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30 de August de 2011

Frente a la lucha por tierra para vivir y trabajar, el gobierno presentó un proyecto, que no frena la extranjerización y la concentración de la propiedad agraria.

Una reforma agraria y urbana integral

Hoy 1384 > La hora política

1. De Jujuy a Santa Cruz

Antes, durante y después de las elecciones del 14 agosto, hubo y hay grandes conflictos obreros y populares.

1. De Jujuy a Santa Cruz

Antes, durante y después de las elecciones del 14 agosto, hubo y hay grandes conflictos obreros y populares.

El del pueblo jujeño por tierra y vivienda, iniciado en Libertador, sigue en curso con más de 70 tomas, exigiendo el cumplimiento del compromiso de un lote para cada jujeño que lo necesite, y además, cárcel para los asesinos y los responsables políticos de los cuatro jujeños muertos por la represión en Libertador. La sed de tierra para vivir y trabajar de los más pobres en todo el país, se ha instalado como un detonante de conflictos ante el monopolio de la tierra por grandes terratenientes, que dejan sin espacio a pueblos y ciudades, y expulsan del campo a los pequeños y medianos productores. Como se analiza en esta edición de hoy (en páginas centrales), la ley de tierras presentada por el gobierno como “respuesta” a esta situación, no da soluciones.

Los petroleros santacruceños iniciaron una huelga por tiempo indeterminado encabezados por su cuerpo de delegados. El gobierno kirchnerista de Santa Cruz los reprimió, y el intendente de Caleta Olivia, candidato a vicegobernador por el kirchnerismo, consideró “una excusa” el reclamo de los trabajadores de recuperar la dirección de su gremio. Los obreros siguen la lucha, reclaman el cese de la intervención de su gremio y la realización de elecciones. La democracia sindical no es ninguna excusa.

 

2. Crisis mundial y economía enferma

Cómo ya mostraron las elecciones del 14 de agosto (también ahora en Tucumán), pesan en el voto popular medidas tomadas por el gobierno que han significado cierto alivio en amplios sectores, pese a las limitaciones con que fueron encaradas, y el chantaje de perderlas si no triunfa el oficialismo. Está fresco en esas masas los sufrimientos de años atrás, y están a la vista las situaciones creadas por la crisis del capitalismo en otros países del mundo.

El gobierno K se ha garantizado “la caja” para llegar hasta las elecciones de octubre. Entre los años 2003 y 2011 ha dispuesto, sin control, $220.345 millones (La Nación, 29/8). A esos ingresos se le suman los manotazos a las reservas, el Anses y el PAMI.

Ahora, trascendió que el gobierno le pegaría un manotazo a los fondos de las obras sociales: $30.000 millones, a las que han contribuido a vaciar al no entregar entre $6.000 y 8.000 de la recaudación de esas organizaciones que son una conquista del movimiento obrero. El vaciamiento de las obras sociales ha sido una operación del gobierno con los jerarcas sindicales propatronales durante los años en que el kirchnerismo tuvo una sociedad armónica con Moyano.

Hay temor en las masas a la crisis. Miran atrás recordando sus sufrimientos, y observan lo que pasa en el mundo. Repudian los programas de ajuste y mano dura de la derecha opositora. El gobierno va a “estirar” la “sensación” de una Argentina con su “economía blindada” hasta las elecciones de octubre. Por eso negoció con la dirección de la Voslkswagen, la postergación hasta octubre de la eliminación del turno noche en el que se iba a producir un nuevo modelo.

Pero la economía argentina está enferma, ya asoman conflictos por despidos en autopartistas, el acero, la fruta, entre otros (sigue la crisis en los frigoríficos). Decisiones de Brasil, China y Europa frente a la crisis, golpean a sectores de la economía nacional. Las alianzas estratégicas con esos países, que el kirchnerismo consideró como “pilares” de su “modelo”, ahora, ante la crisis mundial, muestran la debilidad de la Argentina frente a medidas y presiones con las que el intercambio comercial es cada vez más desigual y deficitario. No eran alianzas sino dependencia.

