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03 de October de 2010

Despidos y desalojos como en la crisis del

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Hoy 1258 / Como en el

El tifón de la crisis económica se inició en los Estados Unidos y ya arrasa la producción, las finanzas y el trabajo de cientos de millones de personas en Europa, Rusia, China, Japón y países dependientes como el nuestro.
Los EEUU siguen siendo el epicentro. La catástrofe social en cadena creada por la imposibilidad de más y más personas de pagar los créditos e hipotecas “apalancados” (entregados de unos bancos y financieras a otros en garantía de nuevos préstamos) se multiplica y a su vez arroja a miles de nuevas familias a la calle. Familias que pierden su vivienda comprada a crédito o alquilada, y que ya no pueden pagar las cuotas o la mensualidad.
Los bancos ejecutan judicialmente esas viviendas y fuerzan su desalojo. Una nueva clase de “homeless” (sin casa) crece en muchas ciudades. Personas que en muchos casos tenían un ingreso medio y que ahora viven en un atestado cuarto de hotel que pagan por semana.
Las familias de hotel se multiplican por centenares en ciudades tan diversas y distantes como Denver (en el estado central de Colorado), Chattanooga y Tennessee (en el sudeste), Portland (estado noroccidental de Oregon), y otras en la costa californiana sobre el Pacífico. Hace poco se vieron las fotos de filas enteras de casas con el rótulo “For sale” (en venta) y el candado del banco en la puerta. En 74.000 se estiman las casas que los bancos ya han puesto a remate.
En California han crecido “ciudades de sin techo”, donde miles de personas viven en carpas y automóviles. En algunos casos las policías municipales les ponen brazaletes de colores que establecen cuántos días pueden quedarse según las ordenanzas. Otros van a los parques y piden comida en las iglesias.
Igual que en las siniestras y memorables escenas de la crisis del ’30, detrás de la pérdida de la vivienda está la falta de trabajo. Las colas de desocupados crecen sin pausa en las oficinas gubernamentales de empleo y de seguro de desempleo. 651.000 despidos en febrero se sumaron a otros 655.000 en enero y 681.000 en diciembre. En febrero se calculaba en unos 12 millones el número de los sin trabajo. Según el congresista Bob Menéndez, demócrata por el estado de New Jersey, los desempleados inscriptos en las oficinas públicas de búsqueda de trabajo y reclamantes de ayuda de desempleo ya eran 7 millones de personas en mayo de 2008.
En los Estados Unidos no hay ”prestaciones sociales”. Los “fired” (despedidos), no cobran ni un dólar de indemnización: se van a su casa a sobrevivir como puedan.

El “tercer mundo” está adentro
El proceso viene agravándose desde hace meses. Ya a mediados de 2008 se multiplicaban las quiebras; cerraban empresas de camiones, pequeñas constructoras, restaurantes.
En las propias entrañas de la primera potencia imperialista del planeta creció aceleradamente un “tercer mundo” de desocupados, hambrientos y sin techo. En un condado en el centro de la península de Florida el Congreso aprobó una ley de donaciones, que permite a los hoteles y restaurantes donar diariamente los sobrantes de comida a instituciones de caridad como el “Ejército de Salvación”, y paliar así la angustia de “homeless” y padres que no tienen para alimentar a sus hijos.
Ocho o nueve meses atrás todavía la tabla de salvación para millones ante la crisis era recurrir al crédito, aunque ya sólo se consiguiera a tasas de interés muy altas. En muchos casos la garantía para obtenerlos era una hipoteca sobre la vivienda. Se endeudaban para superar la brecha entre su salario y el rápido aumento del costo de vida. La deuda por créditos “dudosos” hacia mayo último llegaba a 900.000 millones de dólares.
Así, no sólo miles de familias perdieron sus casas: la construcción se paralizó y el desempleo en el sector de la construcción superó los 200.000 trabajadores, especialmente en los estados de la costa este y oeste y en el sur.

Fuera de las estadísticas
En Irak mueren cada día por acciones de la resistencia patriótica dos soldados yanquis. Pero en Estados Unidos la noticia de primera página ya no son las muertes en Irak y Afganistán, aunque en estos cinco años de ocupación a Irak ya pasaron los 3 mil. Para millones el tema inmediato es la vivienda y el trabajo, especialmente a medida que crecen los casos de gente en la calle, o de conocidos que van a parar a refugios o a vivir con parientes, en departamentos compartidos, en garajes o en hoteles.
La mayor parte de ellos no aparecen en las estadísticas, y muchas veces no reciben ayuda pública. Son pocos los afortunados a quienes alguna organización de caridad les paga un subsidio de 800 dólares al mes mientras buscan trabajo.
Muchas escuelas hacen actividades especiales para tratar de que los chicos de familias desalojadas sigan asistiendo a clase. Algunas envían a trabajadores sociales para ofrecerles alimentos y asistencia psicológica.
En EEUU la crisis se agrava día a día. Quizá es por eso que el economista demócrata y premio Nóbel Paul Krugman, que en febrero presagió una tasa real de desempleo del 15% (20 millones de norteamericanos), estima que incluso los astronómicos 800.000 millones de dólares del plan de estímulo de Obama “es poco y llega tarde”.