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18 de July de 2012

Una deuda que nunca se acaba

Hoy 1428 / La “epopeya” no termina el 3 de agosto

El gobierno kirchnerista se caracteriza por priorizar el pago de la deuda pública y sus intereses, antes que cualquier otro tipo de deudas, sea con los jubilados, con las provincias, los proveedores, etc. Al contrario, para tener “caja” para esa deuda y sus intereses, vetó el 82% móvil para los jubilados y pensionados, retacea los fondos a las provincias (que tienen a su cargo los servicios básicos de salud, educación, vivienda, etc.), impuso un cepo cambiario y pone trabas a las importaciones, etc.

El gobierno kirchnerista se caracteriza por priorizar el pago de la deuda pública y sus intereses, antes que cualquier otro tipo de deudas, sea con los jubilados, con las provincias, los proveedores, etc. Al contrario, para tener “caja” para esa deuda y sus intereses, vetó el 82% móvil para los jubilados y pensionados, retacea los fondos a las provincias (que tienen a su cargo los servicios básicos de salud, educación, vivienda, etc.), impuso un cepo cambiario y pone trabas a las importaciones, etc.


El gobierno kirchnerista no cuestionó ni investigó la deuda externa en gran parte ilegítima y fraudulenta, cajoneando el juicio promovido por Alejandro Olmos y el fallo del juez Jorge Ballestero. Arregló el canje de los títulos en cesación de pagos, a intereses usurarios, y pagó en su totalidad la deuda al Fondo Monetario Internacional. Desde entonces es el gobierno que más ha pagado en la historia argentina, según sus propias palabras, presentando su política de desendeudamiento como una epopeya nacional.


Sin embargo, la magnitud de esa deuda reconocida es tal que, a pesar de todos los pagos de capital e intereses realizados a lo largo de estos años, su monto (que a partir del canje en 2005 era de 128.630 millones de dólares), ha pasado a ser de 178.963 millones en la actualidad. Es decir, un aumento en 50.333 millones de dólares en estos seis últimos años. Un porcentaje menor de aumento en relación al crecimiento del Producto Bruto Interno y al de las exportaciones, pero mayor al crecimiento de las reservas internacionales. Esto sin contar el aumento del endeudamiento del Banco Central (BCRA), que se registra en la deuda pública externa (por ejemplo, 5.000 millones de dólares con el Banco de Basilea, Suiza, para recomposición de las reservas en 2011) y 11.177 millones que se registran como remanentes de los canjes de 2005 y 2010.


Pasando a la composición por moneda de lo que se define como deuda del sector público nacional (es decir sin contar las últimas mencionadas, que también son en moneda extranjera), vemos que el 60%, es decir el equivalente a 107.526 millones de dólares es en moneda extranjera. Este, como dijo la presidenta, es su principal problema (tener que comprar dólares emitiendo más pesos, pues ya no tiene superávit fiscal), dado que ha reiterado su compromiso de pagarla en dólares (sea externa o interna) y no puede imprimir esa moneda (con lo que, de paso, reitera que la deuda en moneda local la va a seguir pagando emitiendo más pesos también, haciéndonosla pagar todavía con más inflación).


En cuanto al perfil anual de vencimientos de capital e intereses vemos que el mismo es del orden de los 15 a 20 mil millones por año hasta 2017, sin contar los adelantos transitorios del Banco Central, que sumaron 15.597 millones de dólares en 2011 (con emisión de pesos equivalente) y vencen en 2012, imposibles de pagar, por lo que se modificó la Carta Orgánica de esa institución, para poder trasladar y ampliar ese endeudamiento a 2013.


Con el varias veces anunciado pago para el 3 de agosto de los últimos Boden 2012 en dólares (para los usureros no hay pesificación ni pago de impuesto a las Ganancias), la presidenta pretende hacernos creer que nos liberamos de la deuda (como hizo su marido con el pago anticipado al FMI). Pero con sus propias cifras podemos ver lo que piensa seguir pagando hasta fin de año en dólares solo en títulos públicos (que tampoco piensa en pesificar). Entre esos títulos se cuentan los bonos ajustables por el PBI (producto del “exitoso” canje kirchnerista).