 

3. La unidad popular

Impedir el surgimiento de una gran fuerza opositora popular fue un éxito muy importante de los monopolios y terratenientes que integran el bloque dominante del país. Fuerza que se perfiló, en un momento, como la alianza de nueve partidos: Proyecto Sur, PSA, MST, Unidad Popular, GEN, PS, Libres del Sur, Frente Cívico y PTP-PCR. De la ruptura entre esas fuerzas sacó provecho, sobre todo, el kirchnerismo, que vio allanado el camino hacia las elecciones.

La bajada de Pino Solanas de su candidatura presidencial fue un durísimo golpe del que no se repuso el Movimiento Proyecto Sur, que sigue sufriendo el castigo de quienes se habían esperanzado con Pino presidente y se decepcionaron con su bajada.

En las internas del socialismo en Santa Fe, el triunfo de Binner, el avance de la corriente de Lifschik (con relaciones con el kirchnerismo), y el retroceso de los sectores que más alentaban alianzas con el campo popular, llevaron a cerrar un frente nacional relegando a la mayoría de las fuerzas. Fue diferente lo ocurrido nacionalmente a los frentes de Buenos Aires, Río Negro, Corrientes y otras provincias, donde se mantuvo una actitud amplia, y se llegaron a acuerdos programáticos que se sostienen.

En esas condiciones, Binner se fue inclinando a reconstruir la alianza con sectores del radicalismo, aprovechando el fracaso de Alfonsín, que deja a muchos intendentes radicales en una mala situación para renovar sus mandatos. En relación a esto, Binner fue tomando posiciones alejadas de las que sostienen, incluso, fuerzas que integran su propio frente. Alentó que inversiones que hoy China hace en Vietnam y otros países puedan venir a la Argentina, en el momento en que se debate en Río Negro la entrega a una empresa china de 320.000 hectáreas, en condiciones leoninas y sin la aprobación de la legislatura provincial. Declaró, Binner, su decisión de “acordar con el Club de París tan pronto como sea posible. Para ser más creíbles tenemos que cumplir y pagar nuestras deudas” (La Nación, 25/8), sin mencionar la necesidad de investigar esa deuda con el Club de París, contraída por la dictadura con la compra de armas para la guerra contra Chile.

 

4. Defender los frentes y afiliar al PTP

Hemos trabajado y seguiremos trabajando por la unidad de todas las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas.

La situación es compleja. Exige articular las luchas de las masas con una gran campaña política de masas que confronte con el gobierno K y desnude a la derecha opositora. Las elecciones del 14 de agosto han vuelto a demostrar que las luchas sociales abren el camino, pero sin un gran debate político en las masas, estas no van a romper espontáneamente con las opciones impuestas por las clases dominantes y avanzar por el camino liberador.

El PTP y el PCR impulsarán esacampaña política de masas centrándola en pelear, cuerpo a cuerpo, la ficha de afiliación al PTP y el voto a los frentes que integramos en cada provincia, difundiendo el programa acordado y los 10 puntos del PTP y el PCR. Esto es lo fundamental. Además, vamos a denunciar en las masas que los candidatos presidenciales del MPS, al no llegar al 1,5%, fueron proscriptos por una ley inconstitucional kirchnerista que hemos denunciado ante la Corte Suprema, antes de las elecciones, sin respuesta. Repudiando esa proscripción no votamos a presidente y vice.

En las provincias en las que solo se vota a presidente y vice, el PTP y el PCR van a tratar de llegar a acuerdos con las fuerzas del MPS, y otras que estén dispuestas, para hacer una gran campaña con el programa con el que votamos a los candidatos presidenciales el 14 de agosto, los 10 puntos programáticos del PTP-PCR, y la ficha de afiliación al PTP. También en este caso va a ser una campaña cuerpo a cuerpo. Esto será el eje de la campaña. Además, vamos a denunciar la proscripción de nuestros candidatos del MPS y no votamos a presidente y vice.

En algunas provincias, todavía es posible hacer acuerdos con fuerzas populares para las elecciones de octubre. La política de trabajar para reagrupar a las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas, no solo con fines electorales, sino especialmente para un gran centro coordinador, es para antes, durante y después de las elecciones. Es así porque hace a una tarea fundamental, en la perspectiva de una Argentina con una economía enferma, inmerso en una crisis mundial profunda y prolongada, que ya ha provocado una gigantesca oleada de luchas en numerosos países.