Compañeras y compañeros una vez más estamos en la calle para exigir una respuesta a la grave emergencia social y laboral que viven miles de familias, niños, jóvenes y mayores, en nuestro país.
Compañeras y compañeros una vez más estamos en la calle para exigir una respuesta a la grave emergencia social y laboral que viven miles de familias, niños, jóvenes y mayores, en nuestro país.
En este acto se unen los reclamos de la clase obrera ocupada, desocupada y jubilados, de las naciones y pueblos originarios, de los campesinos pobres, de los pequeños y medianos productores y comerciantes de las economías regionales, que el pasado 4 de noviembre llegaron a Buenos Aires con sus reclamos.
Todos estamos agobiados por la inflación, los tarifazos, la recesión, los despidos, las suspensiones y la flexibilidad y precarización laboral.
Todos sufrimos la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y los planes sociales, el aumento del hambre en nuestros barrios trae como consecuencia el aumento de las adicciones y la inseguridad.
El ajuste es descargado sobre los trabajadores formales e informales, los pobres y la pequeña y mediana empresa, mientras se llenan los bolsillos a los banqueros, los terratenientes, las exportadoras de cereales y los grandes monopolios con la excusa que deben invertir.
Este gobierno ha prometido en su campaña electoral pobreza cero y sacar el impuesto a los salarios; se ha demostrado que es una vil mentira. El gobierno nos dice que las cosas empiezan a mejorar, sin embargo la situación se sigue agravando.
Continúa la inflación, aumenta la recesión, los despidos y las suspensiones, crece el hambre y este gobierno, que hay que reconocer que nos atienden muy bien en los despachos oficiales, no da respuesta a la gravedad de la situación.
Por eso esta unidad con la CGT junto con las demás organizaciones que estamos sufriendo este ajuste, libramos una batalla excepcional.
Nosotros necesitamos volver a fabricar trenes, barcos y aviones, en lugar de importarlos. Promover el desarrollo de las Pymes, con incentivos impositivos, en lugar de favorecer a los monopolios extranjeros que giran todas sus ganancias al exterior.
Los trabajadores tenemos la responsabilidad de hacer esta unidad multisectorial confluyendo con los campesinos, con los comerciantes, los productores pobres y medios, con los universitarios, que se exprese en un programa político independiente, siguiendo las mejores tradiciones de Huerta Grande y de los 26 puntos de la CGT Brasil, para impulsar las transformaciones que nuestro país necesita.
El gobierno dice que puede vetar la ley. Nosotros le decimos que los trabajadores nunca hemos sido desestabilizadores. Tenemos mucha paciencia y mucha sabiduría. Pero está llegando fin de año, llevan un año de gobierno y no tomaron ni una medida para favorecer el consumo interno. Por eso es que luchamos para defender a la industria nacional y a las pymes, que son las creadoras del trabajo genuino, y ocupan el 70% de la masa asalariada. Este gobierno, con su política, está destruyendo la industria nacional y el trabajo argentino. Por eso esta unidad tiene un valor enorme para nuestras organizaciones.
El movimiento obrero tiene mucha paciencia, decía, pero la paciencia se nos puede agotar. Por eso decimos al parlamento nacional que el próximo jueves deben aprobar la ley de emergencia social y laboral, en estas dos últimas sesiones del año. Si el presidente llega a vetar, se va a equivocar enormemente. Porque nosotros vamos a seguir en la calle. Vamos a seguir defendiendo nuestros derechos, con prudencia, tolerancia, pero también con propuestas, porque no queremos pagar más el ajuste que están haciendo pagar a los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados.
¿De dónde va a salir la plata para la ley de emergencia? Que no miren para el costado. Hoy a la mañana un diputado oficialista decía que el Estado no se puede hacer cargo del tremendo costo que es esta ley. La plata tiene que salir del impuesto al cheque, que fue puesto para atender la emergencia social y hoy va a rentas generales. Tienen que hacer pagar al juego y al sistema financiero que no pagan impuestos. Siguen subsidiando el precio del petróleo a las seis grandes empresas petroleras. Encima ahora hablan de condonarle 20 mil millones de pesos de deuda a las empresas de electricidad. Con eso pueden ir resolviendo el problema social.
Yo quiero, como todos mis compañeros, pasar en paz las fiestas con mi familia. Pero con un pedazo de pan arriba de la mesa. Hasta no lograr el trabajo genuino no vamos a aflojar.