No es chacota la vida.
La tomarás en serio,
como lo hace la ardilla, por ejemplo,
sin esperar ayuda ni de aquí ni de allá.
Tu más serio quehacer será vivir.
No es chacota la vida.
La tomarás en serio,
como lo hace la ardilla, por ejemplo,
sin esperar ayuda ni de aquí ni de allá.
Tu más serio quehacer será vivir.
No es chacota la vida.
La tomarás en serio,
pero en serio a tal punto
que, puesto contra un muro, por ejemplo,
con las manos atadas,
o en un laboratorio,
de guardapolvo blanco y con grandes anteojos,
tú morirás porque vivan los hombres,
aun aquellos hombres
cuyo rostro ni siquiera conoces.
Y morirás sabiendo, ya sin ninguna duda,
que nada es más hermoso, más cierto que la vida.
La tomarás en serio,
pero en serio a tal punto
que a los setenta años, por ejemplo,
plantarás olivares,
no para que les queden a tus hijos,
sino porque, aunque temas a la muerte,
ya no creerás en ella,
puesto que en tu balanza
la vida habrá pesado mucho más.
Nazim Hikmet, poeta revolucionario turco nacido el 15 de enero de 1902. En 1933 fue detenido y encarcelado, acusado de asociación ilegal y de pretender implantar un régimen comunista, siendo puesto en libertad en 1935. Detenido nuevamente, en 1938 fue condenado a 28 años y 4 meses de prisión por sedición. Pasó doce años en la cárcel donde escribió, entre otros, sus “Poemas de las 22-23 horas”, “Paisajes humanos de mi país”, “Quinto día de huelga de hambre”. Gracias a la campaña internacional que tuvo lugar para pedir su liberación, sale de la cárcel 1951. Abandona Turquía, que ya no volverá a pisar, falleciendo en Moscú el 3 de junio de 1963.