferencia de prensa estuvo encabezada por Ricardo Peidro, y varios miembros de la dirección de la CTA, entre ellos Darío Perillo y el Dr. Meguira. Por la CGT encabezó Julio Piumato y dos miembros más, Por FAA estuvo presente Rubén Gianasi del Consejo Directivo. Amancay Ardura y Fredy Mariño fueron por la CCC, y hubo representantes del MST, entre otros
Se fundamentó el rechazo de esta convocatoria, que desvirtúa la razón fundamental de la existencia del Consejo del Salario, que debe discutir verdaderamente en un tiempo prudencial con las cifras reales de inflación y las necesidades verdaderas del trabajador para reproducir integralmente la fuerza laboral en todos los aspectos: alimentación, salud, recreación, educación, vacaciones, vivienda, en síntesis vida digna, y esa cifras, mínimas y vitales deben fijarse en el comienzo de Paritarias para que sean la base -en enero- desde las cuales se parta en su discusión. No como está haciendo este gobierno que lo sube sobre la base de lo ya discutido y acordado en paritarias.
Como el gobierno separa el salario mínimo vital de lo que cobran los jubilados porque tampoco aprobó el 82 móvil, lo mantiene bajísimo, y no cubre ni siquiera un tercio de las necesidades reales. Tampoco quiere aumentarlo para que los salarios de Argentina Trabaja y otros planes sociales sigan tan lejanos de las ya irrisorias cifras del mismo.
La lucha de los jubilados -con el MIJP-CCC a la cabeza- ha sido parte de esta batalla, lo mismo que el acto del segundo aniversario de la histórica recuperación de tierras para vivir de Libertador Gral. San Martin en Jujuy, en defensa de las 78 has conseguidas, y con el reclamo por juicio y castigo a los responsables políticos y materiales de los cuatro compañeros asesinados.
En medio de la campaña electoral para las PASO del 11 de agosto, nos dan nuevos argumentos para disputar los votos al oficialismo K y lograr que los frentes políticos que tienen un programa avanzado de lucha puedan pasar el 1,5%, para estar plenamente el 27 de octubre
El salario mínimo es parte de los reclamos fundamentales del paro nacional multisectorial que se va preparando desde abajo para después de las PASO.
