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23 de November de 2016

El gobierno de Rodríguez Larreta ha lanzado cuatro mega proyectos llamados de “urbanización” en la Capital Federal,  uno de ellos en Chacarita.

Vecinos de Chacarita dan muestra de unidad, decisión y coraje

Ciudad de Buenos Aires

Los objetivos de esta “urbanización” son varios: 1. Unir la Autopista Buenos Aires-La Plata con la Panamericana, para lo cual necesita rebanar parte de la villa de retiro, anulando la autopista Illia. 2. Construir la Villa Olímpica junto a la Villa 20 de Lugano, para los turistas o jugadores de la olimpíada de básquet a realizarse próximamente, en terrenos donde estaba el desalojado asentamiento Papa Francisco, terrenos por demás contaminados. 3. Construir un megaproyecto de edificios en Puerto Madero, a orillas de la Reserva Ecológica, junto a la Villa Rodrigo Bueno. La licitación ya la tiene IRSA (empresa que trabaja con el gobierno). 4. Realizar la apertura de la Avenida Triunvirato hacia la calle Federico Lacroze, sobre terrenos de la Villa Playón Chacarita, para lo cual liquidarían una parte de la misma. Construirían varios monoblocks, algunos de más de 10 pisos, galerías comerciales, shoppings, estacionamientos varios para carga y descarga, para autos, y oficinas comerciales. 
 
Reurbanización con negociado inmobiliario
En Chacarita, los vecinos hicieron varias asambleas ante esta reurbanización que encubre un negociado inmobiliario. Han recibido la visita de funcionarios del Instituto de la Vivienda (IVC) que explican que esto “va a ser beneficioso para los habitantes del Playón”. Trajeron mapas del predio, y explicaron las “bondades” de los departamentos a construir, que no serían un regalo, sino que se venderían a los habitantes de la villa y a gente de afuera si así lo desean, con condiciones muy favorables (créditos con tasa 0 a 30 años, etc.). Los vecinos escucharon atentamente, luego de muchos meses de no haber sido ni siquiera informados, y ya habiendo comenzado las obras. Solicitamos un tiempo para madurar este proyecto, porque no contemplaba los inquilinos, solo los “propietarios”, formaba una mesa solo con algunos delegados de barrio (afines al gobierno), y dejaba en caso de disenso la palabra final al IVC. 
Los vecinos propusimos una serie de puntos: Incorporar más personas a la mesa. Que sea en dos etapas para poder estudiarlo mejor, y que se haga la traza de la Avenida Triunvirato, y los departamentos, detrás del terreno que ocupa actualmente el Playón. Que en una segunda etapa decidan los vecinos quiénes se van a mudar (dado que solo era para el 35%) una vez terminados los departamentos, que ellos decían iban a hacer, pero que aún no se empezaron a construir. Que se incluya en el censo propietarios e inquilinos. Que ante la decisión de abrir calles para la continuación de la Av. Triunvirato sean las adyacentes a la villa (Teodoro García y Céspedes), pero no Palpa y Guevara, porque éstas cortan a la villa en cuatro y destruyen más de 50 casas además de hacer desaparecer comedor, canchita y capilla.
Los vecinos planteamos además que se respeten proyectos comunitarios y económicos productivos como el Galpón Orgánico de la Mutual Sentimiento. Que la tasación de cada propiedad no sea hecha por el IVC sino por otra institución, ya que decían que le iban a reconocer a los vecinos lo que pusieron en su casa actual. Que en las obras trabaje el 40% de obreros del barrio. Que se informe a los vecinos cada 15 días en asamblea barrial. Que las reuniones sean en el barrio, no en el IVC, a espaldas de los vecinos, y convocadas previamente con 72 horas de aviso. Que en caso de disenso no sea el IVC el que decida sino la asamblea barrial.
 
Los vecinos se unen en las asambleas
Estos pedidos no fueron descabellados sino sensatos y consensuados en asambleas de más de 400 vecinos. Pero el IVC, haciendo gala de soberbia, no aceptó estos reclamos, mostrando la verdadera hilacha que es un negocio inmobiliario. La intención es hacer desaparecer la villa rompiéndola en pedazos y negociando por separado. Cuentan para esto con sus cuzcos de siempre, que privilegian sus aspiraciones personales –porque les han dado casa afuera del Playón, trabajos en blanco, y otras yerbas- que han actuado y actúan para romper la unidad de los vecinos que con sacrificio y sudor, pusieron ladrillo sobre ladrillo para vivir como lo hacen, dignamente, aunque con muchas carencias.
Los vecinos destacaron que una verdadera urbanización significa: electricidad buena. Cloacas, desagües, agua potable. Pavimento y veredas. Servicios sociales (comedor, canchita capilla, salud, educación, esparcimiento). Y eso exigimos. El gobierno quería que se firme rápido lo que ellos proponían, porque los tiempos de la Legislatura urgen (ya que quedan sólo 2 o 3 sesiones) y si no pasa al año que viene.
Los vecinos tenemos nuestro propio proyecto de urbanización. Queremos buenos departamentos con buenos servicios, pero para todos y de acuerdo al grupo familiar, no covachas sin balcón ni aire. Tampoco queremos nada regalado. Pero somos los trabajadores más precarizados de todos y nuestros sueldos apenas alcanzan para comer, por eso queremos que se apruebe la emergencia social, que nuestros sueldos no sean el límite de pobreza y así podremos pagar nuestras casas como corresponde.
Y mientras tanto, queremos la urbanización. Queremos vivir en un barrio donde las aguas servidas no sean moneda corriente, que cuando se inunda nos tapan los residuos cloacales, donde se corta la luz a cada rato porque los cables se derriten, donde nuestros hijos chapotean en el barro para ir a la escuela porque las calles son de tierra y no hay veredas. Plata hay, que no nos engañen.
El martes 15 de noviembre nos juntamos todos, y al grito de “vecinos unidos, jamás seremos vencidos” dimos muestra de organización y de unidad. Y seguimos la pelea para que cumplan las promesas de pobreza cero, ya que también tenemos propuestas para mejorar nuestro barrio, con coraje y participación.