Un grupo de periodistas e intelectuales dio a conocer un documento titulado “Malvinas: una visión alternativa”. Son sus firmantes: Emilio de Ípola, Pepe Eliaschev, Rafael Filippelli, Roberto Gargarella, Fernando Iglesias, Santiago Kovadloff, Jorge Lanata, Gustavo Noriega, Marcos Novaro, José Miguel Onaindia, Vicente Palermo, Eduardo Antin (Quintín), Luis Alberto Romero, Hilda Sábato, Daniel Sabsay, Beatriz Sarlo y Juan José Sebreli.
Un grupo de periodistas e intelectuales dio a conocer un documento titulado “Malvinas: una visión alternativa”. Son sus firmantes: Emilio de Ípola, Pepe Eliaschev, Rafael Filippelli, Roberto Gargarella, Fernando Iglesias, Santiago Kovadloff, Jorge Lanata, Gustavo Noriega, Marcos Novaro, José Miguel Onaindia, Vicente Palermo, Eduardo Antin (Quintín), Luis Alberto Romero, Hilda Sábato, Daniel Sabsay, Beatriz Sarlo y Juan José Sebreli.
El documento parte de calificar lo sucedido en 1982 de “trágica aventura militar”, sin mencionar siquiera la brutal agresión inglesa, para exigir desde el podio “una crítica pública del apoyo social que acompañó a la guerra de Malvinas y movilizó a casi todos los sectores de la sociedad argentina” (¡hasta Ernesto Sábato debe removerse en su tumba!).
La llamada “visión alternativa” no es otra que la posición del imperialismo inglés, que en nombre de la “autodeterminación de los isleños” ocupa y refuerza su base militar en el Mar Epicontinental Argentino, a más de 12.000 kilómetros de su metrópoli. Van así más lejos que el humillante “paraguas de la soberanía” que aceptó Carlos Menem, reclamando directamente que se abandone “el tema de la soberanía”. Les faltó pedir que se reconozca a Inglaterra como un país ribereño al nuestro, con derechos iguales sobre las islas y su proyección antártica, que nuestro país y los demás países del Atlántico Sur y del Pacífico Sur.
Todo esto tras una supuesta defensa de los derechos humanos de los nacidos en las islas, que nadie se los niega, como a todos los otros hijos de extranjeros o extranjeros que viven en cualquier otra parte de nuestro territorio nacional. Sería como aceptar que se instale una base militar inglesa en la Patagonia para “proteger el derecho a la autodeterminación” del ciudadano inglés Joe Lewis, en su aeropuerto sobre el Golfo San Matías (en Bahía Dorada) o en sus miles de hectáreas en El Bolsón (incluyendo el Lago Escondido).